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Aranceles contraproducentes a la industria automotriz  

Tras dos meses de fluctuaciones en los aranceles, imponiéndolos un día y suspendiéndolos a menudo al siguiente, Donald Trump aceleró su guerra comercial al anunciar un arancel del 25 % sobre las importaciones de automóviles y autopartes a Estados Unidos. 

Aranceles contraproducentes a la industria automotriz  

Aranceles contraproducentes a la industria automotriz  

Por: Luis

@el_pilon

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Tras dos meses de fluctuaciones en los aranceles, imponiéndolos un día y suspendiéndolos a menudo al siguiente, Donald Trump aceleró su guerra comercial al anunciar un arancel del 25 % sobre las importaciones de automóviles y autopartes a Estados Unidos. 

Casi la mitad de los carros que se venden en EE. UU. son importados, y el arancel del 25 % de Trump, añadirá en promedio según expertos del sector cerca de 6.000 dólares al precio de venta. Los fabricantes nacionales de automóviles podrán aumentar sus precios de venta, porque los nuevos aranceles reducirán considerablemente la competencia de precios de los carros importados. Este esperado impacto en los precios podría enfurecer a los consumidores y votantes estadounidenses, preocupados por la inflación, especialmente porque el candidato Trump se había comprometido a luchar para bajar los precios. 

La gran esperanza de Trump, así como la del sindicato United Auto Workers, es que los aranceles animen a los fabricantes de automóviles, especialmente a GM, Ford y Stellantis (la empresa sucesora de Chrysler), a devolver gran parte de su producción a Estados Unidos a largo plazo. Sin embargo, el pronóstico es desalentador, según lo previsto por Jonathan Smoke, economista jefe de Cox Automotive, una firma de investigación de mercado afirmó que, como resultado de los aranceles automotrices de Trump, las plantas estadounidenses producirían 20.000 automóviles menos por semana, una caída de aproximadamente el 30 % en comparación con la producción anterior a la imposición de los aranceles.

En cuanto al sueño de Trump de que sus aranceles resulten en una producción automotriz nacional mucho mayor a largo plazo, este podría resultar difícil de alcanzar. Durante sus dos meses en el cargo, Trump ha desconcertado seguidamente a los ejecutivos corporativos sembrando incertidumbre e inestabilidad: con sus desmantelamientos del gobierno federal, junto con Elon Musk; con sus reiteradas imposiciones de aranceles un día, su suspensión al día siguiente y su reimposición unos días después. Además, Trump ha generado temor entre los ejecutivos por una recesión económica, aunado su secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha afirmado que las políticas de Trump “valen la pena” incluso si causan una recesión.

Los directores de las corporaciones se sienten tan inseguros debido a la volatilidad, caprichos y las maniobras del presidente Trump, esa sensación de inestabilidad inducida significa que es improbable que la industria automotriz haga lo que Trump quiere: apresurarse a invertir para construir una nueva planta. Si Trump y su equipo hubieran impuesto aranceles con mucha más firmeza y hubieran presentado sus argumentos de una manera más reflexiva y no trumpiana, muchos ejecutivos estarían mucho más dispuestos a construir plantas de automóviles y otras plantas en Estados Unidos como respuesta a los aranceles. 

El presidente Trump insiste en que el elevado impuesto a la importación de automóviles beneficiará a “cualquiera que tenga plantas en Estados Unidos“, sin embargo, su decisión, podría ser contraproducente, porque el costo arancelario invoca declinar el liderazgo automotriz y, en cambio, alentar a las empresas a construir y contratar en cualquier otro lugar. 

Por: Luis Elquis Díaz.

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