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Entrevista - 8 mayo, 2020

Abogada vallenata en España relata cómo vive la pandemia

El PILÓN ha ubicado a vallenatos en las grandes capitales del mundo más afectadas. Madrid supera los 8.500 muertos y empieza a salir adelante.

Marta Teresa Romero Orozco.

Foto/Cortesía.
Marta Teresa Romero Orozco. Foto/Cortesía.
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Marta Teresa Romero Orozco es vallenata, pero desde hace nueve años vive en Madrid. Quiere y visita su tierra cada vez que puede, donde viven las personas más importantes en su vida, sus padres, el médico José Romero Churio, y la administradora educativa Marta Orozco Bernier.

Lee también: Cesarense en China habla sobre el coronavirus

Abogada con doble titulación en Colombia y España, con maestría en Derecho y Derecho de la empresa y especialización en Procesal Civil. Trabaja en la sede de Madrid, España, de LEAN Abogados un despacho multidisciplinar con presencia en casi todo el país, dedicada principalmente al derecho Procesal Civil, Bancario y Financiero y derecho Concursal.

¿Hace cuánto tiempo está en Madrid?

Hace 9 años.

¿Qué le ha gustado de Madrid? ¿Cómo llega?

Llegué a hacer un máster en Derecho de la Empresa, gracias a una beca que me concedió el Banco de Santander.

Madrid es una ciudad que a mí particularmente me gusta mucho, es cosmopolita y a la vez clásica, fácil de conocer y bien organizada.

¿Cómo se enteraron de la pandemia y pensó que podría llegar a esto?

Desde comienzos de año ya comenzaba a escucharse en las noticias el impacto del virus, y las medidas que se tomaban a nivel internacional. A finales de enero se conocieron los primeros casos en España, pero se presentaron en las islas. No fue hasta finales de febrero cuando comenzaron a reportarse oficialmente casos en la península.

Al principio creo que muy pocas personas alcanzaban a dimensionar la magnitud de la emergencia sanitaria –me incluyo en ese grupo-, comenzaron a tomarse medidas como el cierre de los colegios, pero la gente aún no comprendía la situación. No hubo realmente conciencia de la necesidad del distanciamiento social hasta la declaración del estado de alarma el 14 de marzo.

Desde finales de febrero y principios de marzo ya teníamos el espejo de Italia, era previsible que la situación llegara a estos extremos, pero el margen de tiempo entre el momento en que nos hemos percatado de la realidad y nos ha tocado afrontarlo ha sido corto.

No dejes de leer: Conoce las 46 excepciones para salir del 11 al 25 de mayo en Colombia

¿Qué decía la gente en la calle?

Ha habido todo tipo de reacciones, antes de la declaración del estado de alarma, a pesar de las noticias que se desarrollaban alrededor no se tomaron medidas de precaución, la gente seguía con su vida normal.

Una vez declarado el estado de alarma, aunque con excepciones muy sonadas, creo que la regla general ha sido respetar las medidas de confinamiento ordenadas por el Gobierno. Sin embargo, a día de hoy existe mucha confrontación respecto a la desescalada y si debe o no prorrogarse el estado de alarma hasta finales de junio como propone el Gobierno.

Hay mucha polarización entre los distintos partidos políticos y las Comunidades Autónomas, pues ya no se trata solamente de una crisis sanitaria sino también de una crisis económica.

¿Cómo ha sido la cuarentena?

Es una situación excepcional, de un día para otro no puedes hacer cosas que antes ni siquiera te cuestionabas si podías hacer o no.

Personalmente, la he llevado bien, más allá de la incertidumbre que genera la existencia de una pandemia que puede hacerte vulnerable en cualquier momento, no tengo motivos para quejarme. Pero está siendo una verdadera tragedia para muchos.

A nivel personal para aquellos que han perdido seres queridos que no han podido “despedir” como les hubiese gustado, para aquellos que han tenido que pasar largos períodos de enfermedad alejados de su familia, o que continúan internados con pronóstico reservado.

También está siendo una tragedia económica para quienes se han quedado sin trabajo, han visto reducida sus jornadas y en consecuencia sus ingresos; para los autónomos que se han visto obligados a cerrar sus negocios de un día para otro; para quienes han dejado de percibir rentas, es un efecto domino negativo para la economía. Sin hablar de los sanitarios que han tenido que hacer frente a la emergencia sin estar preparado para ello, con escaso material de protección y largas jornadas de trabajo.

¿Ha vivido de cerca algunas de esas tragedias?

