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Columnista - 8 septiembre, 2023

Departamento del Cesar: cincuenta años de una eclosión educativa

El próximo 21 de diciembre celebrará el departamento del Cesar sus 56 años de haber nacido a la vida institucional del país, como uno de los últimos entes territoriales creados antes de la Constitución de 1991.

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El próximo 21 de diciembre celebrará el departamento del Cesar sus 56 años de haber nacido a la vida institucional del país, como uno de los últimos entes territoriales creados antes de la Constitución de 1991.

La reconstrucción de la memoria reciente de los pueblos, sobre todo, cuando aún viven muchos actores de los grandes hechos y acontecimientos que constituyen el acervo patrimonial y acumulado social de su historia; bien que dichos actores sean protagonistas o solamente testigos de excepción; debe ser una tarea a emprender por quienes han sido dotados por la misma sociedad con herramientas técnicas y conceptuales para traer al presente los hechos del pasado que inspiran grandeza y pundonor como sociedad y le permiten proyectarse hacia el futuro.

Nadie pone en discusión el papel que juega la educación en toda sociedad como factor dinamógeno de su transformación, desarrollo, movilidad y ascenso social de sus miembros. Esto permite comprender y valorar el rol trascendental que ha tenido la educación en el proceso de afirmación y consolidación del departamento del Cesar, como entidad territorial del Estado colombiano; que, al asumirse como territorio con autonomía en el manejo y proyección de su destino histórico, estaba llamado a trazar los derroteros de un nuevo rumbo y un futuro de progreso para sus habitantes.

Cualquiera que se ubique en el momento actual, con una perspectiva histórica de lo que era El Cesar hace cincuenta años, frente a lo que ha logrado al día de hoy como sociedad, teniendo en cuenta los cambios y transformaciones educativos, no podrá menos que intuir las grandes proporciones de un salto cualitativo. El día que fue inaugurado el departamento, se hacía mención que en los trece municipios con los cuales nació, había una nómina de aproximadamente 360 maestros de primaria y contaba con dos colegios que ofrecían bachillerato completo, el Colegio Loperena de Valledupar y en Campo Serrano de Aguachica. En algunas cabeceras municipales funcionaban colegios que ofrecían los grados iniciales del bachillerato en modalidad académica, pedagógica y técnica.

El primer año de vida departamental fue de grandes preocupaciones educativas en los diversos municipios y comunidades del nuevo departamento, que empezaron a exigir al gobierno colombiano y a las autoridades educativas la ampliación y mejora de la oferta local; bien, creado nuevas instituciones o, ampliando los cupos y niveles de las instituciones existentes. La precariedad de recursos financieros y la carencia de suficientes docentes calificados para ampliar las nóminas del sector, fueron algunas de las dificultades que se presentaron en ese momento. Pero las comunidades no desistieron en su empeño y, a partir de 1968, sorteando todo tipo de dificultades, se empezaron a crear colegios de bachillerato en los distintos municipios; algunos por gestión de autoridades y dirigentes políticos, otros por gestión de la jerarquía eclesiástica y párrocos de las diócesis de Valledupar y Ocaña. 

Pero 1973 fue un año de importancia definitiva, pues marcó un hito en la historia educativa del Cesar. Este año, el emprendimiento educativo social, puso un referente que significó la eclosión institucional en todo el territorio.

La promulgación de la Ley 9 del 22/09/1971, y la creación en el marco de dicha ley, de la División de Colegios Cooperativos del Ministerio de Educación Nacional, sirvió de apoyo a la comunidad de Rinconhondo, en el municipio de Chiriguaná; que, ante las respuestas negativas a una solicitud hecha al gobierno departamental, prefirió crear por iniciativa propia, el primer colegio cooperativo del departamento y ser así el primer corregimiento del Cesar en contar con un colegio de bachillerato. 

Por Simón Martínez Ubarnez.

Columnista
8 septiembre, 2023

Departamento del Cesar: cincuenta años de una eclosión educativa

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Simon Martinez

El próximo 21 de diciembre celebrará el departamento del Cesar sus 56 años de haber nacido a la vida institucional del país, como uno de los últimos entes territoriales creados antes de la Constitución de 1991.


El próximo 21 de diciembre celebrará el departamento del Cesar sus 56 años de haber nacido a la vida institucional del país, como uno de los últimos entes territoriales creados antes de la Constitución de 1991.

La reconstrucción de la memoria reciente de los pueblos, sobre todo, cuando aún viven muchos actores de los grandes hechos y acontecimientos que constituyen el acervo patrimonial y acumulado social de su historia; bien que dichos actores sean protagonistas o solamente testigos de excepción; debe ser una tarea a emprender por quienes han sido dotados por la misma sociedad con herramientas técnicas y conceptuales para traer al presente los hechos del pasado que inspiran grandeza y pundonor como sociedad y le permiten proyectarse hacia el futuro.

Nadie pone en discusión el papel que juega la educación en toda sociedad como factor dinamógeno de su transformación, desarrollo, movilidad y ascenso social de sus miembros. Esto permite comprender y valorar el rol trascendental que ha tenido la educación en el proceso de afirmación y consolidación del departamento del Cesar, como entidad territorial del Estado colombiano; que, al asumirse como territorio con autonomía en el manejo y proyección de su destino histórico, estaba llamado a trazar los derroteros de un nuevo rumbo y un futuro de progreso para sus habitantes.

Cualquiera que se ubique en el momento actual, con una perspectiva histórica de lo que era El Cesar hace cincuenta años, frente a lo que ha logrado al día de hoy como sociedad, teniendo en cuenta los cambios y transformaciones educativos, no podrá menos que intuir las grandes proporciones de un salto cualitativo. El día que fue inaugurado el departamento, se hacía mención que en los trece municipios con los cuales nació, había una nómina de aproximadamente 360 maestros de primaria y contaba con dos colegios que ofrecían bachillerato completo, el Colegio Loperena de Valledupar y en Campo Serrano de Aguachica. En algunas cabeceras municipales funcionaban colegios que ofrecían los grados iniciales del bachillerato en modalidad académica, pedagógica y técnica.

El primer año de vida departamental fue de grandes preocupaciones educativas en los diversos municipios y comunidades del nuevo departamento, que empezaron a exigir al gobierno colombiano y a las autoridades educativas la ampliación y mejora de la oferta local; bien, creado nuevas instituciones o, ampliando los cupos y niveles de las instituciones existentes. La precariedad de recursos financieros y la carencia de suficientes docentes calificados para ampliar las nóminas del sector, fueron algunas de las dificultades que se presentaron en ese momento. Pero las comunidades no desistieron en su empeño y, a partir de 1968, sorteando todo tipo de dificultades, se empezaron a crear colegios de bachillerato en los distintos municipios; algunos por gestión de autoridades y dirigentes políticos, otros por gestión de la jerarquía eclesiástica y párrocos de las diócesis de Valledupar y Ocaña. 

Pero 1973 fue un año de importancia definitiva, pues marcó un hito en la historia educativa del Cesar. Este año, el emprendimiento educativo social, puso un referente que significó la eclosión institucional en todo el territorio.

La promulgación de la Ley 9 del 22/09/1971, y la creación en el marco de dicha ley, de la División de Colegios Cooperativos del Ministerio de Educación Nacional, sirvió de apoyo a la comunidad de Rinconhondo, en el municipio de Chiriguaná; que, ante las respuestas negativas a una solicitud hecha al gobierno departamental, prefirió crear por iniciativa propia, el primer colegio cooperativo del departamento y ser así el primer corregimiento del Cesar en contar con un colegio de bachillerato. 

Por Simón Martínez Ubarnez.