El Cuerpo de Bomberos de Valledupar le dio el último adiós este domingo a uno de sus integrantes. El maquinista Eudes Alfredo Bernal, de 49 años, dejó de existir como víctima mortal del coronavirus. Por su muerte, paradójicamente ese chorro de agua que significa vida, fue el simbolismo que en medio del llanto sus compañeros usaron como muestra de respeto.

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Los compañeros de Eudes lo recuerdan como un buen compañero, pacífico y servicial. Llegó a formar parte de la línea de fuego en el año 2012, como maquinista.  Anteriormente había trabajado como supervisor en Interaseo.

“Había sido diagnosticado con covid-19 a mediados de agosto, no le tenía miedo al virus hasta que al ver que los síntomas era más fuerte, fue internado en la clínica Alta Complejidad, tenía miedo ir a la clínica.  Primeramente estuvo en el área de hospitalización y seguía en comunicación con nosotros nos escribía y enviaba notas de voz, pero su voz se fue apagando poco a poco, hasta que un día la esposa nos avisó que había sido llevado a la Unidad de Cuidados Intensivos y tristemente el virus se lo llevó”, expresó su compañera de batallas María del Carmen Maestre.

Todos sus compañeros le rindieron un homenaje en la base y en el cementerio antes de ser sepultado.  Eudes Alfredo era casado y padre de tres hijos.

Actualmente son cinco los bomberos que han sido diagnosticados positivo para este virus, otros cinco permanecen aislados como medida preventiva ya que tienen enfermedades de base y tuvieron contacto directo con los contagiados, pues en los turnos de 24 que realizan conformados por 18 bomberos, todos duermen en una misma habitación.

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EN PANDEMIA Y SIN PAGO

Otro de los grandes problemas que atraviesa el Cuerpo de Bomberos de Valledupar es la falta de pago puntual por sus honorarios. Dependen de un presupuesto asignado por la administración municipal, la cual les adeuda cuatro meses: junio, julio, agosto y lo corrido del mes actual.

El bombero de línea de fuego, Luis Alejandro Zuleta, sostuvo que la gran preocupación de todos es quedarse sin seguridad social en esta época de pandemia que no solo los perjudicaría a ellos sino a su núcleo familiar.

“En julio fue la última vez que cancelaron la seguridad social, con un dinero que giraron, pero nos adeudan cesantías, primas de mitad de año y vacaciones a bomberos que han salido a disfrutarlas y no se las han cancelado ni un peso”, expresó Zuleta.

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Otras de las preocupaciones que tienen los bomberos es que el presupuesto asignado de $2.600 millones podría ser recortado, ya que los recursos  son derivados de un porcentaje del impuesto predial y al parecer este año el recaudo ha disminuido por lo que podrían verse afectados.