Si, desafortunadamente el padre de un amigo murió, a pesar de ser una persona mayor era una persona aparentemente sana. Comenzó con síntomas de dificultad respiratoria un domingo y el miércoles había fallecido.

No pudieron hacer ningún entierro, mi amigo y su hermano tuvieron que ver desde lejos cómo a su padre se lo llevaban en una bolsa plástica sin haberlo visto desde hacía más de dos semanas, además su madre tuvo que estar asilada y sola durante otros 14 días como medida de precaución.

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¿Por su profesión de abogada podía hacer algún teletrabajo? ¿Fue posible? ¿Y para adelantar o hacer seguimiento a los procesos judiciales?

Sí, puedo tele trabajar sin ningún inconveniente. No obstante, desde el 14 de marzo los plazos procesales están suspendidos, y solo se tramitan asuntos que sean urgentes o que de no tramitarse puedan causar un grave perjuicio.

Desde el 14 de marzo hasta el 15 de abril no se dio ningún tipo de trámite a procedimientos que no fueran urgentes. Los plazos continúan suspendidos, y la actividad judicial es mínima, casi no se reciben notificaciones ni avances en los procesos judiciales, ello se debe porque al parecer no todos los juzgados ni funcionarios tienen los medios técnicos para tele trabajar, y se realizan turnos mínimos para atender las actuaciones urgentes.

Esto, sin duda, traerá consecuencias negativas para la justicia, más retrasos en los procedimientos y atasco en el funcionamiento de la administración de justicia, porque sin duda la litigiosidad va a aumentar como consecuencia de la emergencia sanitaria: responsabilidad del Estado, despidos, incumplimientos de contratos, insolvencias…

¿Qué dificultades piensas que ha tenido el Estado de España y sus comunidades para enfrentar la pandemia?

Las dificultades han sido de todo tipo. España es un país muy polarizado política y geográficamente.

Ha habido muchas críticas respecto a si las medidas que se han tomado han sido tardías o no, falta de coordinación entre el Gobierno central y las Comunidades Autónomas –lo cual ha sido especialmente difícil porque en situación de normalidad son las Comunidades Autónomas las que tienen competencias en materia de gestión sanitaria, competencias que en el estado de alarma se han atribuido en exclusiva al Gobierno central-, compra de material sanitario en el extranjero sin las homologaciones exigidas, además de continuos cambios de medidas que han generado aún más incertidumbre entre la población en general.

Es una situación difícil de manejar, y por lo que puede observarse a nivel internacional ningún Gobierno estaba preparado para afrontar esta situación, a pesar de que era un riesgo que ya había sido advertido por parte de la comunidad científica.

El Gobierno continúa haciendo esfuerzos por afrontar la situación, ya se habla de que la curva se ha aplanado, las cifras de muertes y contagios han ido descendiendo de forma paulatina y constante, y se ha publicado un plan de desescalada gradual que se implementara por zonas según la situación sanitaria y de medios de cada provincia o isla. No obstante, a día de hoy por ejemplo no sabemos si la oposición apoyará o no que se prorrogue el estado de alarma, medida que el Gobierno considera imprescindible para evitar nuevos brotes.

Estado de alarma por el coronavirus: La hora de los ciudadanos ...
En Madrid, España se han confirmado más de 60.000 casos de la covid-19.

¿Cuál es la situación actual y qué se prevé?

La situación actual es de incertidumbre, se prevé una desescalada que no será homogénea en todo el territorio, Madrid y Cataluña las comunidades más afectadas –y principales centros económicos del país- seguramente tardarán más en llegar a la “nueva normalidad” de la que habla el Gobierno, que en situaciones normales se prevé para finales de junio principios de julio.

Lo cierto es que el virus continúa allí, y mientras que no exista una vacuna, las medidas que se toman van encaminadas simplemente a evitar que se colapsen los servicios sanitarios, y se pueda salvar el mayor número de vidas posibles.

¿Cómo será el verano con esta “nueva normalidad”?

Será todo muy raro, hasta ahora habíamos tenido una primavera muy lluviosa, creo que eso ayudaba a que la gente se quedara en casa, pero con el buen tiempo va a ser cada vez más difícil que las personas mantengan un confinamiento estricto como ahora, ya comienza a notarse por las calles.

Es muy común en España reunirse en los bares y en las terrazas, vamos a extrañar poder hacerlo libremente y ajustarnos a las limitaciones de aforo que se impongan. Una de las costumbres más arraigadas en el país es compartir la comida en cualquier bar o restaurante, ya sean tapas o raciones, supongo que será uno de los cambios más difíciles porque está muy arraigado culturalmente. O incluso tomar algo en la barra, son cosas simples que tal vez no se podrán hacer.

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¿Cree que esto afectará los hábitos, las creencias y juicios de las personas sobre su realidad personal y la social?

Creo que debería afectarla, sin duda ha sido un golpe que va a cambiar nuestra realidad personal y social en el corto y mediano plazo. La “nueva normalidad” implica no solo las medidas que los Gobiernos puedan tomar, sino las precauciones que cada persona y familias tomen para cuidarse a sí mismo y a los demás.

A nivel personal habrá que reforzar las medidas de higiene, evitar las aglomeraciones no necesarias, reducir los contactos; por parte del Gobierno reforzar los sistemas de salud y la protección a la población más vulnerable, así como la inversión en avances de estudios científicos; a nivel profesional sin duda deberá haber una reinvención en la forma en que se prestan servicios y se comercializan productos echando mano precisamente de la tecnología y las nuevas herramientas de gestión; y a nivel social seguramente la forma de relacionarnos está cambiando, a través del uso de aplicaciones, otras formas de entretenimiento o de contacto con familia y amigos.

Será un reto encontrar un equilibrio que nos permita seguir con la vida -porque a pesar del virus y el confinamiento, el mundo no se detiene- y tomar las precauciones necesarias para cuidar la salud de todos.

¿Algunas recomendaciones para el terruño?

El sistema de salud en Colombia siempre me ha preocupado, es un sistema al que no todos tienen acceso, y que además es deficiente. Es necesario dotar a los médicos y a los hospitales de medios para poder afrontar esta situación, la pandemia ha puesto en evidencia una vez más las carencias de la sanidad en Colombia, la cual debería ser una prioridad para el Gobierno nacional.

Entiendo que es una situación complicada, y que no todos tienen las mismas oportunidades ni medios, y la incertidumbre de la situación económica nos invade a todos, pero preservar la vida es imprescindible para luchar por todo lo demás, por ello es necesario evitar el riesgo de contagio y tomar todas las precauciones posibles siguiendo las recomendaciones de higiene y de distanciamiento social.

Por: Redacción / EL PILÓN

Entrevista
8 mayo, 2020

Abogada vallenata en España relata cómo vive la pandemia

El PILÓN ha ubicado a vallenatos en las grandes capitales del mundo más afectadas. Madrid supera los 8.500 muertos y empieza a salir adelante.


Marta Teresa Romero Orozco.

Foto/Cortesía.
Marta Teresa Romero Orozco. Foto/Cortesía.
Boton Wpp

Marta Teresa Romero Orozco es vallenata, pero desde hace nueve años vive en Madrid. Quiere y visita su tierra cada vez que puede, donde viven las personas más importantes en su vida, sus padres, el médico José Romero Churio, y la administradora educativa Marta Orozco Bernier.

Lee también: Cesarense en China habla sobre el coronavirus

Abogada con doble titulación en Colombia y España, con maestría en Derecho y Derecho de la empresa y especialización en Procesal Civil. Trabaja en la sede de Madrid, España, de LEAN Abogados un despacho multidisciplinar con presencia en casi todo el país, dedicada principalmente al derecho Procesal Civil, Bancario y Financiero y derecho Concursal.

¿Hace cuánto tiempo está en Madrid?

Hace 9 años.

¿Qué le ha gustado de Madrid? ¿Cómo llega?

Llegué a hacer un máster en Derecho de la Empresa, gracias a una beca que me concedió el Banco de Santander.

Madrid es una ciudad que a mí particularmente me gusta mucho, es cosmopolita y a la vez clásica, fácil de conocer y bien organizada.

¿Cómo se enteraron de la pandemia y pensó que podría llegar a esto?

Desde comienzos de año ya comenzaba a escucharse en las noticias el impacto del virus, y las medidas que se tomaban a nivel internacional. A finales de enero se conocieron los primeros casos en España, pero se presentaron en las islas. No fue hasta finales de febrero cuando comenzaron a reportarse oficialmente casos en la península.

Al principio creo que muy pocas personas alcanzaban a dimensionar la magnitud de la emergencia sanitaria –me incluyo en ese grupo-, comenzaron a tomarse medidas como el cierre de los colegios, pero la gente aún no comprendía la situación. No hubo realmente conciencia de la necesidad del distanciamiento social hasta la declaración del estado de alarma el 14 de marzo.

Desde finales de febrero y principios de marzo ya teníamos el espejo de Italia, era previsible que la situación llegara a estos extremos, pero el margen de tiempo entre el momento en que nos hemos percatado de la realidad y nos ha tocado afrontarlo ha sido corto.

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¿Qué decía la gente en la calle?

Ha habido todo tipo de reacciones, antes de la declaración del estado de alarma, a pesar de las noticias que se desarrollaban alrededor no se tomaron medidas de precaución, la gente seguía con su vida normal.

Una vez declarado el estado de alarma, aunque con excepciones muy sonadas, creo que la regla general ha sido respetar las medidas de confinamiento ordenadas por el Gobierno. Sin embargo, a día de hoy existe mucha confrontación respecto a la desescalada y si debe o no prorrogarse el estado de alarma hasta finales de junio como propone el Gobierno.

Hay mucha polarización entre los distintos partidos políticos y las Comunidades Autónomas, pues ya no se trata solamente de una crisis sanitaria sino también de una crisis económica.

¿Cómo ha sido la cuarentena?

Es una situación excepcional, de un día para otro no puedes hacer cosas que antes ni siquiera te cuestionabas si podías hacer o no.

Personalmente, la he llevado bien, más allá de la incertidumbre que genera la existencia de una pandemia que puede hacerte vulnerable en cualquier momento, no tengo motivos para quejarme. Pero está siendo una verdadera tragedia para muchos.

A nivel personal para aquellos que han perdido seres queridos que no han podido “despedir” como les hubiese gustado, para aquellos que han tenido que pasar largos períodos de enfermedad alejados de su familia, o que continúan internados con pronóstico reservado.

También está siendo una tragedia económica para quienes se han quedado sin trabajo, han visto reducida sus jornadas y en consecuencia sus ingresos; para los autónomos que se han visto obligados a cerrar sus negocios de un día para otro; para quienes han dejado de percibir rentas, es un efecto domino negativo para la economía. Sin hablar de los sanitarios que han tenido que hacer frente a la emergencia sin estar preparado para ello, con escaso material de protección y largas jornadas de trabajo.

¿Ha vivido de cerca algunas de esas tragedias?

Si, desafortunadamente el padre de un amigo murió, a pesar de ser una persona mayor era una persona aparentemente sana. Comenzó con síntomas de dificultad respiratoria un domingo y el miércoles había fallecido.

No pudieron hacer ningún entierro, mi amigo y su hermano tuvieron que ver desde lejos cómo a su padre se lo llevaban en una bolsa plástica sin haberlo visto desde hacía más de dos semanas, además su madre tuvo que estar asilada y sola durante otros 14 días como medida de precaución.

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¿Por su profesión de abogada podía hacer algún teletrabajo? ¿Fue posible? ¿Y para adelantar o hacer seguimiento a los procesos judiciales?

Sí, puedo tele trabajar sin ningún inconveniente. No obstante, desde el 14 de marzo los plazos procesales están suspendidos, y solo se tramitan asuntos que sean urgentes o que de no tramitarse puedan causar un grave perjuicio.

Desde el 14 de marzo hasta el 15 de abril no se dio ningún tipo de trámite a procedimientos que no fueran urgentes. Los plazos continúan suspendidos, y la actividad judicial es mínima, casi no se reciben notificaciones ni avances en los procesos judiciales, ello se debe porque al parecer no todos los juzgados ni funcionarios tienen los medios técnicos para tele trabajar, y se realizan turnos mínimos para atender las actuaciones urgentes.

Esto, sin duda, traerá consecuencias negativas para la justicia, más retrasos en los procedimientos y atasco en el funcionamiento de la administración de justicia, porque sin duda la litigiosidad va a aumentar como consecuencia de la emergencia sanitaria: responsabilidad del Estado, despidos, incumplimientos de contratos, insolvencias…

¿Qué dificultades piensas que ha tenido el Estado de España y sus comunidades para enfrentar la pandemia?

Las dificultades han sido de todo tipo. España es un país muy polarizado política y geográficamente.

Ha habido muchas críticas respecto a si las medidas que se han tomado han sido tardías o no, falta de coordinación entre el Gobierno central y las Comunidades Autónomas –lo cual ha sido especialmente difícil porque en situación de normalidad son las Comunidades Autónomas las que tienen competencias en materia de gestión sanitaria, competencias que en el estado de alarma se han atribuido en exclusiva al Gobierno central-, compra de material sanitario en el extranjero sin las homologaciones exigidas, además de continuos cambios de medidas que han generado aún más incertidumbre entre la población en general.

