La situación generada en la Universidad Popular del Cesar, con el cambio de las becas a créditos educativos condonables, me hizo acordar el consejo del libro ¿Quién se ha llevado mi Queso? De la autoría del Psicólogo Spencer Jhons, quien a través de una fábula enseña que sí el queso se mueve, hay que moverse con él.
Por Darío Arregocés
La situación generada en la Universidad Popular del Cesar, con el cambio de las becas a créditos educativos condonables, me hizo acordar el consejo del libro ¿Quién se ha llevado mi Queso? De la autoría del Psicólogo Spencer Jhons, quien a través de una fábula enseña que sí el queso se mueve, hay que moverse con él.
Entendiendo por queso, todo lo que nos genere satisfacción y seguridad. Con la aprobación de la Ordenanza, cambiaron las condiciones para el otorgamiento de las becas, lo que sigue, después de la protesta legítima, por parte del estudiantado, es un proceso de adaptación al cambio, para lograr continuar con sus estudios, al menor costo posible.
Es menester estudiar la posibilidad de acceder a los créditos condonables en los términos en que fue aprobado, o buscar la forma de obtener financiación a través de una entidad llámese Fondo Nacional del Ahorro o cooperativa.
De no ser posible, debe buscarse la manera que el Estado subsidie a los educandos, dependiendo de su estrato social. No podemos olvidar tampoco que la U.P.C. otorga algunos beneficios a sus deportistas, y a quienes hacen parte del grupo de danza, o por pertenecer a las diferentes etnias de nuestro país, e incluso por haber ejercido el derecho al voto.
Es cuestión de mirar las cosas con detenimiento y vencer el miedo que muchas veces nos inmoviliza.
Considero válida la protesta, los “cacerolazos”, plantones y el diálogo, pero la radicalización del gobierno departamental, hace infructuoso, cualquier intento por cambiar las cosas.
El éxito que se tuvo en otrora con la reforma a la educación, del gobierno Santos, se debió a que la protesta consiguió detener la aprobación del proyecto de Ley. Empero no funcionaron en esta oportunidad por cuanto la Asamblea ya hizo lo que consideró su deber hacer, y lo hecho, hecho está.
No obstante, califico de mesurada la posición de la Rectoría de la UPC, que mantuvo siempre su disposición al diálogo, que ofreció todas las garantías para la protesta pacífica y se mantuvo sereno, defendiendo en todo momento la Institucionalidad.
Entiende el señor rector, que solo a través del apoyo, de los entes administrativos del orden nacional, departamental y municipal, se puede lograr un mejor posicionamiento de la Universidad –Artículo 86 Ley 30/1992-.
El llamado es también para el sector productivo, que tienen asiento en el Consejo Superior, para que apoyen la financiación de la UPC y ello redunde en mayor cobertura y calidad.
La situación generada en la Universidad Popular del Cesar, con el cambio de las becas a créditos educativos condonables, me hizo acordar el consejo del libro ¿Quién se ha llevado mi Queso? De la autoría del Psicólogo Spencer Jhons, quien a través de una fábula enseña que sí el queso se mueve, hay que moverse con él.
Por Darío Arregocés
La situación generada en la Universidad Popular del Cesar, con el cambio de las becas a créditos educativos condonables, me hizo acordar el consejo del libro ¿Quién se ha llevado mi Queso? De la autoría del Psicólogo Spencer Jhons, quien a través de una fábula enseña que sí el queso se mueve, hay que moverse con él.
Entendiendo por queso, todo lo que nos genere satisfacción y seguridad. Con la aprobación de la Ordenanza, cambiaron las condiciones para el otorgamiento de las becas, lo que sigue, después de la protesta legítima, por parte del estudiantado, es un proceso de adaptación al cambio, para lograr continuar con sus estudios, al menor costo posible.
Es menester estudiar la posibilidad de acceder a los créditos condonables en los términos en que fue aprobado, o buscar la forma de obtener financiación a través de una entidad llámese Fondo Nacional del Ahorro o cooperativa.
De no ser posible, debe buscarse la manera que el Estado subsidie a los educandos, dependiendo de su estrato social. No podemos olvidar tampoco que la U.P.C. otorga algunos beneficios a sus deportistas, y a quienes hacen parte del grupo de danza, o por pertenecer a las diferentes etnias de nuestro país, e incluso por haber ejercido el derecho al voto.
Es cuestión de mirar las cosas con detenimiento y vencer el miedo que muchas veces nos inmoviliza.
Considero válida la protesta, los “cacerolazos”, plantones y el diálogo, pero la radicalización del gobierno departamental, hace infructuoso, cualquier intento por cambiar las cosas.
El éxito que se tuvo en otrora con la reforma a la educación, del gobierno Santos, se debió a que la protesta consiguió detener la aprobación del proyecto de Ley. Empero no funcionaron en esta oportunidad por cuanto la Asamblea ya hizo lo que consideró su deber hacer, y lo hecho, hecho está.
No obstante, califico de mesurada la posición de la Rectoría de la UPC, que mantuvo siempre su disposición al diálogo, que ofreció todas las garantías para la protesta pacífica y se mantuvo sereno, defendiendo en todo momento la Institucionalidad.
Entiende el señor rector, que solo a través del apoyo, de los entes administrativos del orden nacional, departamental y municipal, se puede lograr un mejor posicionamiento de la Universidad –Artículo 86 Ley 30/1992-.
El llamado es también para el sector productivo, que tienen asiento en el Consejo Superior, para que apoyen la financiación de la UPC y ello redunde en mayor cobertura y calidad.