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Columnista - 29 abril, 2022

Acróstico al ‘Jilguero’

Juntar muchos acordeoneros, cantantes, compositores y verseadores para homenajear O agasajar, de manera póstuma al más grande

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J untar muchos acordeoneros, cantantes, compositores y verseadores para homenajear

O agasajar, de manera póstuma al más grande y al primero de los cantantes en la historia

R eciente del vallenato, es la más hermosa tarea de la Fundación del Festival este año.

G anas tiene medio país de hacerse presente en Valledupar para escuchar y apreciar

E mocionados las lindas interpretaciones que realizó ese grande, durante su vida.

O visitar a La Paz, Cesar, su tierra natal, donde al comprar almojábanas puedes pedir tu

Ñ apa y la gente de ese pueblo te ratificará por qué fue y será por muchos años la persona 

A la que ese municipio le rendirá tributo merecido y jamás olvidarán que gracias a él

T ienen un sitial de honor entre los pueblos de Colombia, siempre dirán: La Paz tierra

E n la que nació, creció y vivió toda su vida la voz más clara, fuerte y afinada del vallenato.

E l hombre que contra viento y marea se mantuvo incólume en una música de mitos y

L eyendas de las cuales él inició a ser parte desde el mismo momento que partió al cielo.

J óvenes, niños y adultos de la costa Caribe y de toda Colombia ya saben quién dejó la

I diosincrasia del Valle del Cacique Upar bien representada y llevó el nombre de nosotros

L os nacidos en el Magdalena grande, a las cumbres de la cultura colombiana, y claro, se

G anó muchos pergaminos y homenajes en vida, sin embargo, este que hoy se le tributa a

U no de los más grandes músicos de la historia de nuestro País es el homenaje que tanto

É l soñó y que por los motivos que ustedes ya conocen no se le pudo ofrecer en vida, pero

R azón tiene el adagio que nos dice, el gallo bueno canta igual en su corral que en el ajeno

O tra parranda hermosa debe estar realizando Oñate al lado de sus otros amigos juglares.

D onde quiera esté su alma va a estar feliz y cantando, porque así fue su vida, y sin duda

E l mejor homenaje que le podemos hacer a ese hombre, es escuchar su música siempre.

A veces pienso que el vallenato ya no será el mismo, sin Diomedes y sin Oñate, pero 

M e conformo al saber que la música que nos dejaron estos y muchos otros grandes

E s de aquella que tendrán que pasar muchos decenios para que en parrandas y en la

R adio dejen de ponerla, esta no es música desechable, como buena parte de la que hoy

I ntenta ganarse el cariño de la gente, pero solo es flor de un día, mientras la que Jorge

C antó llega al corazón, luego de penetrar por todos los sentidos y se queda en el alma

A vivir como vivirá ‘El Ruiseñor del Cesar’ en los corazones de los amantes de esta música.

Columnista
29 abril, 2022

Acróstico al ‘Jilguero’

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Juntar muchos acordeoneros, cantantes, compositores y verseadores para homenajear O agasajar, de manera póstuma al más grande


J untar muchos acordeoneros, cantantes, compositores y verseadores para homenajear

O agasajar, de manera póstuma al más grande y al primero de los cantantes en la historia

R eciente del vallenato, es la más hermosa tarea de la Fundación del Festival este año.

G anas tiene medio país de hacerse presente en Valledupar para escuchar y apreciar

E mocionados las lindas interpretaciones que realizó ese grande, durante su vida.

O visitar a La Paz, Cesar, su tierra natal, donde al comprar almojábanas puedes pedir tu

Ñ apa y la gente de ese pueblo te ratificará por qué fue y será por muchos años la persona 

A la que ese municipio le rendirá tributo merecido y jamás olvidarán que gracias a él

T ienen un sitial de honor entre los pueblos de Colombia, siempre dirán: La Paz tierra

E n la que nació, creció y vivió toda su vida la voz más clara, fuerte y afinada del vallenato.

E l hombre que contra viento y marea se mantuvo incólume en una música de mitos y

L eyendas de las cuales él inició a ser parte desde el mismo momento que partió al cielo.

J óvenes, niños y adultos de la costa Caribe y de toda Colombia ya saben quién dejó la

I diosincrasia del Valle del Cacique Upar bien representada y llevó el nombre de nosotros

L os nacidos en el Magdalena grande, a las cumbres de la cultura colombiana, y claro, se

G anó muchos pergaminos y homenajes en vida, sin embargo, este que hoy se le tributa a

U no de los más grandes músicos de la historia de nuestro País es el homenaje que tanto

É l soñó y que por los motivos que ustedes ya conocen no se le pudo ofrecer en vida, pero

R azón tiene el adagio que nos dice, el gallo bueno canta igual en su corral que en el ajeno

O tra parranda hermosa debe estar realizando Oñate al lado de sus otros amigos juglares.

D onde quiera esté su alma va a estar feliz y cantando, porque así fue su vida, y sin duda

E l mejor homenaje que le podemos hacer a ese hombre, es escuchar su música siempre.

A veces pienso que el vallenato ya no será el mismo, sin Diomedes y sin Oñate, pero 

M e conformo al saber que la música que nos dejaron estos y muchos otros grandes

E s de aquella que tendrán que pasar muchos decenios para que en parrandas y en la

R adio dejen de ponerla, esta no es música desechable, como buena parte de la que hoy

I ntenta ganarse el cariño de la gente, pero solo es flor de un día, mientras la que Jorge

C antó llega al corazón, luego de penetrar por todos los sentidos y se queda en el alma

A vivir como vivirá ‘El Ruiseñor del Cesar’ en los corazones de los amantes de esta música.