Es una situación difícil de manejar, y por lo que puede observarse a nivel internacional ningún Gobierno estaba preparado para afrontar esta situación, a pesar de que era un riesgo que ya había sido advertido por parte de la comunidad científica.

El Gobierno continúa haciendo esfuerzos por afrontar la situación, ya se habla de que la curva se ha aplanado, las cifras de muertes y contagios han ido descendiendo de forma paulatina y constante, y se ha publicado un plan de desescalada gradual que se implementara por zonas según la situación sanitaria y de medios de cada provincia o isla. No obstante, a día de hoy por ejemplo no sabemos si la oposición apoyará o no que se prorrogue el estado de alarma, medida que el Gobierno considera imprescindible para evitar nuevos brotes.

Estado de alarma por el coronavirus: La hora de los ciudadanos ...
En Madrid, España se han confirmado más de 60.000 casos de la covid-19.

¿Cuál es la situación actual y qué se prevé?

La situación actual es de incertidumbre, se prevé una desescalada que no será homogénea en todo el territorio, Madrid y Cataluña las comunidades más afectadas –y principales centros económicos del país- seguramente tardarán más en llegar a la “nueva normalidad” de la que habla el Gobierno, que en situaciones normales se prevé para finales de junio principios de julio.

Lo cierto es que el virus continúa allí, y mientras que no exista una vacuna, las medidas que se toman van encaminadas simplemente a evitar que se colapsen los servicios sanitarios, y se pueda salvar el mayor número de vidas posibles.

¿Cómo será el verano con esta “nueva normalidad”?

Será todo muy raro, hasta ahora habíamos tenido una primavera muy lluviosa, creo que eso ayudaba a que la gente se quedara en casa, pero con el buen tiempo va a ser cada vez más difícil que las personas mantengan un confinamiento estricto como ahora, ya comienza a notarse por las calles.

Es muy común en España reunirse en los bares y en las terrazas, vamos a extrañar poder hacerlo libremente y ajustarnos a las limitaciones de aforo que se impongan. Una de las costumbres más arraigadas en el país es compartir la comida en cualquier bar o restaurante, ya sean tapas o raciones, supongo que será uno de los cambios más difíciles porque está muy arraigado culturalmente. O incluso tomar algo en la barra, son cosas simples que tal vez no se podrán hacer.

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¿Cree que esto afectará los hábitos, las creencias y juicios de las personas sobre su realidad personal y la social?

Creo que debería afectarla, sin duda ha sido un golpe que va a cambiar nuestra realidad personal y social en el corto y mediano plazo. La “nueva normalidad” implica no solo las medidas que los Gobiernos puedan tomar, sino las precauciones que cada persona y familias tomen para cuidarse a sí mismo y a los demás.

A nivel personal habrá que reforzar las medidas de higiene, evitar las aglomeraciones no necesarias, reducir los contactos; por parte del Gobierno reforzar los sistemas de salud y la protección a la población más vulnerable, así como la inversión en avances de estudios científicos; a nivel profesional sin duda deberá haber una reinvención en la forma en que se prestan servicios y se comercializan productos echando mano precisamente de la tecnología y las nuevas herramientas de gestión; y a nivel social seguramente la forma de relacionarnos está cambiando, a través del uso de aplicaciones, otras formas de entretenimiento o de contacto con familia y amigos.

Será un reto encontrar un equilibrio que nos permita seguir con la vida -porque a pesar del virus y el confinamiento, el mundo no se detiene- y tomar las precauciones necesarias para cuidar la salud de todos.

¿Algunas recomendaciones para el terruño?

El sistema de salud en Colombia siempre me ha preocupado, es un sistema al que no todos tienen acceso, y que además es deficiente. Es necesario dotar a los médicos y a los hospitales de medios para poder afrontar esta situación, la pandemia ha puesto en evidencia una vez más las carencias de la sanidad en Colombia, la cual debería ser una prioridad para el Gobierno nacional.

Entiendo que es una situación complicada, y que no todos tienen las mismas oportunidades ni medios, y la incertidumbre de la situación económica nos invade a todos, pero preservar la vida es imprescindible para luchar por todo lo demás, por ello es necesario evitar el riesgo de contagio y tomar todas las precauciones posibles siguiendo las recomendaciones de higiene y de distanciamiento social.

Por: Redacción / EL PILÓN