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Comunidad - 3 junio, 2020

El drama de sobrevivir en la margen derecha del río Guatapurí con $3.000 diarios

El desplazamiento forzado hizo que Alfredo Durán se radicara en el barrio subnormal Nueve de Marzo, donde ha vivido en carne propia los estragos económicos que ha causado la covid-19.

La violencia lo obligó a cambiar de terruño y con tristeza comenta lo que le ha tocado pasar.

FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.
La violencia lo obligó a cambiar de terruño y con tristeza comenta lo que le ha tocado pasar. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

La pandemia de la  covid-19  ha tornado  complejo el panorama económico y muchas familias han tenido que buscar otras formas de ganarse la vida para poder subsistir y no ser víctimas del hambre, y aunque los gobiernos hacen lo que pueden entregando ayudas humanitarias, hay sectores del país donde sus habitantes están al borde de la desesperación porque no “reciben ayuda ninguna”.

Lee también: La dura carta de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada a la Corte Constitucional

En Valledupar las cosas no son diferentes a la realidad nacional, prueba de ellos es José Alfredo Durán Hernández, un hombre que todos los días debe buscar ‘como sea’ la alimentación de sus cinco hijos.

Durán vive en la margen derecha del río Guatapurí, barrio Nueve de Marzo, cerca del Centro Histórico de la capital del Cesar, pero su situación raya sobre lo considerado como pobreza extrema o miseria, pues con solo $3.000 diarios o un poco más debe alimentar a sus hijos diariamente.

 “La situación actual me ha llevado a incluso a pedir, pues mi trabajo como reciclador, al menos en esta época, no me da para darle una buena alimentación a mis pequeños. ¿Quién puede hacer un alimento bueno con 3 mil o 5 mil pesos? ¡Nadie!”, relató Durán.

Aunque su trabajo como reciclador no le da para vivir cómodamente, al menos Alfredo Durán antes de la pandemia tenía con qué darle de comer a su familia por lo menos en dos oportunidades al día, pero ahora, asegura,  depende de lo poco y nada que pueda recoger y del buen corazón de sus vecinos quienes al ver su situación le brindan ayuda, también con las limitaciones de sus ingresos.

No dejes de leer: ¿Está en riesgo de inundación la margen derecha del río Guatapurí?

 “La verdad es doloroso ver llorar a los hijos, uno puede aguantar pero ellos no, encima súmele que no recibimos ayuda del gobierno, situación que nos tiene desesperados porque en otras circunstancias se podía salir y recoger chatarra, cartón o aluminio para luego venderlo, ahora no hay nada, la gente está saliendo poco a poco pero los que vivimos del ‘rebusque’, los que tenemos bocas que alimentar no podemos darnos el lujo de quedarnos en casa porque siendo así ¿Quién alimentará a la familia?”, agregó.

UNA LUCHA CONSTANTE

Hace siete años Alfredo Durán Hernández llegó al barrio subnormal Nueve de Marzo huyendo de la violencia. En las invasiones junto al río Guatapurí encontró donde aterrizar su terruño, lejos de las balas. Pero Durán ha tenido que soportar jornadas de hambre y los embates del río Guatapurí que pareciese con cada aguacero llenarse de rebeldía y llevarse todo lo que encuentre a su paso, incluso las casas de quienes habitan esta zona.

Aquí me ha tocado ver de todo, la inseguridad es incesante y hay que estar pendiente de lo poco que tenemos porque de lo contrario los ‘dueños de lo ajeno’ se llevan las cosas”, agregó Durán.

Te puede interesar: Tapabocas fueron donados para la población más vulnerable de Valledupar

Como Alfredo Durán, el 30,5 % de las familias en Valledupar viven bajo la pobreza, según el Dane, y ahora  claman por ayuda en medio de una pandemia que “no conoce de clases sociales y ha visitado a pobres, ricos, jóvenes y viejos”.

POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN

Comunidad
3 junio, 2020

El drama de sobrevivir en la margen derecha del río Guatapurí con $3.000 diarios

El desplazamiento forzado hizo que Alfredo Durán se radicara en el barrio subnormal Nueve de Marzo, donde ha vivido en carne propia los estragos económicos que ha causado la covid-19.


La violencia lo obligó a cambiar de terruño y con tristeza comenta lo que le ha tocado pasar.

FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.
La violencia lo obligó a cambiar de terruño y con tristeza comenta lo que le ha tocado pasar. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

La pandemia de la  covid-19  ha tornado  complejo el panorama económico y muchas familias han tenido que buscar otras formas de ganarse la vida para poder subsistir y no ser víctimas del hambre, y aunque los gobiernos hacen lo que pueden entregando ayudas humanitarias, hay sectores del país donde sus habitantes están al borde de la desesperación porque no “reciben ayuda ninguna”.

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En Valledupar las cosas no son diferentes a la realidad nacional, prueba de ellos es José Alfredo Durán Hernández, un hombre que todos los días debe buscar ‘como sea’ la alimentación de sus cinco hijos.

Durán vive en la margen derecha del río Guatapurí, barrio Nueve de Marzo, cerca del Centro Histórico de la capital del Cesar, pero su situación raya sobre lo considerado como pobreza extrema o miseria, pues con solo $3.000 diarios o un poco más debe alimentar a sus hijos diariamente.

 “La situación actual me ha llevado a incluso a pedir, pues mi trabajo como reciclador, al menos en esta época, no me da para darle una buena alimentación a mis pequeños. ¿Quién puede hacer un alimento bueno con 3 mil o 5 mil pesos? ¡Nadie!”, relató Durán.

Aunque su trabajo como reciclador no le da para vivir cómodamente, al menos Alfredo Durán antes de la pandemia tenía con qué darle de comer a su familia por lo menos en dos oportunidades al día, pero ahora, asegura,  depende de lo poco y nada que pueda recoger y del buen corazón de sus vecinos quienes al ver su situación le brindan ayuda, también con las limitaciones de sus ingresos.

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 “La verdad es doloroso ver llorar a los hijos, uno puede aguantar pero ellos no, encima súmele que no recibimos ayuda del gobierno, situación que nos tiene desesperados porque en otras circunstancias se podía salir y recoger chatarra, cartón o aluminio para luego venderlo, ahora no hay nada, la gente está saliendo poco a poco pero los que vivimos del ‘rebusque’, los que tenemos bocas que alimentar no podemos darnos el lujo de quedarnos en casa porque siendo así ¿Quién alimentará a la familia?”, agregó.

UNA LUCHA CONSTANTE

Hace siete años Alfredo Durán Hernández llegó al barrio subnormal Nueve de Marzo huyendo de la violencia. En las invasiones junto al río Guatapurí encontró donde aterrizar su terruño, lejos de las balas. Pero Durán ha tenido que soportar jornadas de hambre y los embates del río Guatapurí que pareciese con cada aguacero llenarse de rebeldía y llevarse todo lo que encuentre a su paso, incluso las casas de quienes habitan esta zona.

Aquí me ha tocado ver de todo, la inseguridad es incesante y hay que estar pendiente de lo poco que tenemos porque de lo contrario los ‘dueños de lo ajeno’ se llevan las cosas”, agregó Durán.

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Como Alfredo Durán, el 30,5 % de las familias en Valledupar viven bajo la pobreza, según el Dane, y ahora  claman por ayuda en medio de una pandemia que “no conoce de clases sociales y ha visitado a pobres, ricos, jóvenes y viejos”.

POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN