Desde el inicio de la pandemia por el covid-19, el Terminal de Transportes de Valledupar se ha incluido dentro de las restricciones para prevenir los contagios. Los viajes inicialmente fueron suspendidos en su totalidad, aunque actualmente se encuentran trabajando de forma regular. Sin embargo, el transporte ilegal es una de las problemáticas con las que tiene que lidiar este gremio. 

Los llamados carros ‘piratas’ son vehículos particulares que operan a las afueras del Terminal, prestando un servicio que no está reglamentado; en su mayoría no cuentan con la documentación requerida, asimismo no están avalados por las autoridades para cubrir rutas en las carreteras del Cesar.

“Esos vehículos muchas veces no cuentan con los requisitos mínimos para su movilización como es un seguro obligatorio y la revisión tecno-mecánica; a veces el conductor no tiene licencia de conducción y pone en riesgo la integridad física de los ocupantes que lleva y también la de los usuarios de la vía”, acotó Enmanuel Bolívar, mayor de la Policía de Tránsito del Cesar. 

Al respecto, el gerente del Terminal de Transportes de Valledupar, Luis Calderón Fuentes, manifestó que la ilegalidad en Valledupar se ha incrementado un 10 % y que son más de mil vehículos de transportadores ‘piratas’ que entran y salen de Valledupar.

Ante esta problemática el secretario de Tránsito de Valledupar, Roberto Daza, y el mayor Bolívar implementaron estrategias para controlar la piratería que está perjudicando al transporte legal. “Se realizan unos puestos de observación donde se verifica la documentación del vehículo. Por lo general esos vehículos los denuncian los transportadores legales, ya que recogen pasajeros en el casco urbano de Valledupar y se dirigen hacia los municipios cercanos”, mencionó el policía de tránsito.  

A pesar de lo anterior, taxistas y transportadores reglamentados aseguran que estas medidas no han sido suficientes para contrarrestar la ilegalidad en el municipio, ya que aquellos carros ‘piratas’, provenientes de lugares aledaños, realizan el servicio puerta a puerta, afectando así de forma directa el trabajo de los vehículos amarillos. 

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Daza explicó que Valledupar por ser una ciudad región, a la que las personas llegan a satisfacer sus necesidades de compra, salud o educación, generan una carga de control de informalidad sobre la ‘cabeza’ del municipio. 

“Nosotros no deberíamos estar controlando la informalidad de los vehículos que vienen de La Paz, Codazzi y Bosconia a Valledupar”, expresó el secretario de Tránsito, razón por la que pide a las autoridades de estas municipalidades que asuman su responsabilidad y que habiliten parqueaderos de inmovilización y que a su vez establezcan convenios con la Policía.  

IMEDIATEZ AUMENTA LA ILEGALIDAD

Una de las razones por las que el transporte ilegal se mantiene vivo en el municipio es la inmediatez a la hora de adquirir el servicio, tal es el caso del ‘mototaxi’ a diferencia de los colectivos públicos que trabajan bajo una frecuencia de tiempo. Otro de los aspectos se relaciona a la inseguridad ciudadana, dado que en la espera de una buseta se está en peligro de ser víctima de la delincuencia, según manifiestan los transeúntes. 

“Culturalmente somos mucho más dados a la inmediatez, todo lo queremos enseguida, estos temas culturales que han ido cambiando con el pasar del tiempo han afectado también ese deseo de las personas por acceder a medios de transporte público”, agregó Daza, sin dejar de lado que el uso de la motocicleta como medio de transporte favorece la inseguridad ciudadana, por tal razón se toman medidas como la prohibición del parrillero masculino mayor de 14 años. 

Por su parte los ´mototaxistas´ acotan que no tienen trabajo estable, por tanto deben optar por esta forma de generar ingresos. “Yo salgo todas las mañanas a hacer unas carreritas para hacer plata y darle de comer a mi familia”, expresó uno de ellos. 

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Como consecuencia de la pandemia se ha reducido el transporte público en un 40 % debido a la virtualidad de colegios, universidades y empresas, además hay servicios que están vendiendo por medio de aplicaciones y domicilios, lo cual reduce la necesidad de adquirir el servicio de transporte.

Respecto a las normas de transporte, el secretario de Tránsito Local manifestó que obedecen a la década pasada, es decir, el año 2002. “Tenemos casi 20 años con las mismas normas de transporte cuando ha cambiado tanto las características de movilizarse de las personas”, indicó, haciendo referencia a la facilidad tecnológica con la cuentan los ciudadanos, por lo cual optan por aplicaciones como Uber o Indriver que prestan su servicio a través de un clic o una llamada. 

PÉRDIDAS ECONÓMICAS EN EL TRANSPORTE

El Terminal de Transporte de Valledupar, que cuenta con 52 rutas a nivel nacional y 25 empresas transportadoras, ha vivido de cerca los estragos de la pandemia, ya que a partir de esta ha disminuido el flujo de viajeros. Anteriormente circulaban 7 mil personas, ya sea entrando o saliendo del municipio. 

Una de las formas de reactivarse ha sido mediante promociones, con lo que ha aumentado a 3 mil o 4 mil personas adquiriendo el servicio. “Hoy en día con las empresas transportadoras estamos ofreciendo unos descuentos de más del 20 % para las personas que compren desde la taquilla directamente”, indicó Calderón Fuentes. 

Se estima que las pérdidas económicas ronden entre el 50 y 52 %, dado que han dejado de percibir más de 2 mil 300 millones de pesos. Respecto a las inmovilizaciones de carros ilegales, a corte de 31 de mayo, se lograron cerca de 250 vehículos.

Por: KETTY GUTIÉRREZ MAESTRE/EL PILÓN 

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