De las 221 instituciones educativas privadas y oficiales del departamento del Cesar, solo las de los municipios de San Alberto y Valledupar superaron el promedio global a nivel nacional de las Pruebas Saber 11 del calendario A.
En el departamento del Cesar la calidad educativa se vio afectada según el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, Icfes, puesto que obtuvo un promedio global de 244 puntos en las Pruebas Saber 11 del calendario A, cuando el promedio nacional fue de 252 puntos.
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El departamento se ubicó ocho puntos por debajo de la media, reflejando que la virtualidad afectó el aprendizaje y el desarrollo programático de algunas instituciones públicas y privadas, según la reflexión del analista académico Roberto Matheus.
De acuerdo con el experto, la tendencia a nivel nacional era a la disminución del promedio global de las Pruebas Saber 11 del calendario A, realizadas entre el 7 y el 15 de noviembre de 2020, debido a que dicho examen, que tiene como propósito medir el desarrollo de las competencias académicas anualmente, puso en evidencia que la “virtualidad obligada” por la pandemia de la covid-19 atrasó el aprendizaje de un alto porcentaje de estudiantes, que por condiciones socioeconómicas no pudieron alcanzar las metas académicas.
“Era algo de esperarse el resultado del departamento del Cesar porque hubo puntajes individuales muy altos. Cuando esto sucede en su mayoría los promedios colectivos de los colegios bajan y en este caso con mayor razón debido a que los estudiantes con puntajes resaltantes contaron con las herramientas tecnológicas y módulos para afianzar sus conocimientos, mientras que otros no gozaron de este beneficio”, manifestó Matheus.
De acuerdo con el Icfes, los colegios oficiales urbanos del departamento del Cesar tuvieron un promedio global de 243 puntos en las Pruebas Saber 11 del calendario A, y los rurales de 221. Estas cifras demuestran que la población estudiantil de la zona rural se vio mucho más afectada por los inconvenientes académicos que trajo la virtualidad por la pandemia, ya que en la zona urbana la conectividad tiene mayor alcance.
Por otro lado, las instituciones privadas del Cesar obtuvieron un promedio global de 283, ubicándose por encima de las oficiales tanto urbanas como rurales. De acuerdo con las pruebas académicas, la ciudad de Valledupar tuvo un puntaje global de 256 entre colegios públicos y privados.
Por otro lado, el municipio de San Alberto obtuvo 263 puntos, posicionándolo como la entidad territorial con mayor puntaje en las Pruebas Saber 11 del calendario A.
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Los 23 municipios restantes obtuvieron los siguientes resultados: González, 251; Manaure, 248; Aguachica, 247; San Martín, 242; Agustín Codazzi, 241; San Diego y Río de Oro, 238; Pelaya y La Jagüa de Ibirico, 236; El Copey y La Paz, 234; Pueblo Bello, 233; Bosconia 231; Curumaní, 230; Astrea, 229; Gamarra 227; Chimichagua, 226; La Gloria y Pailitas, 225; Becerril 223; Chiriguaná 221; El Paso 220 y Tamalameque 214.
Al respecto, algunos rectores de Valledupar señalaron que la disminución en los promedios de las Pruebas Icfes se debió a que no todos los estudiantes contaron con las herramientas tecnológicas para prepararse y desarrollar académicamente las competencias pautadas para el año 2020, por ello se registró un rezago mayoritariamente en los estudiantes de pocos recursos económicos.
Según Luis Maestre, rector de la Institución educativa Eduardo Suárez Orcasita de Valledupar, los resultados individuales del plantel educativo fueron superiores. Comentó que el puntaje más alto de dicho colegio fue de 393 puntos y que de igual manera hubo otros por encima de los 300 puntos. Señaló que el promedio en las Icfes a nivel nacional disminuyó por todas las dificultades que atravesaron los estudiantes al cambiar de lo presencial a lo virtual.
