Valledupar, una ciudad conocida por sus follajes floridos, arborización frutal y su rica biodiversidad, enfrenta un desafío creciente relacionado con la proliferación de enjambres de abejas y avispas. Para tratar a fondo el tema, EL PILÓN buscó a Marino Zuleta, veterinario de Corpocesar, quien ha estado en la primera línea de esta problemática, atendiendo numerosos casos y ofreciendo una perspectiva experta sobre la temporada de abejas africanizadas en Valledupar.
Zuleta profundiza en las causas, consecuencias y soluciones para abordar esta situación.
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Causas del aumento de enjambres
Según Zuleta, el aumento de enjambres en la región está estrechamente relacionado con las altas sequías que han afectado al departamento del Cesar en los últimos tres años. “Siempre ha habido abejas y avispas, pero ha venido surgiendo un fenómeno por las altas sequías”, explica. Ante la escasez de recursos en las zonas rurales, las abejas se ven atraídas por las condiciones favorables que encuentran en las áreas urbanas, como la abundancia de jardines, flores y fuentes de agua provenientes de los aires acondicionados.
Zuleta enfatiza el papel crucial de las abejas en los procesos de polinización, destacando que son responsables de hasta el 70 % de este proceso. “Eliminar las abejas es someter a la especie humana a una hambruna a nivel mundial, porque no habría producción de muchos alimentos que llegan a nuestra mesa”, advierte. La polinización es esencial para la producción de frutas, verduras y otros cultivos vitales para la alimentación humana.
Diferenciación entre abejas y avispas
Es fundamental diferenciar entre abejas y avispas, ya que su comportamiento y manejo son distintos. Zuleta explica que “las abejas son animales más robustos y vellosos, mientras que las avispas son más frágiles y delicadas. Además, las abejas forman enjambres, mientras que las avispas construyen nidos”. Esta distinción es determinante para abordar adecuadamente cada situación.
¿Qué hacer ante un enjambre?
Ante la presencia de un enjambre de abejas, Zuleta ofrece recomendaciones claras y precisas. En primer lugar, es crucial identificar si se trata de abejas africanizadas, conocidas por su agresividad. En caso afirmativo, se debe evitar entrar en su área de refugio, que abarca aproximadamente 10 metros a la redonda. “Una persona que esté retirada de una circunferencia de 10 metros sin que las abejas las estén molestando, sin que nadie les haya tirado un objeto, no le va a pasar absolutamente nada”, asegura.
En segundo lugar, nunca se deben arrojar objetos al enjambre, ya que esto se considera una agresión y provocará una respuesta defensiva. En tercer lugar, se debe contactar de inmediato a las autoridades competentes, como Corpocesar, para que se encarguen del rescate y reubicación del enjambre.
De acuerdo con Zuleta, los bomberos, al igual que otros cuerpos de bomberos en el departamento, solían matar a las abejas con veneno y fuego. Por esta razón, Corpocesar tomó la iniciativa de capacitar a 11 municipios en el departamento de Cesar, incluyendo al cuerpo de bomberos, defensa civil, apicultores y funcionarios de las alcaldías. Además, Corpocesar les proporcionó un kit apícola con trajes y otros elementos para el manejo de abejas.
Zuleta también menciona que, a pesar de la capacitación, hay inconvenientes debido a que los municipios no siempre tienen contratos con los bomberos o convenios con la Defensa Civil, lo que dificulta su participación activa en el manejo de enjambres.
El caso del barrio San Martín
Zuleta lamenta el incidente ocurrido en el barrio San Martín, donde un hombre falleció tras ser atacado por abejas. Sin embargo, aclara que las abejas no atacaron al señor, sino que reaccionaron a una agresión previa. “En el San Martín, unos jóvenes apedrearon al enjambre, el enjambre se alborotó y el pagano fue el pobre señor”, explica.
Zuleta destaca la necesidad de un trabajo en equipo entre diversas instituciones y la comunidad para abordar eficazmente la problemática de los enjambres. “En equipo sí se ganan campeonatos”, afirma. En este sentido, menciona la legislación apícola aprobada por el Congreso de la República en 2022, que establece la conformación de comités apícolas municipales, integrados por representantes de diferentes entidades, como bomberos, defensa civil, secretarías de tránsito y riesgos, entre otros.
El llamado a la comunidad y el reporte de casos
Finalmente, Zuleta hace un llamado a la comunidad para que no molesten a las abejas y reporten los casos de enjambres al correo institucional de Corpocesar (atencionalciudadano@corpocesar.gov.co). “Los casos que no se reportan no se pueden atender, primero porque no los conocemos”, explica. El reporte oportuno de los casos es fundamental para que Corpocesar pueda realizar las intervenciones necesarias y proteger tanto a las abejas como a la comunidad.
Los enjambres de abejas y avispas en sí no son un problema en Valledupar, lo es la desinformación y requiere un enfoque integral que involucre a las autoridades, la comunidad y los expertos en el tema. La prevención, la educación y el trabajo en equipo son clave para garantizar la seguridad de todos y preservar el invaluable papel de las abejas en nuestro ecosistema.
Por: Katlin Navarro/ EL PILÓN
