EL CESORE plantea fortalecer el agro en temas como cafés especiales, cacao, palma de aceite, ganadería, piña de exportación, desarrollo forestal, cultivos de marañón, banano y los cítricos o la piscicultura a gran escala. También la cultura y turismo. Lo mismo que sectores considerados como grandes generadores de empleo que son salud y educación superior en Valledupar.
El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales CESORE, conjuntamente con el diario EL PILÓN, vienen publicando una serie de Informes sobre la situación social y económica del departamento y de su capital, con el fin de cualificar el debate electoral, darle altura a la discusión programática y entregar insumos a las campañas políticas para que los candidatos (as) hagan sus respectivas propuestas.
En el día de hoy, presentamos nuestro cuarto Informe que tiene que ver con la construcción del futuro que a mediano y largo plazo debe proyectar el departamento para diversificar su economía, bajo el entendido que depender casi que exclusivamente del carbón no es la mejor opción para el futuro, por los riesgos de la dependencia fiscal que origina y los pocos encadenamientos productivos que conlleva.
Es a todas luces mejor una economía diversificada que monoproductora. Para este Informe, vamos a utilizar el análisis y propuestas del libro “El Cesar: diversificación productiva para el Postcarbón” que CESORE lanzó a finales del año pasado, que puede ser consultado en cesore.com
El Cesar está siendo afectado por el cambio en los patrones de consumo mundial de energía. Las decisiones internacionales para contrarrestar los efectos del cambio climático y la menor demanda de carbón, originada por la caída de la economía mundial causada por el covid-19, están repercutiendo en la producción del carbón cesarense, y llevando al departamento a una encrucijada sobre su futuro.
Por una parte, hay menor demanda de carbón por parte de los compradores históricos del producto colombiano (Europa y USA). Por otra, en el escenario local, una de las empresas carboníferas renunció a los títulos mineros, (Prodeco), lo que se agregó a la parálisis en producción de otra empresa minera durante el último año, (CNR, Colombian Natural Resources) que apenas está reiniciando operaciones, lo que ha llevado a la economía regional y a los fiscos departamentales y municipales a un escenario social y económico crítico.
La difícil situación de estas dos empresas, así se solucione con la llegada de nuevas empresas carboníferas o mediante acuerdos con el gobierno Nacional, es una alerta para la sociedad y la economía cesarense.
El 40% del PIB departamental durante el año 2019 lo originó el carbón, lo que le ha generado a la economía, y sobre todo a las arcas gubernamentales, una altísima dependencia del mineral, del comportamiento de su ciclo productivo y de los vaivenes de su precio. El carbón seguirá en la economía cesarense un par de décadas más. Sin embargo, es definitivamente más conveniente, para el desarrollo sostenible de una región, que su economía se diversifique, a que sea monoproductora.
Una economía diversificada está mejor preparada frente a las crisis, tiene mayor resiliencia ante los avatares de los precios y las caídas de los productos y genera más oportunidades de empleos y negocios para los habitantes. Es por eso por lo que hablamos de la necesidad de un proceso de transición productiva.
Composición del PIB del Cesar durante el año 2019
Fuente CESORE 2021.
El 2019 fue el año pico de la producción de carbón en el departamento. Se extrajeron 52 millones de toneladas, el 61% del total nacional. Sin embargo, durante el año 2020 se produjeron en el departamento 34.6 millones de toneladas (UPME). Una caída considerable (33.5%), cuya recuperación no se ve en el corto plazo mientras no se solucione la devolución de los títulos de Prodeco y reinicie en forma la producción de CNR.
El año 2020, el primero de la pandemia, fue una alerta para los cesarenses. En razón a la caída arriba mencionada el PIB minero cayó de 40% a 27.5% igual que las regalías, y el pago del impuesto de industria y comercio en los municipios productores.
La pobreza en el Cesar subió de 51.7% a 58.3%, lo que es absolutamente aterrador, siendo el 5 departamento más pobre del país. Eso ya es una señal, para empezar a diversificar, siendo necesario sembrar las regalías en una serie de actividades diferentes al sector extractivo.
El próximo quinquenio es clave para el departamento. La producción minera va a seguir, van a llegar regalías importantes y es urgente resolver la situación de la devolución de los títulos mineros de Prodeco.
