Ellas cuando el sol se va ocultando lo adornan con su caminar, haciendo posible que la luna les regale su luz.
Se trata de Isaac Carrillo Vega, quien nació en San Juan del Cesar, al mediodía del jueves tres de junio de 1937, y por ser tan pequeño y consentido sus familiares comenzaron a llamarlo ‘Tijito’. Así se quedó.
El compositor guajiro Rafael Enrique Manjarréz Mendoza sigue poniendo a girar en su pensamiento diversos episodios que ha tenido la virtud de llevarlos a canciones, acompañado infinidad de veces por aquello que llamó ausencia sentimental, donde un suspiro aparece teniendo una nota triste o alegre, de acuerdo al palpitar del corazón.
La producción musical ganadora ‘Escalona nunca se había grabado así’, para Carlos Vives es la mayor referencia de la niñez en su amada Santa Marta, donde pudo saber de un estudiante que le mandaba razones a su morenita, porque se iba dejándole de recuerdo un paseo, de la nostalgia por un compadre quien tenía que salir presuroso de Manaure, Cesar, a cumplir su misión como educador en Valledupar o de aquella elegía dedicada al pintor Jaime Molina, a quien Escalona le prometió hacerle una canción.
El hijo de Valencia de Jesús, querido por el pueblo del Cesar, siempre fue considerado un hombre virtuoso que engalanó el folclor vallenato con cientos de canciones.
Historia nacida en el corazón de Chimichagua donde el sentimiento se pasea en una vieja Piragua y en las playas de amor se les da la bienvenida a todos.
Él quien anda por la gracia de Dios tiene sembradas las más grandes ilusiones en su corazón, así el olvido quiera derrotarlo, pero sus letras lo reconfortan.
Desde niño en Chimichagua, tierra de pescadores, soñó con ser futbolista para tener la capacidad de driblar adversarios y que el esférico pudiera escurrirse dentro del arco para cantar el anhelado gol.
El pasado sábado murió la educadora y compositora a quien sus nietos llamaban ‘Chenchita’, dejando una enseñanza de reconciliación, esa que divulgó hace 28 años desde la tarima Francisco El Hombre de la plaza Alfonso López de Valledupar.
Precisamente hace 22 años Consuelo Inés Araujonoguera, la hija de Santander Araújo Maestre y Blanca Noguera Cotes, no pudo regresar a seguir cumpliendo sus sueños, porque al llegar a la zona de ‘La Nevadita’, en las estribaciones de la Sierra Nevada, su vida se la apagaron a la fuerza.
Cuando ahora no corren notas de acordeón, sino ríos de tristeza y añoranzas, se pone de presente al acordeonero que tenía la particularidad de sentar cátedra cuando una voz lo llamaba a prestar el servicio musical.
Una joven vallenata supo darle la mejor calidad escrita a un recuerdo unido a sus sentimientos que ahora regresa con mayor fuerza.
Hace 12 años murió en Valledupar el juglar nacido en el pueblo de Guacoche, desde donde proyectó su talento hasta llegar a la cúspide del folclor, añadiéndole el amor a las mujeres.
San Eulalio de Crotona, el monje que había vivido en el vientre de una cueva de penitente, hacía más de setecientos años en los montes de la Calabria italiana, con fama de milagrero por espantar desgracias y evitar las malas horas.
En su natalicio se recuerda a ‘El negro Cali’, quien supo darle el mejor oficio a su memoria al componer memorables cantos que se extendieron por el mundo vallenato como verdolaga en playa.
La gran fortaleza de la música vallenata es haberse anidado en Valledupar, una ciudad donde se trabaja cantando.
Por considerarlo de interés público, EL PILÓN, autorizado por su autor, ha tomado de la Revista Cambio la reflexión sobre los valores de crianza, del escritor Daniel Samper Pizano, publicada este fin de semana.
“Calma tu dolor que no hay nada que hacer, si así lo impone Dios ya no hay nada que hacer”. Héctor Zuleta, homenaje a La Vieja Sara 1975. Héctor Arturo murió de manera confusa en Valledupar el 8 de agosto de 1982.
Quizá todos los que alguna vez hemos escuchado vallenato nos hemos tropezado con un verso que habla sobre “Moralito”. Ese mismo “Moralito” es Lorenzo Morales; una de las más grandes leyendas del vallenato que corre el riesgo de ser sepultado en el cementerio de los olvidados.
Una historia untada de recuerdos donde el ajedrez del amor pudo darle jaque mate a dos reinas que cayeron rendidas en el tablero de la vida.
Dentro de la serie ‘Vallenato Bravo’, publicamos esta crónica que tiene como protagonista al talentoso acordeonero y cantautor Juan Polo Cervantes, ampliamente reconocido como Juancho Polo Valencia. El pasado 22 de julio se conmemoró el 45 aniversario de la desaparición física de esta leyenda del vallenato.