COLUMNISTA

Dolor de patria chica…lo habíamos advertido

Por: Luís Eduardo Acosta “Yo no me explico porqué hay compositores diciendo en sus canciones que no hay mendicidad, y sin embargo, existen por montones gamines por las calles de toda la ciudad, mueren de hambre, mueren de frío y su futuro incierto está” Imposible iniciar este escrito sin citar y transcribir el aparte inicial […]

Dolor de patria chica…lo habíamos advertido

Dolor de patria chica…lo habíamos advertido

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Por: Luís Eduardo Acosta

“Yo no me explico porqué hay compositores diciendo en sus canciones que no hay mendicidad, y sin embargo, existen por montones gamines por las calles de toda la ciudad, mueren de hambre, mueren de frío y su futuro incierto está”

Imposible iniciar este escrito sin citar y transcribir el aparte inicial de la canción titulada “Si Hay carasucias”, incluida por los Hermanos López con la voz de Jorge Oñate, en el LP “Las bodas de plata” grabado para el sello CBS en el año 1972, cuyo compositor no se quien es pues se registra con Derechos Reservados de Autor, la cual ha venido a mi mente a propósito de lo que está pasando en nuestros alares, donde al parecer, se engordan cerdos y bolsillos mientras que los perros duermen en los fogones de la gente más vulnerable de la población.

Para decir lo que oportunamente advertimos en escrito publicado en el periódico “Diario del Norte” el año anterior, en nota titulada “¿Pan Pa Quién?”, No se necesitaba tener bola de cristal, ni engatusar con barajas ni tener la cabeza forra o menear totumas con café para adivinar lo que se veía venir en el Departamento de La Guajira con la alharaca del famoso PAN, presentado inicialmente como programa destinado a combatir la desnutrición.

Aquella vez, escribimos lo siguiente: “Lo malo, no es que se le entreguen alimentos a la gente que por vainas de la vida, mereciendo tanto, no reciben nada; lo preocupante, es que se ha demostrado históricamente, que los alimentos crudos, son los que propician, el trueque de víveres por churro, y el engorde de ciertos sectores adultos, mientras los muchachos mueren por inanición”.

Nunca quise posar ni de agua fiestas ni de agorero de lo malo, pero el desastre nutricional en nuestra tierra, era de esperarse, pues las estadísticas de niños mal comidos, mal tenidos y mal vividos en Colombia, las encabeza el Departamento que más dinero contante y sonante “ha invertido” precisamente en eso, lo que resulta penoso, y produce dolor de patria chica, no hay derecho a tanta impiedad, tanta incuria y tamaña injusticia.

Se escucha hablar de recursos impronunciables para ayudar a los wayuú, pero nadie sabe dónde están, por ejemplo en Monguí, a cuarenta kilómetros de la capital, hay un asentamiento indígena, y allí, solo comen dignamente cuando de mi bolsillo, les compro mercados, sus hijos en diciembre reciben al Niño Dios, porque nosotros se los llevamos, no se han comido un grano de arroz del famosísimo programa, y los que se encuentran en otras rancherías, para poder comer, tienen que vender miel de abejas, conejos y macos en la vía.

Terminamos esta nota, reproduciendo otro aparte de lo que escribimos aquella vez sin que a nadie le importara: “Como del desayuno se sabe lo que puede venir en el almuerzo, es obligación, no solo de quienes ejercen su interventoría, y de los organismos que por disposición constitucional ejercen actividades de control, pero sobre todo, de la más importante de las “IAS” que es la ciudadanía, hacer seguimiento al asunto, para que el ajo, no salga en este negocio, más caro que la carne”.

Twitter: @Nene_AcostaM

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