Por: José Romero Churio

Las vallas publicitarias del lanzamiento del nuevo repertorio musical del cantante Silvestre Dangond, denominado La 9ª Batalla, cuya presentación será el próximo 14 de junio en el coliseo del Parque de la Fundación del Festival de la Vallenata ha dado mucho que hablar.

La crítica en algunos medios y tertulias ha sido severa, censurando que tal publicidad con Silvestre y Rolando Ochoa vestidos de soldados portando armas mortíferas  refleja violencia y, por ende, mal ejemplo para la niñez y la juventud, mayormente para los admiradores fervientes del consagrado cantante de música vallenata, género musical arquetipo de armonía y amor a la vida.

Otros críticos aducen que estas imágenes publicitarias de Silvestre y Rolando son incitación a la guerra, totalmente inconvenientes para el actual proceso de paz que se está negociando con las Farc en la Habana, Cuba.

Carlos Bloom, el manager del famoso artista, manifiesta que se ha querido exaltar a los soldados como héroes de la patria, así lo confirma el mismo Silvestre quien argumenta que su publicidad es un homenaje al ejército colombiano y demás miembros de la fuerza pública que exponen sus vidas defendiendo los bienes y vidas de sus coterráneos, en especial al humilde soldado que le obsequió un manuscrito sobre  los difíciles momentos vividos en su cotidiana responsabilidad, que con gran admiración ha transcrito en el folleto del CD de su nuevo álbum musical.

Quienes defienden a Silvestre le aplauden su disposición de homenajear al soldado colombiano, entre los cuales está el folclorista y columnista Celso Guerra, quien opina que por lo general la sociedad ignora la silenciosa pero extraordinaria labor de los soldados y otros miembros con rangos inferiores de la fuerza pública.

Para mí, Silvestre Dangond es un joven virtuoso con sobresaliente desempeño en la interpretación de la música vallenata, que busca complacer a su joven fanaticada y esto lo considero favorable para su carrera musical, con la cual gana suficiente dinero que le sirve para el sustento y bienestar de su familia.

Lo que no sé ni me atrevo a presumir es que alguien en especial esté aprovechando su fama; sin embargo, la explotación de los famosos no es nada raro, valiéndose de sus anhelos de triunfos, demás aficiones y ambiciones personales.

En lo que no tengo duda, por las circunstancias que atraviesa  el país en época electoral, es que la controversia por la  publicidad del lanzamiento del nuevo CD de Silvestre será aprovechado por algunos políticos.