REDACCIÓN. 

• Hola, ¿qué vale el aguacate? 
• Tengo de $10.000, de $12.000 y de $15.000
• Señor, ¿15.000 pesos por un aguacate? ¡Está muy caro! 
• Pero es grande, y lo traen de otra parte del país.
• Sí, pero quince mil pesos me gasto en todo el almuerzo… 

Esta podría ser una escena cotidiana entre quienes venden y compran alimentos a diario en Valledupar, ciudad donde los precios de los comestibles y las bebidas no alcohólicas aumentaron en un 25 % en el último año. 

Así lo reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, en el reporte del índice de precios al consumidor (IPC) en diciembre de 2022. El informe también muestra incrementos en otras categorías como artículos para el hogar (23 %) y restaurantes (18 %). 

Estos porcentajes evidencian la elevación del costo de vida en este municipio que tiene la cuarta mayor tasa de desempleo (15,4 %) y la primera en informalidad (69.5%) en Colombia. 

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CAUSAS

El fenómeno inflacionario no es exclusivo de la capital del Cesar ni de este país, es un problema socioeconómico que enfrenta el mundo, últimamente por efectos de la pandemia del coronavirus, y el cual afecta principalmente a las poblaciones con menores ingresos. 

Además, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha generado incrementos en el precio de los fertilizantes para los cultivos, que hasta 2021 estaban concentrados en más de 230.000 hectáreas del departamento del Cesar, según informó la Unidad de Planificación de Tierras Rurales, Adecuación de Tierras y Usos Agropecuarios, UPRA. 

A esta situación se suma que el Cesar importa alimentos de otras partes de Colombia, así como el país compra en otras partes del mundo. En esos procesos incide el debilitamiento del peso colombiano frente al dólar y la volatilidad de la moneda estadounidense. 

¿Y LA ESPECULACIÓN?

“La inflación puede tener cuatro orígenes que pueden existir al mismo tiempo: escasez real de los productos, abundancia de plata, el alza de dólar y su impacto en las importaciones y la especulación”, explica Fernando Herrera, director del Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales (Cesore). 

“La especulación es la escasez artificial de los productos, cuando el comerciante o el que ofrece el servicio empieza a jugar con el precio para su propio beneficio y empieza a perjudicar al consumidor”, puntualiza el economista. 

Esta dinámica puede presentarse en temporadas como diciembre, Semana Santa, Festival Vallenato (cuando los hoteles incrementan el costo de las habitaciones), entre otras. 

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EL IMPACTO EN LA ALIMENTACIÓN

Expertos señalan que el alza en el precio de los alimentos limita cada vez más las posibilidades que tiene la ciudadanía vallenata para consumir las tres comidas diarias, lo que genera inseguridad alimentaria. 

Hasta agosto de 2022, el 41,8 % de los hogares vallenatos (cerca de 210.000 personas) consumió menos de 3 comidas al día, de acuerdo con un artículo publicado por el Cesore. 

De esas personas, “unas 16.000 consumieron una sola comida diaria, ello puede incluir ancianos, niños y mujeres embarazadas o gestantes”, puntualiza el análisis. 

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OTROS AUMENTOS 

Por otra parte, EL PILÓN ha recibido quejas de personas por el sobrecosto en el servicio de transporte en la capital cesarense, el cual aumentó 17 % entre 2021 y 2022, según el DANE. Es decir, una carrera en taxi que costaba alrededor de $6.000, hoy tendría un valor de $7.000. 

No obstante, usuarios alegan que muchos de los conductores cobran el trayecto a $8.000 en el casco urbano, y en casos más extremos a $10.000 y hasta en $15.000, cuando la Alcaldía de Valledupar decretó que el precio es de $7.200 entre las 6 a. m., y las 9 p. m. 

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Pero, para Fernando Herrera, la especulación se presenta en otros sectores y en diferentes niveles: “Sucede también con las tarifas de las empresas de energía y las tasas de intereses de los bancos”.