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Medio Ambiente - 7 agosto, 2019

¿Cómo logró el Areandina reducir su producción de papel?

La principal apuesta fue sacar el papel de algunos trámites. También en alejarlo de los procesos de enseñanza, al punto de tener una sola impresora en el kiosko para 4.300 estudiantes.

Digitalizar los trámites permitió reducir de 120 gramos diarios  de residuos la producción por persona, a casi 60 gramos, según las autoridades universitarias. 

FOTO/ARCHIVO
Digitalizar los trámites permitió reducir de 120 gramos diarios de residuos la producción por persona, a casi 60 gramos, según las autoridades universitarias. FOTO/ARCHIVO

Tradicionalmente, el papel lideró la lista de los residuos ordinarios producidos en las instituciones educativas. Desde primaria hasta las instituciones de educación superior. Pero las tecnologías y sus facilidades permitieron cambiar la inclinación de la balanza.

En el caso de la Fundación Universitaria del Área Andina de Valledupar varios procesos permitieron que el papel significara solo el 10 % de la producción de residuos diarios. En cálculos, de los 4.350 estudiantes de la universidad 1.100 circulan diariamente desde las seis de la mañanas hasta las diez de la noche.

Cada uno, según información de la institución, genera a diario 60 gramos de residuos en promedio. Ese cálculo da como resultado 66 kilos de residuos que se generan en promedio, 60 % de esa producción es plástico, producido en las cafeterías.

Te puede interesar: Reciclar para alargar la vida del relleno sanitario de Valledupar

El otro porcentaje se divide entre el 20 % de la producción de orgánicos, 10 % de papel y 10 % de otros. El punto destacado es el papel. De significar el 40 % de los residuos, la digitalización de los procesos lo redujo a 10 %.

“Si notas en la universidad solo hay una impresora para 4.350 estudiantes. Allí se imprime lo básico. Casi que aquí no necesitamos imprimir ningún trabajo. De hecho, todos los trabajos se reciben de manera virtual. Eso permitió que el papel dejara de significar el 40 % de nuestra producción”, aseguró Moisés Díaz Quintero, coordinador académico de ingeniería Ambiental e Industrial del Área Andina.

Esa reducción permitió, además, que la producción per cápita pasara de 120 gramos diarios a los 60 actuales. Díaz Quintero detalla que todo empezó con dos plataformas digitales: Canvas y Ulises. Con la primera se digitalizó un gran porcentaje de la educación presencial suprimiendo la necesidad de imprimir los trabajos para entregarlos al profesor.

La plataforma permite cargarlos, entregar y verificar con firmas digitales que es el estudiante el que lo entrega. “Simple ¿qué evitas? Impresión”, agrega el coordinador.

Con la segunda se digitalizó la entrega de notas. “Ante se entregaba una planilla y el estudiante se iba con su nota. Ahora en la plataforma Ulises, donde el estudiante hace su matrícula, no necesita imprimirla, no necesita permiso, hace sus certificados y hace el tema de notas, entre otros servicios. Por ejemplo, las preguntas, quejas y respuestas. Es decir, evitamos la generación de papel”, agregó.

Lee también: Las mujeres que hicieron de Tamalameque el municipio más limpio del Cesar

Pero, ¿por qué no se lleva a cero la producción de papel? Principalmente por los exámenes de facultades de ingenierías que requieren hojas de examen, pero la apuesta es trasladar la totalidad del proceso a los editores digitales de ecuaciones.

NO VERBAL

La institución de educación superior tiene identificados los puntos críticos: la cafetería, laboratorios y oficinas administrativas. Allí se produce la mayor cantidad de residuos. En esos puntos están concentrados los puntos limpios y de disposición.

En la universidad no son muchos los puntos, sin embargo, no abundan los residuos en el suelo. Según las autoridades universitarias no es gracias a las aseadoras, contrario a una estrategia de lenguaje no verbal.

¿En qué consiste? No repetir no bote la basura, sino que la lejanía de las canecas estimuló que las personas eviten producir.

Lee también: Llantas y otros residuos de operación minera, ¿cómo los maneja Drummond?

“Si tú generas una basura no encontrarás una caneca. En los salones no hay caneca, porque antes la caneca se convertía en un centro de todo, borrador, lapicero, chicle, cáscara de comida. Ahora el estudiante y el profesor entienden que como no hay caneca en las aulas, como el punto limpio no está tan cerca, prefieras no generar basuras. No te lo digo, pero si no lo ves no lo haces”, concluye Díaz.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
[email protected]

Medio Ambiente
7 agosto, 2019

¿Cómo logró el Areandina reducir su producción de papel?