Para el 2021, la recuperación de la producción minera fue todavía a medias, dado que las minas de Prodeco, no fueron explotadas y CNR, sólo comenzó a producir en el segundo semestre. El Cesar va a seguir exportando carbón por 10-15 años más. Drummond tiene explotación prevista hasta el 2035 por lo menos, con el contrato de la mina El Corozo, por lo que sería más exacto hablar de una convivencia de otros sectores de la producción con la explotación carbonífera.
Las regalías van a seguir irrigando al Cesar y a sus municipios, pero mientras no se reinicie nuevamente la explotación de las minas en devolución, se va a presentar un faltante muy importante debido a que esta empresa representaba alrededor del 20% de la producción departamental.
El nuevo rey de las regalías es Becerril, que ojalá las invierta mejor, porque tiene uno de los ejemplos más emblemáticos de mal uso de estas al destinarlas para construir un parque central por 22.000 millones, para cerca de 60.000 personas, cuando su población urbana es de 17.000 habitantes y carece de agua potable.
MUNICIPIO | P/cción 1er SEMESTRE 2021 |
BECERRIL | 11.204.329 Toneladas |
LA JAGUA | 3.733.507 Toneladas |
EL PASO | 493.462 Toneladas |
CODAZZI | 324.680 Toneladas |
Fuente UPME.
En el libro de CESORE arriba mencionado y en ejercicios subsiguientes que se han hecho en el departamento, en particular por el CUEES (Comité Universidad, Estado, Empresa, Sociedad), el Comité Intergremial, el Ministerio de Minas, la Universidad del Área Andina y la Comisión Regional de Competitividad, se han identificado una serie de opciones de diversificación que podemos mencionar, con el objetivo que se profundice su estudio y apoyo por parte de los futuros legisladores.
El primer sector al que obviamente se mira como alternativa ante el marchitamiento de la industria carbonífera, es el agro. Efectivamente hay opciones en ese frente que de hecho han venido explotándose. Dejemos claro una cosa. No se está comenzando de cero. Hay experiencias valiosas en cafés especiales, en cacao, el Cesar es el segundo productor nacional de palma de aceite y con potencialidades grandes en la ganadería de carne, si se realiza de manera más sostenible.
Hay experimentos novedosos y exitosos con la piña de exportación del sur. Por otro lado, son una incógnita la opción de nuevos frentes productivos por falta de investigación y apoyo, como el desarrollo forestal, los nuevos cultivos como el marañón, banano y los cítricos o la piscicultura a gran escala.
Las recomendaciones ya están hechas: más riego, más vías de penetración, “sustitución de alimentos importados”, crédito de fomento, alfabetización rural, investigación, mucha investigación y titulación de la tierra. Hay que dar el salto a la agroindustria cárnica y láctea, por ejemplo, para incorporar valor agregado y generar más empleos.
El segundo frente es el de cultura y turismo. Se habla de nuestras grandes potencialidades, que definitivamente hay que organizar y apoyar. El turismo folclórico, el de naturaleza, el religioso, el musical, el gastronómico, el aviturismo, el histórico, etc.
De todas maneras, lo que se requiere es apoyo a las organizaciones que están haciendo un esfuerzo por aglutinarlo, mejorar la seguridad local, capacitar el personal humano, hacer promoción y marketing digital, generar contenidos culturales que no los hay, antes que despilfarrar recursos en moles de cemento, que es lo que se está haciendo. El turismo debe convertirse en un frente generador de empleo e ingresos para Valledupar y alrededores.
Los terceros y cuartos sectores considerados grandes generadores de empleo son los de salud y educación superior en Valledupar. Desde CESORE hemos venido impulsando la teoría de Valledupar, como ciudad uninodal.
No tiene otra parecida en una cercanía de 3-4 horas, que brinde los mismos servicios que ella. Santa Marta a 4 horas y Riohacha a 3, son lo que más se acerca a la prestación de los servicios de salud y educación técnica y universitaria de Valledupar. De tal manera que personas que viven en el centro del Magdalena, sur de Bolívar, centro y sur del Cesar y sur de La Guajira, en caso de necesitar servicios médicos de alta complejidad o que requieran hacer una maestría o especialización, vienen a Valledupar.
Esa es la razón de la proliferación de clínicas y universidades en Valledupar, que generan gran cantidad de empleo y servicios conexos (seguridad, manejo de basuras, técnico de aparatos médicos, transporte, alojamiento de estudiantes, etc.). A ambos clusters, hay que apoyarlos.
