Por: Indalecio Dangond Baquero
Cuenta la historia que un 6 de enero de 1550, el Valle de Upar fue fundado por dos capitanes españoles llamados Hernando de Santana y Juan de Castellanos, y que 263 años después, doña Maria Concepción Loperena Fernandez de Castro, declaró la independencia de la ciudad del yugo español.
En 1843 se hizo una reforma a la constitución para efectuar una nueva división de la República conocida en ese entonces como Nueva Granada. En esa reforma de conformaron veinte Provincias incluida la de Santa Marta. Trece años después, en 1856, se separó de la provincia de Santa Marta, el valle del Rio Cesar y se creó la “Provincia del Valle de Upar”.
Un año después, la Confederación Granadina es integrada por ocho Estados, siendo uno de ellos el Magdalena, que era integrado por las Provincias de Santa Marta, Riohacha, Valle de Upar y parte de Mompox y Ocaña.
Con el cambio de Gobierno Federal a Central, en 1886 fueron reducidos los Estados a departamentos, conservando los mismos límites. En 1905 un transitorio replanteamiento territorial separó los departamentos de Santa Marta y Riohacha, pero la Ley 65 de 1909 suprimió dicha división retornándose a la anterior y así continuó hasta el 21 de junio de 1967, fecha en que por Ley 25 del Congreso de Colombia, se creó el departamento del Cesar con algunos municipios del departamento del Magdalena y como capital “Valle de Upar”.
No encuentro en los libros, quien le cambió el nombre por Valledupar y porqué lo hizo?. “El Valle de Upar” nombre original, se refería a toda la parte del llano desde el Banco magdalena hasta cerca de Rio-hacha. Es decir, a toda la población más importante de la comarca; por eso encontramos más familias de apellidos foráneos a los nativos de Valledupar. De hecho, los del sur de la guajira la hemos adoptado como nuestra capital.
Y es que el sentido de “El Valle de Upar”, no se perdió para el manejo administrativo de ciertas entidades públicas y privadas. Solo hay que mirar los casos del Comité de Cafeteros de Cesar y Guajira, la Procuraduría Regional, el Sena y Banco Agrario, entre otros, donde cualquier habitante de La Guajira debe dirigirse a esta ciudad y no a Riohacha para cualquier trámite administrativo y legal.
Desde esta columna de opinión, muy respetuosamente propongo al honorable consejo de Valledupar, que a través de una ordenanza se le devuelva el nombre de “El Valle de Upar”, con el fin de que todos los provincianos legalicemos el sentido de pertenencia que ya sentimos por esta hermosa ciudad. Que todos los que nacimos en esta comarca, cuidemos y trabajemos juntos por el desarrollo económico y social de nuestra gente, antes de que otros nos la destruyan.












