La palabra primavera deriva del latín prima que expresa 'primer' y vera que significa 'verdor'.
La palabra primavera deriva del latín prima que expresa ‘primer’ y vera que significa ‘verdor’. Y justo esta definición muy ‘glooglera’ nos pone a tararear la canción del maestro Leandro Díaz ‘La Primavera’ muy de moda en estos días de novela:
“El 22 de marzo llega la primavera; le da alegría a la tierra y yo adoraré con mi canto. Y por eso le canto a mi morena que tiene sabor a primavera. Lo mismo consiste con las mujeres que son como plantas cuando llueven.
La primavera es linda y vienen las mujeres. Las plantas cuando llueve muestran su florecita. por eso le canto a mi morena que tiene sabor a primavera. Ya llegó Leandro Díaz negra que me has guardado Si yo no te he olvidado te juro vida mía”.
Esta creación de Leandro, cargada de metáforas, nos dice que la vida es un momento de felicidad al encontrarnos con el verdor de la naturaleza, los árboles cambian sus hojas, ‘las plantas cuando llueven muestran sus florecitas’; los patios y andenes se llenan de hojas que se ven rodar, incomoda el tener que barrer y recoger, pero regocija y nos llena de felicidad volver a ver las plantas reverdecidas.
Esto es la belleza natural que Leandro describía de manera especial con los ojos del alma. La primavera.
Y es la belleza que experimentamos al ver los cañaguates florecidos el cerro Minakalwa, el de hurtado, que se florece por unos días para el deleite de quienes lo vemos todo un año vestido de verano seco.
En primavera los árboles frutales se preñan de dulzura, los campos renacen, hay vida; hay alimento para el ganado y la leche abunda. Los campesinos se abrazan a su azadón y le sacan esperanzas a la madre tierra.
Se convierte, marzo, el tercer mes del año en un espacio del tiempo en donde se dan, para nuestro sentir, celebraciones o conmemoraciones especiales: el 8 el día de la mujer, el 10 el día de los amigos, el 19 el día del hombre, y la fiesta de San José, el 21 el día internacional de la eliminación de la discriminación racial; y bueno se celebra la vida, con un verde esperanza, lleno de esplendor.
Y hago de manera especial un punto aparte a la altura de esta nota, para dedicarnos un espacio de celebración, nosotros los hombres, no porque la mujer o la sociedad en general discrimine esta fecha. No se trata de eso.
La idea es que, desde nuestro propio sentir, entendamos que el hombre fue creado por Dios, a su imagen y semejanza y que fue puesto en la tierra para edificarla, construir en amor y lejos de la maldad y el rencor. Luego para su regocijo, sacó de sus costillas a la mujer, para que fuese su complemento, para caminar a su lado y ayudarlo en esa construcción de mundo, de vida. No para pelear, no para ser su rival, no para divergir.
¡Celebremos! Es el mensaje de amor, de alegría, de responsabilidad y de querer demostrar que los hombres también tenemos un corazón puro para entregar lo mejor de nosotros para ayudar a edificar al mundo.
Y al iniciar la primavera, ¡Feliz día del Hombre! celebrados con este decimal de mi autoría.
Es San José venerado/ hombre sabio y de grandeza/ que marcara la certeza/ de Dios y su apostolado. Él bendijo a su hijo amado/ y Jesús fue omnipotente/ principal hombre presente/ para celebrar lo especial/ su humildad es lo esencial/ lo dijo Dios claramente. Sólo Eso
Por Eduardo Santos Ortega Vergara
La palabra primavera deriva del latín prima que expresa 'primer' y vera que significa 'verdor'.
La palabra primavera deriva del latín prima que expresa ‘primer’ y vera que significa ‘verdor’. Y justo esta definición muy ‘glooglera’ nos pone a tararear la canción del maestro Leandro Díaz ‘La Primavera’ muy de moda en estos días de novela:
“El 22 de marzo llega la primavera; le da alegría a la tierra y yo adoraré con mi canto. Y por eso le canto a mi morena que tiene sabor a primavera. Lo mismo consiste con las mujeres que son como plantas cuando llueven.
La primavera es linda y vienen las mujeres. Las plantas cuando llueve muestran su florecita. por eso le canto a mi morena que tiene sabor a primavera. Ya llegó Leandro Díaz negra que me has guardado Si yo no te he olvidado te juro vida mía”.
Esta creación de Leandro, cargada de metáforas, nos dice que la vida es un momento de felicidad al encontrarnos con el verdor de la naturaleza, los árboles cambian sus hojas, ‘las plantas cuando llueven muestran sus florecitas’; los patios y andenes se llenan de hojas que se ven rodar, incomoda el tener que barrer y recoger, pero regocija y nos llena de felicidad volver a ver las plantas reverdecidas.
Esto es la belleza natural que Leandro describía de manera especial con los ojos del alma. La primavera.
Y es la belleza que experimentamos al ver los cañaguates florecidos el cerro Minakalwa, el de hurtado, que se florece por unos días para el deleite de quienes lo vemos todo un año vestido de verano seco.
En primavera los árboles frutales se preñan de dulzura, los campos renacen, hay vida; hay alimento para el ganado y la leche abunda. Los campesinos se abrazan a su azadón y le sacan esperanzas a la madre tierra.
Se convierte, marzo, el tercer mes del año en un espacio del tiempo en donde se dan, para nuestro sentir, celebraciones o conmemoraciones especiales: el 8 el día de la mujer, el 10 el día de los amigos, el 19 el día del hombre, y la fiesta de San José, el 21 el día internacional de la eliminación de la discriminación racial; y bueno se celebra la vida, con un verde esperanza, lleno de esplendor.
Y hago de manera especial un punto aparte a la altura de esta nota, para dedicarnos un espacio de celebración, nosotros los hombres, no porque la mujer o la sociedad en general discrimine esta fecha. No se trata de eso.
La idea es que, desde nuestro propio sentir, entendamos que el hombre fue creado por Dios, a su imagen y semejanza y que fue puesto en la tierra para edificarla, construir en amor y lejos de la maldad y el rencor. Luego para su regocijo, sacó de sus costillas a la mujer, para que fuese su complemento, para caminar a su lado y ayudarlo en esa construcción de mundo, de vida. No para pelear, no para ser su rival, no para divergir.
¡Celebremos! Es el mensaje de amor, de alegría, de responsabilidad y de querer demostrar que los hombres también tenemos un corazón puro para entregar lo mejor de nosotros para ayudar a edificar al mundo.
Y al iniciar la primavera, ¡Feliz día del Hombre! celebrados con este decimal de mi autoría.
Es San José venerado/ hombre sabio y de grandeza/ que marcara la certeza/ de Dios y su apostolado. Él bendijo a su hijo amado/ y Jesús fue omnipotente/ principal hombre presente/ para celebrar lo especial/ su humildad es lo esencial/ lo dijo Dios claramente. Sólo Eso
Por Eduardo Santos Ortega Vergara