Un quinto sector propenso a ser apoyado es el que podemos denominar de iniciativas novedosas para el departamento. Ya dijimos que en el sector agropecuario, hay temas como el forestal, la piscicultura en gran escala, sobre todo usando la ciénaga de la zapatosa, nuevos cultivos como el marañón , el girasol, etc, o la explotación ovino-caprina para exportación que merecen que se invierta en investigación y en encontrar los modelos productivos rentables para esas explotaciones.
Esta es una tarea para el Estado, que invierta y encuentre los modelos que después se puedan replicar y masificar por parte de los inversionistas.
En lo urbano el CESORE identificó el cluster de la moda con potencialidades en Valledupar. Hasta ahora hay un grupo de diseñadores de calidad, pero no han podido desarrollar el proceso de producción masiva de prendas en la ciudad, lo que se conoce como maquila, que es el gran generador de trabajo. Hay que capacitar a las personas para que hagan dicha labor y facilitar la instalación de talleres para emplearlos.
Se llama formación para el trabajo y ya hicimos referencia en eso en el segundo Informe que versó sobre desempleo.
Como hemos dicho, esta es una serie de propuestas incompletas sobre sectores por donde se puede diversificar la economía del departamento. Falta mencionar el tema de energías alternativas, por ejemplo, con las granjas solares que se están instalando a lo largo y ancho del departamento.
Profundizar en la agroindustria donde tantas opciones de transformación tenemos para generar valor agregado tanto en lo agrícola – frutas-, como en lo pecuario – lácteos y cárnicos-. Existen posibilidades también en los servicios de programación y diseño digital, en las opciones de empleo en el sector BPO o los call centers, en la inversión pública en vías y el sector de la construcción, gran generador de empleo.
Sin hablar aún de las posibilidades que el departamento siga siendo minero, en caso que la exploración de cobre que actualmente se está haciendo sea exitosa. En fin, se requieren estudios, planes de desarrollo, políticas públicas organizadas, convenidas y consultadas y ese es el papel en el que pueden apoyar los congresistas. Esa es la invitación de CESORE y EL PILÓN.
Documento elaborado con la participación de los estudiantes de economía de la UPC Pabel Ortíz y Luis Martinez, practicantes en CESORE.
POR CESORE/EL PILÓN
EL CESORE plantea fortalecer el agro en temas como cafés especiales, cacao, palma de aceite, ganadería, piña de exportación, desarrollo forestal, cultivos de marañón, banano y los cítricos o la piscicultura a gran escala. También la cultura y turismo. Lo mismo que sectores considerados como grandes generadores de empleo que son salud y educación superior en Valledupar.
El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales CESORE, conjuntamente con el diario EL PILÓN, vienen publicando una serie de Informes sobre la situación social y económica del departamento y de su capital, con el fin de cualificar el debate electoral, darle altura a la discusión programática y entregar insumos a las campañas políticas para que los candidatos (as) hagan sus respectivas propuestas.
En el día de hoy, presentamos nuestro cuarto Informe que tiene que ver con la construcción del futuro que a mediano y largo plazo debe proyectar el departamento para diversificar su economía, bajo el entendido que depender casi que exclusivamente del carbón no es la mejor opción para el futuro, por los riesgos de la dependencia fiscal que origina y los pocos encadenamientos productivos que conlleva.
Es a todas luces mejor una economía diversificada que monoproductora. Para este Informe, vamos a utilizar el análisis y propuestas del libro “El Cesar: diversificación productiva para el Postcarbón” que CESORE lanzó a finales del año pasado, que puede ser consultado en cesore.com
El Cesar está siendo afectado por el cambio en los patrones de consumo mundial de energía. Las decisiones internacionales para contrarrestar los efectos del cambio climático y la menor demanda de carbón, originada por la caída de la economía mundial causada por el covid-19, están repercutiendo en la producción del carbón cesarense, y llevando al departamento a una encrucijada sobre su futuro.
Por una parte, hay menor demanda de carbón por parte de los compradores históricos del producto colombiano (Europa y USA). Por otra, en el escenario local, una de las empresas carboníferas renunció a los títulos mineros, (Prodeco), lo que se agregó a la parálisis en producción de otra empresa minera durante el último año, (CNR, Colombian Natural Resources) que apenas está reiniciando operaciones, lo que ha llevado a la economía regional y a los fiscos departamentales y municipales a un escenario social y económico crítico.
