Sobre el atentado que querían cometer los elenos contra Barbosa coinciden varias fuentes: inteligencia militar, el CTI y un funcionario de policía judicial.
Sobre el atentado que querían cometer los elenos contra Barbosa coinciden varias fuentes: inteligencia militar, el CTI y un funcionario de policía judicial. Tiene sentido, el fiscal es incómodo para esa guerrilla por al menos dos razones: una, si la Fiscalía profundiza en los escándalos que golpean su círculo más íntimo, estará en peligro la permanencia de Petro en la Presidencia y hoy Petro es el aliado más valioso que tiene el Eln. Les regaló un acuerdo de cese del fuego que impide a la Fuerza Pública realizar operaciones ofensivas y confrontar militarmente al Eln pero que no le exige a esta guerrilla cesar sus otras actividades criminales. Y coincide con el Eln en que en las negociaciones hay que abordar “el modelo” político y económico del país. Dos, el Eln, está metido hasta el cuello en el narco desde la firma del pacto de Santos con las Farc. Hoy, los elenos son otros mafiosos más. Así que eliminar a Barbosa les conviene. Ha sido el freno para varias de las decisiones presidenciales que favorecen el narcotráfico.
Habrán sido muy pocas las ocasiones en que el Eln se haya atribuido abiertamente un crimen. En cambio, sí han negado muchos que después se comprobó que fueron de su autoría. Ahora no iban a confesar que negocian y al mismo tiempo planean la eliminación de contradictores políticos.
En la mejor de las hipótesis, el atentado estaría siendo planeado por una facción que no sigue los lineamientos del Coce. Si así fuera, sería muy grave que ya haya disidencias y que la jefatura elena no tenga control.
El atentado contra María Fernanda Cabal tiene una arista más: la canallada de buscar la muerte de la esposa de uno de los negociadores del Gobierno.
Los exabruptos de Danilo Rueda y de Álvaro Leyva merecen repudio. Rueda sostuvo que “el saboteo de la paz tiene diferentes mecanismos, uno de ellos es desinformar”. Leyva dijo que “podría ser perfectamente una bomba contra el proceso de paz”. La línea de ambos es la misma: defender al Eln, que en Twitter dijo que el Fiscal “intenta un sabotaje al proceso de diálogo que se está desarrollando con el Gobierno”. Mal vamos cuando el Gobierno se pone de entrada del lado de los violentos.
Peor, la posición de los dos tiene el problema de que una de las fuentes de la información es inteligencia militar. El MinDefensa se ha limitado a decir que van a proceder a “la verificación de las fuentes que han suministrado la información”.
Y tampoco habla, y es muy preocupante, el comandante de Ejército que, por cierto, debería explicar porque la información de que era un blanco eleno la recibió María Fernanda Cabal de parte de la Fiscalía y no de los uniformados y porque nadie dijo nada sino hace un par de días cuando inteligencia militar tiene información sobre los atentados hace más de un mes.
Por Rafael Nieto Loaiza
Sobre el atentado que querían cometer los elenos contra Barbosa coinciden varias fuentes: inteligencia militar, el CTI y un funcionario de policía judicial.
Sobre el atentado que querían cometer los elenos contra Barbosa coinciden varias fuentes: inteligencia militar, el CTI y un funcionario de policía judicial. Tiene sentido, el fiscal es incómodo para esa guerrilla por al menos dos razones: una, si la Fiscalía profundiza en los escándalos que golpean su círculo más íntimo, estará en peligro la permanencia de Petro en la Presidencia y hoy Petro es el aliado más valioso que tiene el Eln. Les regaló un acuerdo de cese del fuego que impide a la Fuerza Pública realizar operaciones ofensivas y confrontar militarmente al Eln pero que no le exige a esta guerrilla cesar sus otras actividades criminales. Y coincide con el Eln en que en las negociaciones hay que abordar “el modelo” político y económico del país. Dos, el Eln, está metido hasta el cuello en el narco desde la firma del pacto de Santos con las Farc. Hoy, los elenos son otros mafiosos más. Así que eliminar a Barbosa les conviene. Ha sido el freno para varias de las decisiones presidenciales que favorecen el narcotráfico.
Habrán sido muy pocas las ocasiones en que el Eln se haya atribuido abiertamente un crimen. En cambio, sí han negado muchos que después se comprobó que fueron de su autoría. Ahora no iban a confesar que negocian y al mismo tiempo planean la eliminación de contradictores políticos.
En la mejor de las hipótesis, el atentado estaría siendo planeado por una facción que no sigue los lineamientos del Coce. Si así fuera, sería muy grave que ya haya disidencias y que la jefatura elena no tenga control.
El atentado contra María Fernanda Cabal tiene una arista más: la canallada de buscar la muerte de la esposa de uno de los negociadores del Gobierno.
Los exabruptos de Danilo Rueda y de Álvaro Leyva merecen repudio. Rueda sostuvo que “el saboteo de la paz tiene diferentes mecanismos, uno de ellos es desinformar”. Leyva dijo que “podría ser perfectamente una bomba contra el proceso de paz”. La línea de ambos es la misma: defender al Eln, que en Twitter dijo que el Fiscal “intenta un sabotaje al proceso de diálogo que se está desarrollando con el Gobierno”. Mal vamos cuando el Gobierno se pone de entrada del lado de los violentos.
Peor, la posición de los dos tiene el problema de que una de las fuentes de la información es inteligencia militar. El MinDefensa se ha limitado a decir que van a proceder a “la verificación de las fuentes que han suministrado la información”.
Y tampoco habla, y es muy preocupante, el comandante de Ejército que, por cierto, debería explicar porque la información de que era un blanco eleno la recibió María Fernanda Cabal de parte de la Fiscalía y no de los uniformados y porque nadie dijo nada sino hace un par de días cuando inteligencia militar tiene información sobre los atentados hace más de un mes.
Por Rafael Nieto Loaiza