Tal y cómo pintan las cosas, lo que llaman la fotografía de hoy; el próximo presidente de la república no será “el que diga Uribe”, así nada más y simplemente, lo cual no tendría nada de malo si no fuera porque el que diga Uribe representa unos intereses que no son los más populares, dándole […]
Tal y cómo pintan las cosas, lo que llaman la fotografía de hoy; el próximo presidente de la república no será “el que diga Uribe”, así nada más y simplemente, lo cual no tendría nada de malo si no fuera porque el que diga Uribe representa unos intereses que no son los más populares, dándole la espalda a situaciones que deben ser corregidas y yo diría lograr que haciendo que lo “social” tenga un mayor peso específico en los programas no del gobierno sino del Estado.
Para que este país inicie el camino de una verdadera paz y reconciliación el gobierno no debe ser hegemónico y con ello no significo una milimétrica división de la burocracia y los presupuestos, sino, un pacto que lleve la firma de todos o por lo menos de una sólida mayoría que aleje los extremos.
El partido Centro Democrático (CD), con su jefe natural a la cabeza ya saben -y lo acaba de expresar él mismo- que para las próximas elecciones presidenciales no será “el que diga Uribe”, porque el palo no está para cucharas pues ocurre lo que siempre ocurre y es que el poder desgasta y que el péndulo funciona y el pueblo busca otras opciones.
Para haber podido repetir esa hazaña se necesitaría sobre todo del respaldo popular que si creemos en las encuestas es cada vez menor y para ello voy a apoyarme en lo expresado con desgano por el ex presidente Uribe Vélez cuando de este gobierno afirma que ha tenido “cosas buenas”, lo que no suena a entusiasmo y antes revela que no corresponde a sus expectativas con lo cual expresa su inconformidad. Imagino que otra cosa era lo que esperaba poder pregonar a estas alturas el líder del CD.
Además, -y para mí es mas más significativo- lo que el mismo Uribe dice y es que lo que se ha hecho bien, sean apenas “algunas cosas”, ejecutorias que además no se han “vendido” adecuadamente; es decir, la gente no se conecta con los hechos, no los identifica y por lo tanto no agradece. Eso dicho de otra manera se traduce en que este gobierno no proporcionará la plataforma de lanzamiento para el que diga Uribe quien está indicando, bien señala, que hay que buscar coaliciones o alianzas con personas o partidos afines que yo no veo cuales puedan ser, pues en el CD están todos los que son.
Además, y allí me meto yo, estamos cansados de la tal polarización que no es más que una riña promovida por los extremos alimentados por el odio que no ha dejado, hasta ahora, buscar un camino diferente. El miedo ha sido el gran actor.
Veo que Sergio Fajardo ha montado su estrategia planteando dejar los extremos y buscar un centro que lo que no ha tenido, hasta ahora, es un líder, una tercera vía que puede dar resultados.
Entonces tenemos que ya no van a ser dos, sino tres los actores en la película de las elecciones presidenciales: la derecha, la izquierda y la tercera vía
Entonces no será el que diga Uribe a menos que aprovechando su innegable fortaleza política lleve a su ruedo a -como ya se dijo- grupos afines que resultarán minoritarios frente al CD y entonces en esa asamblea las mayoría las tendría el ex presidente y volverá a ser el que diga Uribe. Bueno esto apenas comienza pero el tablero de este ajedrez ya no será el mismo.
Tal y cómo pintan las cosas, lo que llaman la fotografía de hoy; el próximo presidente de la república no será “el que diga Uribe”, así nada más y simplemente, lo cual no tendría nada de malo si no fuera porque el que diga Uribe representa unos intereses que no son los más populares, dándole […]
Tal y cómo pintan las cosas, lo que llaman la fotografía de hoy; el próximo presidente de la república no será “el que diga Uribe”, así nada más y simplemente, lo cual no tendría nada de malo si no fuera porque el que diga Uribe representa unos intereses que no son los más populares, dándole la espalda a situaciones que deben ser corregidas y yo diría lograr que haciendo que lo “social” tenga un mayor peso específico en los programas no del gobierno sino del Estado.
Para que este país inicie el camino de una verdadera paz y reconciliación el gobierno no debe ser hegemónico y con ello no significo una milimétrica división de la burocracia y los presupuestos, sino, un pacto que lleve la firma de todos o por lo menos de una sólida mayoría que aleje los extremos.
El partido Centro Democrático (CD), con su jefe natural a la cabeza ya saben -y lo acaba de expresar él mismo- que para las próximas elecciones presidenciales no será “el que diga Uribe”, porque el palo no está para cucharas pues ocurre lo que siempre ocurre y es que el poder desgasta y que el péndulo funciona y el pueblo busca otras opciones.
Para haber podido repetir esa hazaña se necesitaría sobre todo del respaldo popular que si creemos en las encuestas es cada vez menor y para ello voy a apoyarme en lo expresado con desgano por el ex presidente Uribe Vélez cuando de este gobierno afirma que ha tenido “cosas buenas”, lo que no suena a entusiasmo y antes revela que no corresponde a sus expectativas con lo cual expresa su inconformidad. Imagino que otra cosa era lo que esperaba poder pregonar a estas alturas el líder del CD.
Además, -y para mí es mas más significativo- lo que el mismo Uribe dice y es que lo que se ha hecho bien, sean apenas “algunas cosas”, ejecutorias que además no se han “vendido” adecuadamente; es decir, la gente no se conecta con los hechos, no los identifica y por lo tanto no agradece. Eso dicho de otra manera se traduce en que este gobierno no proporcionará la plataforma de lanzamiento para el que diga Uribe quien está indicando, bien señala, que hay que buscar coaliciones o alianzas con personas o partidos afines que yo no veo cuales puedan ser, pues en el CD están todos los que son.
Además, y allí me meto yo, estamos cansados de la tal polarización que no es más que una riña promovida por los extremos alimentados por el odio que no ha dejado, hasta ahora, buscar un camino diferente. El miedo ha sido el gran actor.
Veo que Sergio Fajardo ha montado su estrategia planteando dejar los extremos y buscar un centro que lo que no ha tenido, hasta ahora, es un líder, una tercera vía que puede dar resultados.
Entonces tenemos que ya no van a ser dos, sino tres los actores en la película de las elecciones presidenciales: la derecha, la izquierda y la tercera vía
Entonces no será el que diga Uribe a menos que aprovechando su innegable fortaleza política lleve a su ruedo a -como ya se dijo- grupos afines que resultarán minoritarios frente al CD y entonces en esa asamblea las mayoría las tendría el ex presidente y volverá a ser el que diga Uribe. Bueno esto apenas comienza pero el tablero de este ajedrez ya no será el mismo.