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Columnista - 22 julio, 2013

El sagrado valor del periodismo

Grande, valioso es el periodismo investigativo y de opinión, porque puede ir más allá de lo que otros no se atreven a decir en este contexto en el que muchos aún temen dejar fluir su capacidad de análisis sin perder el equilibrio y la responsabilidad al informar y orientar.

Boton Wpp

Por Óscar Ariza Daza

Grande, valioso es el periodismo investigativo y de opinión, porque puede ir más allá de lo que otros no se atreven a decir en este contexto en el que muchos aún temen dejar fluir su capacidad de análisis sin perder el equilibrio y la responsabilidad al informar y orientar. 

Muchos al escribir, aún no entienden la verdadera dimensión del periodismo y su función de construir una sociedad crítica, pero reposada en sus juicios, nunca irresponsable. Algunos de quienes hoy asumen el papel de informar, desconocen la enorme responsabilidad en el equilibrio de la orientación a los lectores para no estimular mentiras con intención de volverlas verdad.

Hay quienes abusan de su condición de periodistas, (¡sin ser periodistas claro está!) valiéndose de la facilidad con que logran publicar su odio e irrespeto a la condición humana de quien se convierte para ellos en objeto de información u opinión. 

No basta con ser atrevido para expresar lo que se piensa. El carácter debe ir acompañado de argumentos sólidos, capaces de generar sensación de respeto y no prepotencia, ni sectarismos en los que desde la más absoluta mala intención, se emiten conceptos que terminan siendo injuriosos, calumniosos y como tal, absurdos, en una época en la que todos los ciudadanos luchan por ser respetados.

La labor del periodista o de quien escribe columnas de opinión es informar u orientar con veracidad, desde una tendencia objetiva en la que sus juicios críticos no estén impregnados de perversidad, pues hacer un análisis periodístico no involucra descalificar desde el morbo las acciones de los otros, ni ridiculizar a la gente con montajes fotográficos. 

La información periodística en cualquier contexto en la que se divulgue, debe constituirse en un hecho responsable, de sumo respeto por el mundo y por la condición humana. 

Un director de cualquier diario debe estar convencido de la responsabilidad que enfrenta en la construcción de una sociedad  mejor, sin estigmas, persecuciones, odios, ni apasionamientos, sin la palabra al servicio de la violencia escritural.  

La responsabilidad y la ética periodística son fundamentales para el ejercicio de la libertad de expresión, porque un excelente periodista tiene la obligación de informar y emitir una opinión crítica que ubique al lector en una percepción clara de los hechos, que le permita asumir una postura libre de parcialidad, que contribuya con la formación de una sociedad más tolerante desde la diferencia, para que informar no deje nunca de involucrar un alto compromiso ético.

Columnista
22 julio, 2013

El sagrado valor del periodismo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Oscar Ariza Daza

Grande, valioso es el periodismo investigativo y de opinión, porque puede ir más allá de lo que otros no se atreven a decir en este contexto en el que muchos aún temen dejar fluir su capacidad de análisis sin perder el equilibrio y la responsabilidad al informar y orientar.


Por Óscar Ariza Daza

Grande, valioso es el periodismo investigativo y de opinión, porque puede ir más allá de lo que otros no se atreven a decir en este contexto en el que muchos aún temen dejar fluir su capacidad de análisis sin perder el equilibrio y la responsabilidad al informar y orientar. 

Muchos al escribir, aún no entienden la verdadera dimensión del periodismo y su función de construir una sociedad crítica, pero reposada en sus juicios, nunca irresponsable. Algunos de quienes hoy asumen el papel de informar, desconocen la enorme responsabilidad en el equilibrio de la orientación a los lectores para no estimular mentiras con intención de volverlas verdad.

Hay quienes abusan de su condición de periodistas, (¡sin ser periodistas claro está!) valiéndose de la facilidad con que logran publicar su odio e irrespeto a la condición humana de quien se convierte para ellos en objeto de información u opinión. 

No basta con ser atrevido para expresar lo que se piensa. El carácter debe ir acompañado de argumentos sólidos, capaces de generar sensación de respeto y no prepotencia, ni sectarismos en los que desde la más absoluta mala intención, se emiten conceptos que terminan siendo injuriosos, calumniosos y como tal, absurdos, en una época en la que todos los ciudadanos luchan por ser respetados.

La labor del periodista o de quien escribe columnas de opinión es informar u orientar con veracidad, desde una tendencia objetiva en la que sus juicios críticos no estén impregnados de perversidad, pues hacer un análisis periodístico no involucra descalificar desde el morbo las acciones de los otros, ni ridiculizar a la gente con montajes fotográficos. 

La información periodística en cualquier contexto en la que se divulgue, debe constituirse en un hecho responsable, de sumo respeto por el mundo y por la condición humana. 

Un director de cualquier diario debe estar convencido de la responsabilidad que enfrenta en la construcción de una sociedad  mejor, sin estigmas, persecuciones, odios, ni apasionamientos, sin la palabra al servicio de la violencia escritural.  

La responsabilidad y la ética periodística son fundamentales para el ejercicio de la libertad de expresión, porque un excelente periodista tiene la obligación de informar y emitir una opinión crítica que ubique al lector en una percepción clara de los hechos, que le permita asumir una postura libre de parcialidad, que contribuya con la formación de una sociedad más tolerante desde la diferencia, para que informar no deje nunca de involucrar un alto compromiso ético.