La principal apuesta fue sacar el papel de algunos trámites. También en alejarlo de los procesos de enseñanza, al punto de tener una sola impresora en el kiosko para 4.300 estudiantes.


Digitalizar los trámites permitió reducir de 120 gramos diarios  de residuos la producción por persona, a casi 60 gramos, según las autoridades universitarias. 

FOTO/ARCHIVO
Digitalizar los trámites permitió reducir de 120 gramos diarios de residuos la producción por persona, a casi 60 gramos, según las autoridades universitarias. FOTO/ARCHIVO

Tradicionalmente, el papel lideró la lista de los residuos ordinarios producidos en las instituciones educativas. Desde primaria hasta las instituciones de educación superior. Pero las tecnologías y sus facilidades permitieron cambiar la inclinación de la balanza.

En el caso de la Fundación Universitaria del Área Andina de Valledupar varios procesos permitieron que el papel significara solo el 10 % de la producción de residuos diarios. En cálculos, de los 4.350 estudiantes de la universidad 1.100 circulan diariamente desde las seis de la mañanas hasta las diez de la noche.

Cada uno, según información de la institución, genera a diario 60 gramos de residuos en promedio. Ese cálculo da como resultado 66 kilos de residuos que se generan en promedio, 60 % de esa producción es plástico, producido en las cafeterías.

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El otro porcentaje se divide entre el 20 % de la producción de orgánicos, 10 % de papel y 10 % de otros. El punto destacado es el papel. De significar el 40 % de los residuos, la digitalización de los procesos lo redujo a 10 %.

“Si notas en la universidad solo hay una impresora para 4.350 estudiantes. Allí se imprime lo básico. Casi que aquí no necesitamos imprimir ningún trabajo. De hecho, todos los trabajos se reciben de manera virtual. Eso permitió que el papel dejara de significar el 40 % de nuestra producción”, aseguró Moisés Díaz Quintero, coordinador académico de ingeniería Ambiental e Industrial del Área Andina.

Esa reducción permitió, además, que la producción per cápita pasara de 120 gramos diarios a los 60 actuales. Díaz Quintero detalla que todo empezó con dos plataformas digitales: Canvas y Ulises. Con la primera se digitalizó un gran porcentaje de la educación presencial suprimiendo la necesidad de imprimir los trabajos para entregarlos al profesor.

La plataforma permite cargarlos, entregar y verificar con firmas digitales que es el estudiante el que lo entrega. “Simple ¿qué evitas? Impresión”, agrega el coordinador.

Con la segunda se digitalizó la entrega de notas. “Ante se entregaba una planilla y el estudiante se iba con su nota. Ahora en la plataforma Ulises, donde el estudiante hace su matrícula, no necesita imprimirla, no necesita permiso, hace sus certificados y hace el tema de notas, entre otros servicios. Por ejemplo, las preguntas, quejas y respuestas. Es decir, evitamos la generación de papel”, agregó.

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Pero, ¿por qué no se lleva a cero la producción de papel? Principalmente por los exámenes de facultades de ingenierías que requieren hojas de examen, pero la apuesta es trasladar la totalidad del proceso a los editores digitales de ecuaciones.

NO VERBAL

La institución de educación superior tiene identificados los puntos críticos: la cafetería, laboratorios y oficinas administrativas. Allí se produce la mayor cantidad de residuos. En esos puntos están concentrados los puntos limpios y de disposición.

En la universidad no son muchos los puntos, sin embargo, no abundan los residuos en el suelo. Según las autoridades universitarias no es gracias a las aseadoras, contrario a una estrategia de lenguaje no verbal.

¿En qué consiste? No repetir no bote la basura, sino que la lejanía de las canecas estimuló que las personas eviten producir.

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“Si tú generas una basura no encontrarás una caneca. En los salones no hay caneca, porque antes la caneca se convertía en un centro de todo, borrador, lapicero, chicle, cáscara de comida. Ahora el estudiante y el profesor entienden que como no hay caneca en las aulas, como el punto limpio no está tan cerca, prefieras no generar basuras. No te lo digo, pero si no lo ves no lo haces”, concluye Díaz.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
[email protected]