Transforman el dióxido de carbono en oxígeno, generan microclimas, controlan la erosión y estabilizan taludes, son algunos de los beneficios que brinda el arbolado urbano en la ciudad de Valledupar.
Los más de 70 mil árboles que existen en Valledupar funcionan como equilibradores ecosistémicos del clima en la ciudad. Los organismos vegetales tienen la capacidad de transpirar 400 litros de agua al día y así contribuir al mejoramiento del clima a través de la evotranspiración. También son rompevientos debido a que por medio de mecanismos como la obstrucción, conducción, desviación y filtración pueden eliminar corrientes de aire que llegan a la esquina de una calle o la entrada de un edificio.
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De acuerdo con el ingeniero forestal Antonio Rudas, la arborización en la capital del Cesar mitiga las altas temperaturas. Estas plantas modifican el viento y la humedad, contribuyendo al mejoramiento del ambiente del área urbana que muchas veces es afectado por construcciones, el asfalto, actividades domésticas, industriales y la locomoción automotriz.
“Los árboles en Valledupar son muy importantes porque mitigan el ruido y la contaminación, filtran el aire y mejoran el paisaje. Si no tuviésemos arbolado urbano probablemente las personas no saldrían a la calle porque el calor y la radiación solar no lo permitirían”, comentó Rudas.
Señaló que debido a los múltiples beneficios ambientales que brindan los árboles a los vallenato es necesario mantenerlos en buenas condiciones previniendo que tengan plagas y enfermedades que maten el organismo vegetal. Precisó que el comején es una de las plagas más comunes en el arbolado de la ciudad, por lo que al momento de notar la presencia de este insecto debe ser eliminado.
Agregó que se deben regar con agua regularmente y hacerles las podas correspondientes para que la planta pueda convivir con edificios, casas y diversas infraestructuras del área urbana. Para mantener el árbol lo más saludable posible se les deben remover las hojas, ramas muertas o enfermas. Así mismo, retirar las ramas que se entrecruzan, ya que pueden lastimar o infectar otras partes de la planta, en caso de que tenga alguna enfermedad. Estas prácticas rejuvenecen el organismo vegetal y mejoran su apariencia.
Carlos Andrade, técnico operativo de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, aseveró que uno de los grandes beneficios que aportan los árboles a Valledupar es que se encargan de captar, absorber y convertir el dióxido de carbono (CO2), que corresponde a casi la mitad del peso total de los contaminantes emitidos a la atmosfera, en oxígeno.
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“Son muchos los aportes positivos que nos dan los árboles. Generan microclimas, consumen el CO2, producen oxígeno y otros servicios ambientales como retención de material particulado. Es importante su conservación y hacerles su debido mantenimiento por medio de las podas para que puedan estar en armonía con el área urbana”, manifestó Andrade.
Los árboles limpian el aire actuando como purificadores, absorbiendo óxido de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono para devolverlo en oxígeno a la atmósfera. También benefician a la biodiversidad autóctona, ofreciendo alimento y refugio a diferentes tipos de animales que enriquecen la fauna del entorno.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, los árboles en las ciudades ayudan a revalorizar el área en la que han sido plantados, ayudando a conseguir una utilidad de hasta un 20 % más que aquellas zonas de la ciudad en las que no existe vegetación.
De acuerdo con Rudas, el 80 % de los árboles en la ciudad son de mango y el 30 % restante de especies conocidas, como el árbol de caucho, almendro, mataratón, corazón fino, ciruelo, cañahuate, caracolí, mamoncillo, entre otros.
Los árboles dependiendo de las características de sus raíces (profundidad, extensión, dimensiones, entre otros aspectos) cumplen un papel importante en la estabilización de taludes y prevención de deslizamientos. Al actuar como “pilotes o anclas“, ya que trabajan en sentido vertical o inclinado por medio de sus raíces, establecen un “tejido o amarre” que minimiza el efecto “rodadero”, en el cual una capa o masa superior se desliza sobre otra inferior ayudada por la presencia del agua.
