La escasez del líquido vital golpea al corregimiento de La Peña, jurisdicción de San Juan del Cesar, La Guajira, principalmente en temporada seca que es el mayor tiempo del año, por ello sus habitantes se han vuelto expertos en ahorrar hasta ‘una gota’ de agua.

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Las amas de casa se las ingenian para reutilizar el agua con que se bañan para regar las plantas, la utilizada para lavar los platos luego sirve para los inodoros y así sucesivamente, ya que quedarse sin agua completamente agrava la situación.

En este pueblo con un poco más de 1.000 habitantes, que es un corredor turístico hacia La Junta -tierra de Diomedes Díaz-, tienen un acueducto desde hace 50 años, el cual está obsoleto y aún las tuberías son de asbesto e insuficiente para el crecimiento poblacional que ha tenido.

El agua es captada a través de este sistema del río San Francisco, el cual en temporada de lluvia les permite a los peñeros disfrutar de agua en sus casas, pero todo se complica cuando las lluvias se van y el inclemente verano seca con rapidez su caudal, quedando únicamente el agua de un manantial a donde las personas van a abastecerse del líquido, lavar la ropa e incluso bañarse.

A toda esta problemática se le suma que tampoco cuentan con servicio de alcantarillado, sino pozos sépticos para el vertimiento de las aguas residuales.

Estiven Cárdenas, oriundo de este corregimiento, relató que es una situación de calamidad porque además de las necesidades por la falta de un acueducto y alcantarillado en buen funcionamiento también la ganadería se ve afectada por la falta de agua, por lo que los pequeños ganaderos registran pérdidas.

“Lo único bueno que tiene La Peña en cuanto a servicios públicos es la vía de acceso, que hay una buena carretera, de resto hay problemas de todo tipo.  Hay carencia de oportunidades para los jóvenes y la comunidad en general, el servicio de electricidad es muy deficiente al igual que el internet, la única señal es la de Claro y no muy buena por lo que los estudiantes resultan afectados con la virtualidad de las clases.  Esta comunidad está pidiendo un ‘S.O.S’ ante las administraciones gubernamentales”, dijo Cárdenas.

En este mismo sentido, Vicky Peralta, líder de esta población, indicó que la esperanza es lo último que se pierde y por eso confían en que en esta administración nacional, regional o local sí les cumplan con mejorar la problemática del agua que llevan prometiendo desde hace años.

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“Nosotros estamos realmente descuidados; somos los últimos sobre quienes legislan y miran. Nuestra principal necesidad es el agua que no hay de manera permanente. A través de la Gobernación y la Alcaldía llegan carrotanques y la gente se abastece, pero eso no es suficiente”, dijo Peralta.

Señaló que recientemente la Alcaldía de San Juan del Cesar anunció que en el mes de junio entregarían los estudios definitivos para el acueducto de los pueblos de La Peña, La Junta y Curazao que padecen de lo mismo.

“Vamos a ver, eso lo dijo el alcalde hace semanas atrás y bueno tenemos esa esperanza”, refirió.

Recordó que hace años la Cruz Roja realizó un proyecto de llevar agua a través de tuberías desde el manantial hasta tanques ubicados en tres sectores del pueblo, de esa manera lograron campear la escasez de agua en los hogares, pero solo fue por un periodo determinado.

En cuanto a la electricidad del pueblo indicó que el crecimiento que ha tenido La Peña ha sido superior a la capacidad del transformador de energía que tienen.

“Hay más viviendas y la demanda es mayor, hay casas que la luz les llega bajita”, puntualizó Vicky Peralta.

SOLUCIÓN DEFINITIVA

El concejal de San Juan del Cesar, Amado Sanabria, dijo que la falta de agua no solo afecta a La Peña sino también a La Junta y Curazao, poblaciones que pareciera estar condenadas a ‘tener sed’.

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Considera que estas poblaciones podrían verse beneficiadas con el proyecto de la represa en el río Ranchería si llegara a consolidarse, ya que de donde piensan captar el agua con el acueducto nuevo para La Peña también se seca en temporada de verano.

“Desde el Concejo hacemos un llamado para que la administración municipal de una solución definitiva a estas comunidades y que no sean ‘pañitos de agua tibia’”, expresó el cabildante.

SILENCIO MUNICIPAL

El periódico EL PILÓN buscó la reacción del alcalde de San Juan del Cesar, Álvaro Díaz, pero no hubo respuesta.

POR MILAGRO SÁNCHEZ FLÓREZ/ EL PILÓN.