La difícil situación de estas dos empresas, así se solucione con la llegada de nuevas empresas carboníferas o mediante acuerdos con el gobierno Nacional, es una alerta para la sociedad y la economía cesarense.
El 40% del PIB departamental durante el año 2019 lo originó el carbón, lo que le ha generado a la economía, y sobre todo a las arcas gubernamentales, una altísima dependencia del mineral, del comportamiento de su ciclo productivo y de los vaivenes de su precio. El carbón seguirá en la economía cesarense un par de décadas más. Sin embargo, es definitivamente más conveniente, para el desarrollo sostenible de una región, que su economía se diversifique, a que sea monoproductora.
Una economía diversificada está mejor preparada frente a las crisis, tiene mayor resiliencia ante los avatares de los precios y las caídas de los productos y genera más oportunidades de empleos y negocios para los habitantes. Es por eso por lo que hablamos de la necesidad de un proceso de transición productiva.
Composición del PIB del Cesar durante el año 2019
Fuente CESORE 2021.
El 2019 fue el año pico de la producción de carbón en el departamento. Se extrajeron 52 millones de toneladas, el 61% del total nacional. Sin embargo, durante el año 2020 se produjeron en el departamento 34.6 millones de toneladas (UPME). Una caída considerable (33.5%), cuya recuperación no se ve en el corto plazo mientras no se solucione la devolución de los títulos de Prodeco y reinicie en forma la producción de CNR.
El año 2020, el primero de la pandemia, fue una alerta para los cesarenses. En razón a la caída arriba mencionada el PIB minero cayó de 40% a 27.5% igual que las regalías, y el pago del impuesto de industria y comercio en los municipios productores.
La pobreza en el Cesar subió de 51.7% a 58.3%, lo que es absolutamente aterrador, siendo el 5 departamento más pobre del país. Eso ya es una señal, para empezar a diversificar, siendo necesario sembrar las regalías en una serie de actividades diferentes al sector extractivo.
El próximo quinquenio es clave para el departamento. La producción minera va a seguir, van a llegar regalías importantes y es urgente resolver la situación de la devolución de los títulos mineros de Prodeco.
Para el 2021, la recuperación de la producción minera fue todavía a medias, dado que las minas de Prodeco, no fueron explotadas y CNR, sólo comenzó a producir en el segundo semestre. El Cesar va a seguir exportando carbón por 10-15 años más. Drummond tiene explotación prevista hasta el 2035 por lo menos, con el contrato de la mina El Corozo, por lo que sería más exacto hablar de una convivencia de otros sectores de la producción con la explotación carbonífera.
Las regalías van a seguir irrigando al Cesar y a sus municipios, pero mientras no se reinicie nuevamente la explotación de las minas en devolución, se va a presentar un faltante muy importante debido a que esta empresa representaba alrededor del 20% de la producción departamental.
El nuevo rey de las regalías es Becerril, que ojalá las invierta mejor, porque tiene uno de los ejemplos más emblemáticos de mal uso de estas al destinarlas para construir un parque central por 22.000 millones, para cerca de 60.000 personas, cuando su población urbana es de 17.000 habitantes y carece de agua potable.
MUNICIPIO | P/cción 1er SEMESTRE 2021 |
BECERRIL | 11.204.329 Toneladas |
LA JAGUA | 3.733.507 Toneladas |
EL PASO | 493.462 Toneladas |
CODAZZI | 324.680 Toneladas |
Fuente UPME.
En el libro de CESORE arriba mencionado y en ejercicios subsiguientes que se han hecho en el departamento, en particular por el CUEES (Comité Universidad, Estado, Empresa, Sociedad), el Comité Intergremial, el Ministerio de Minas, la Universidad del Área Andina y la Comisión Regional de Competitividad, se han identificado una serie de opciones de diversificación que podemos mencionar, con el objetivo que se profundice su estudio y apoyo por parte de los futuros legisladores.
El primer sector al que obviamente se mira como alternativa ante el marchitamiento de la industria carbonífera, es el agro. Efectivamente hay opciones en ese frente que de hecho han venido explotándose. Dejemos claro una cosa. No se está comenzando de cero. Hay experiencias valiosas en cafés especiales, en cacao, el Cesar es el segundo productor nacional de palma de aceite y con potencialidades grandes en la ganadería de carne, si se realiza de manera más sostenible.