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Estos organismos vegetales de gran tamaño también son lugares de juego, deporte, esparcimiento, espacio para la reflexión y contemplación de la naturaleza. Además constituyen magníficos escenarios, talleres y laboratorios para la educación, formación biológica y ecológica de la ciudadanía. La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda nueve metros cuadrados de áreas verdes por habitante.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
Transforman el dióxido de carbono en oxígeno, generan microclimas, controlan la erosión y estabilizan taludes, son algunos de los beneficios que brinda el arbolado urbano en la ciudad de Valledupar.
Los más de 70 mil árboles que existen en Valledupar funcionan como equilibradores ecosistémicos del clima en la ciudad. Los organismos vegetales tienen la capacidad de transpirar 400 litros de agua al día y así contribuir al mejoramiento del clima a través de la evotranspiración. También son rompevientos debido a que por medio de mecanismos como la obstrucción, conducción, desviación y filtración pueden eliminar corrientes de aire que llegan a la esquina de una calle o la entrada de un edificio.
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De acuerdo con el ingeniero forestal Antonio Rudas, la arborización en la capital del Cesar mitiga las altas temperaturas. Estas plantas modifican el viento y la humedad, contribuyendo al mejoramiento del ambiente del área urbana que muchas veces es afectado por construcciones, el asfalto, actividades domésticas, industriales y la locomoción automotriz.
“Los árboles en Valledupar son muy importantes porque mitigan el ruido y la contaminación, filtran el aire y mejoran el paisaje. Si no tuviésemos arbolado urbano probablemente las personas no saldrían a la calle porque el calor y la radiación solar no lo permitirían”, comentó Rudas.
Señaló que debido a los múltiples beneficios ambientales que brindan los árboles a los vallenato es necesario mantenerlos en buenas condiciones previniendo que tengan plagas y enfermedades que maten el organismo vegetal. Precisó que el comején es una de las plagas más comunes en el arbolado de la ciudad, por lo que al momento de notar la presencia de este insecto debe ser eliminado.
Agregó que se deben regar con agua regularmente y hacerles las podas correspondientes para que la planta pueda convivir con edificios, casas y diversas infraestructuras del área urbana. Para mantener el árbol lo más saludable posible se les deben remover las hojas, ramas muertas o enfermas. Así mismo, retirar las ramas que se entrecruzan, ya que pueden lastimar o infectar otras partes de la planta, en caso de que tenga alguna enfermedad. Estas prácticas rejuvenecen el organismo vegetal y mejoran su apariencia.
Carlos Andrade, técnico operativo de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, aseveró que uno de los grandes beneficios que aportan los árboles a Valledupar es que se encargan de captar, absorber y convertir el dióxido de carbono (CO2), que corresponde a casi la mitad del peso total de los contaminantes emitidos a la atmosfera, en oxígeno.
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“Son muchos los aportes positivos que nos dan los árboles. Generan microclimas, consumen el CO2, producen oxígeno y otros servicios ambientales como retención de material particulado. Es importante su conservación y hacerles su debido mantenimiento por medio de las podas para que puedan estar en armonía con el área urbana”, manifestó Andrade.
Los árboles limpian el aire actuando como purificadores, absorbiendo óxido de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono para devolverlo en oxígeno a la atmósfera. También benefician a la biodiversidad autóctona, ofreciendo alimento y refugio a diferentes tipos de animales que enriquecen la fauna del entorno.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, los árboles en las ciudades ayudan a revalorizar el área en la que han sido plantados, ayudando a conseguir una utilidad de hasta un 20 % más que aquellas zonas de la ciudad en las que no existe vegetación.
De acuerdo con Rudas, el 80 % de los árboles en la ciudad son de mango y el 30 % restante de especies conocidas, como el árbol de caucho, almendro, mataratón, corazón fino, ciruelo, cañahuate, caracolí, mamoncillo, entre otros.
Los árboles dependiendo de las características de sus raíces (profundidad, extensión, dimensiones, entre otros aspectos) cumplen un papel importante en la estabilización de taludes y prevención de deslizamientos. Al actuar como “pilotes o anclas“, ya que trabajan en sentido vertical o inclinado por medio de sus raíces, establecen un “tejido o amarre” que minimiza el efecto “rodadero”, en el cual una capa o masa superior se desliza sobre otra inferior ayudada por la presencia del agua.
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Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.