A pesar de los esfuerzos que constantemente realiza la Fuerza Pública para contrarrestar la delincuencia, la región del Catatumbo comienza a generar preocupación entre ganaderos del Cesar, por la seguridad.

Para ellos los hechos violentos presentados en las zonas rurales del departamento y que ha involucrado a ganaderos en secuestros, desapariciones, extorsiones o asesinatos, provienen en su mayoría de estructuras criminales que descienden de esa zona del país, ubicada en cercanías de Norte de Santander, Cesar, Magdalena, Bolívar y que se extiende entre la cordillera Oriental de Colombia.

“Últimamente se ha visto acá en el sur del Cesar un incremento de algunas fuerzas provenientes del Catatumbo, que de pronto al sentir allá persecución se refugian en este sector y empiezan a delinquir. Esto hace que se pierda el entusiasmo por el campo, porque cada vez más vamos a sentir temor desplazarnos a la zona rural”, manifestó el ganadero Jesús Emilio Herrera, representante del Gremio de Empresarios Agropecuarios, Grea, en Aguachica.

Precisamente esta preocupación aumentó con el asesinato de José Hernán Osorio Arengas, a manos de tres hombres armados que lo abordaron llegando a su finca del corregimiento Montecitos, jurisdicción de Río de Oro, Cesar.

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“En los últimos tiempos nosotros sentimos que se ha venido incrementando tanto el secuestro como la extorsión. En la zona rural también se presenta con mucha intensidad el robo a las fincas, porque llegan aprovechando la oscuridad de la noche y se llevan prácticamente en un camión los objetos de valor”, puntualizó Herrera.

EL RIESGO DEL SECUESTRO

En lo corrido del año fueron varios los ganaderos objeto de secuestro o desaparición, como el barranquillero Carlos Alberto Restrepo Nader, plagiado el 29 de mayo cuando se encontraba en su finca, ubicada a cuatro kilómetros del casco urbano de Pailitas; el de Ana Sofía Vargas Bernal, en el corregimiento La Vega, de Chimichagua; entre otros.

“El tema de la seguridad es de gran preocupación para el gremio ganadero, porque el Cesar es limítrofe con la zona del Catatumbo, donde hay injerencia del Eln y de una serie de grupos al margen de la ley. El gremio viene presenciando el avance y descontrol que hay de las bandas delincuenciales en secuestro, extorsión e intento de asesinatos y precisamente porque no hay efectividad o agilidad en la justicia”, precisó Hernán Araújo, gerente del Fondo Ganadero del Cesar.

Otro caso que involucró a un trabajador del campo se presentó a mediados de mayo, fecha en que extrañamente desapareció Yefrey Benavides Uribe, de 37 años, quien fue interceptado por hombres armados en el corregimiento de San Bernardo, de Pelaya.

En estas regiones se evidenciaron las acciones violentas están en cercanías de los 11 municipios que conforman el Catatumbo como Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, Ocaña, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú.

Ahí, según las autoridades, existen cultivos de coca y operan grupos al margen de la ley como disidencias de las Farc, Eln y Bacrim como ‘Los Pelusos’, de quienes se ha reportado capturas por el Ejército y Policía.

El primero en caer fue Reinaldo Peñaranda Franco, alias ‘Pepe’ o ‘Pedro’, quien fue detenido por concierto para delinquir, fabricación, tráfico o porte de arma de fuego, homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte de estupefaciente, cuando salía de una celebración religiosa en Pueblo Bello, en un operativo dado a conocer el 28 enero.

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Otro en ser aprehendido el 9 de febrero en Aguachica fue Luis Miguel Montejo Salazar, reconocido en el bajo mundo como alias ‘Brayan’, señalado de ser reconocido integrante de ‘Los Pelusos’ y que participó en un acto terrorista perpetrado en febrero de 2015 a unos miembros de la Policía Nacional.

El 13 de febrero también fue capturado alias ‘Joselito’, acusado de ser cabecilla logístico del autodenominado frente ‘Libardo Mora Toro’ del grupo armado de ‘Los Pelusos’, según el informe publicado por el Ejército Nacional.

Otra reciente detención fue la de seis miembros del Eln en junio en un operativo realizado en Norte de Santander y Cesar.

LAS AUTORIDADES

Uno de los inconvenientes que los ganaderos ven para tener mayor seguridad en el campo es el número de uniformados con los que cuentan las autoridades, además de otros males que no acaban como el abigeato.

“La Fuerza Pública tiene escasez de recursos humanos para atender el territorio que es demasiado amplio en carreteras rurales o vías terciarias y pues para ellos es difícil tener un cubrimiento total de la zona. Le hemos pedido al Gobierno que refuerce sobre todo los esquemas de prevención del delito y gastarle más tiempo a la inteligencia a investigar los grupos que se forman y tratar de desarticularlos”, puntualizó Jesús Emilio Herrera, líder del gremio ganadero al sur del Cesar.

El comandante de Policía Cesar, coronel Lacides Ramos Blanco, comunicó que dentro de la institución cuenta con 3.050 efectivos que velan por la seguridad en el territorio.

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Asimismo manifestó que como medida preventiva siempre han mantenido comunicación con los ganaderos para prevenir los ataques criminales.

“Con el gremio ganadero, Gaula, Policía y Ejército de manera permanente se les dan charlas cómo actuar antes de cualquier requerimiento de los delincuentes. Los comandantes de estación tienen comunicación directa con los ganaderos y las visitas en coordinación con el Ejército a las fincas”, dijo el coronel Lacides Ramos Blanco.

RESULTADOS

La Policía Nacional informó que en lo corrido del año se evidencia reducción en varios delitos que afectan a los ganaderos como el abigeato, en 52 %.

Además por este delito han logrado la captura de 21 personas en el departamento, de las cuales nueve fueron son por orden Judicial y 12 en flagrancia. Mientras que por extorsión llevan 27 capturas, 16 por orden judicial y 11 en flagrancia.

“El éxito de que se haya reducido los índices de la extorsión y el abigeato y demás delitos que afecta a este gremio ha sido por abrir los canales de comunicación para que la reacción sea oportuna y de manera permanente”, finalizó el comandante de la Policía Cesar.

Por Marllelys Salinas M. / EL PILÓN
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