Hay experimentos novedosos y exitosos con la piña de exportación del sur. Por otro lado, son una incógnita la opción de nuevos frentes productivos por falta de investigación y apoyo, como el desarrollo forestal, los nuevos cultivos como el marañón, banano y los cítricos o la piscicultura a gran escala.
Las recomendaciones ya están hechas: más riego, más vías de penetración, “sustitución de alimentos importados”, crédito de fomento, alfabetización rural, investigación, mucha investigación y titulación de la tierra. Hay que dar el salto a la agroindustria cárnica y láctea, por ejemplo, para incorporar valor agregado y generar más empleos.
El segundo frente es el de cultura y turismo. Se habla de nuestras grandes potencialidades, que definitivamente hay que organizar y apoyar. El turismo folclórico, el de naturaleza, el religioso, el musical, el gastronómico, el aviturismo, el histórico, etc.
De todas maneras, lo que se requiere es apoyo a las organizaciones que están haciendo un esfuerzo por aglutinarlo, mejorar la seguridad local, capacitar el personal humano, hacer promoción y marketing digital, generar contenidos culturales que no los hay, antes que despilfarrar recursos en moles de cemento, que es lo que se está haciendo. El turismo debe convertirse en un frente generador de empleo e ingresos para Valledupar y alrededores.
Los terceros y cuartos sectores considerados grandes generadores de empleo son los de salud y educación superior en Valledupar. Desde CESORE hemos venido impulsando la teoría de Valledupar, como ciudad uninodal.
No tiene otra parecida en una cercanía de 3-4 horas, que brinde los mismos servicios que ella. Santa Marta a 4 horas y Riohacha a 3, son lo que más se acerca a la prestación de los servicios de salud y educación técnica y universitaria de Valledupar. De tal manera que personas que viven en el centro del Magdalena, sur de Bolívar, centro y sur del Cesar y sur de La Guajira, en caso de necesitar servicios médicos de alta complejidad o que requieran hacer una maestría o especialización, vienen a Valledupar.
Esa es la razón de la proliferación de clínicas y universidades en Valledupar, que generan gran cantidad de empleo y servicios conexos (seguridad, manejo de basuras, técnico de aparatos médicos, transporte, alojamiento de estudiantes, etc.). A ambos clusters, hay que apoyarlos.
Un quinto sector propenso a ser apoyado es el que podemos denominar de iniciativas novedosas para el departamento. Ya dijimos que en el sector agropecuario, hay temas como el forestal, la piscicultura en gran escala, sobre todo usando la ciénaga de la zapatosa, nuevos cultivos como el marañón , el girasol, etc, o la explotación ovino-caprina para exportación que merecen que se invierta en investigación y en encontrar los modelos productivos rentables para esas explotaciones.
Esta es una tarea para el Estado, que invierta y encuentre los modelos que después se puedan replicar y masificar por parte de los inversionistas.
En lo urbano el CESORE identificó el cluster de la moda con potencialidades en Valledupar. Hasta ahora hay un grupo de diseñadores de calidad, pero no han podido desarrollar el proceso de producción masiva de prendas en la ciudad, lo que se conoce como maquila, que es el gran generador de trabajo. Hay que capacitar a las personas para que hagan dicha labor y facilitar la instalación de talleres para emplearlos.
Se llama formación para el trabajo y ya hicimos referencia en eso en el segundo Informe que versó sobre desempleo.
Como hemos dicho, esta es una serie de propuestas incompletas sobre sectores por donde se puede diversificar la economía del departamento. Falta mencionar el tema de energías alternativas, por ejemplo, con las granjas solares que se están instalando a lo largo y ancho del departamento.
Profundizar en la agroindustria donde tantas opciones de transformación tenemos para generar valor agregado tanto en lo agrícola – frutas-, como en lo pecuario – lácteos y cárnicos-. Existen posibilidades también en los servicios de programación y diseño digital, en las opciones de empleo en el sector BPO o los call centers, en la inversión pública en vías y el sector de la construcción, gran generador de empleo.
Sin hablar aún de las posibilidades que el departamento siga siendo minero, en caso que la exploración de cobre que actualmente se está haciendo sea exitosa. En fin, se requieren estudios, planes de desarrollo, políticas públicas organizadas, convenidas y consultadas y ese es el papel en el que pueden apoyar los congresistas. Esa es la invitación de CESORE y EL PILÓN.
Documento elaborado con la participación de los estudiantes de economía de la UPC Pabel Ortíz y Luis Martinez, practicantes en CESORE.
POR CESORE/EL PILÓN