“Bajó el promedio de la nación, así como el del municipio. En lo individual subimos, pero en lo global bajamos porque la tendencia nacional era a la baja. Esto se debió a que muchos estudiantes no pudieron desarrollar los contenidos programáticos en su totalidad porque no contaron con la conectividad necesaria para las clases y la orientación para la prueba”, manifestó Maestre.
Esta postura la comparte Aquiles Ortíz, rector de la Institución Educativa Agrícola del corregimiento de La Mina, quien aseveró que los pormenores que se presentaron durante la pandemia de la covid -19 en el área educativa produjeron que los estudiantes no pudieran dar su máximo rendimiento. Señaló que a los alumnos no les fue bien con la utilización de las guías que de manera obligatoria tuvieron que utilizar debido a que la conexión a internet en esa zona es deficiente.
“Bajamos, pero seguimos sosteniéndonos en la academia. Estamos en una escala baja y por eso esperamos mejorar el promedio para este año, los estudiantes tuvieron dificultades con las guías y esto no les permitió estudiar debidamente, también la señal del internet es muy mala en esta zona. Casi no teníamos conectividad para las clases virtuales, por lo que muchos alumnos se quedaron sin la pedagogía y acompañamiento en los contenidos del 2020”, explicó.
No todos los jóvenes cesarenses que realizaron las pruebas Icfes obtuvieron resultados destacados de 300, 400 y hasta los celebrados 500 puntos de estudiantes de las ciudades de Barranquilla, Floridablanca, entre otras; también existen puntajes bastante bajos como para mantenerlos “ocultos” de la opinión pública para “evitar que fuera criticada la academia de las instituciones educativas”, según manifestó la docente Elvia Julio.
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Según la educadora tiene conocimiento de estudiantes que sacaron 200 puntos y hasta 197 de los 500 establecidos en las Pruebas Saber 11. Comentó que los casos que conoce son de estudiantes de la zona rural, en la que la conectividad y el apoyo tecnológico no fueron suficientes para subsanar el “vacío educativo que se vivió al retirarse de la prespecialidad”.
“Los estudiantes que obtuvieron puntajes bajos sufrieron muchas dificultades para estudiar el año pasado. Claramente hay estudiantes que tuvieron resultados bajos teniendo los elementos, pero hay que precisar que fueron más los que no los tenían”, comentó Julio.
Un egresado, que prefirió mantenerse en el anonimato, aseveró que su promedio en las Pruebas Saber 11 fue de 187. Argumentó que fue “muy complicado” el examen porque no solo abordaba el contenido académico de los años anteriores al grado 11, sino que también tenía de este último grado y en esas preguntas falló.
“Fue muy difícil para mí la prueba y uno se siente como un bruto porque en los medios hablan de los puntajes altos. Los colegios no mencionan los puntajes que les bajaron el promedio colectivo porque no quieren que la gente hable y diga que fue culpa de los profesores, pero creo que también hay que hablar de eso porque son deficiencias”, comentó el egresado.
Señaló que “estudió solo” la mayoría del año sin un acompañamiento de sus profesores, no porque no quisieran brindárselo, sino porque la “virtualidad no lo permitió”. No tuvo una herramienta tecnológica y en su lugar de vivienda el internet no llega, así que tuvo que entenderse con las guías que “poco ayudaron”.
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Por su parte, el rector del colegio Nacional Loperena, Gonzalo Quiroz Martínez, señaló que si en el departamento no hay “un buen desarrollo educativo otros vendrán a ocupar las plazas profesionales y laborales” debido a que cada día el mundo será más selectivo con las personas contratadas para un puesto de trabajo.
“Se van a exigir mejores competencias, mejores estudios, más nivel educativo y todo va a ser mediante selección por medio de exámenes y entrevistas. Es muy difícil creer que en las universidades van a desarrollar las competencias, eso no es cierto; la competencia existe desde las escuelas, desde la educación prescolar hasta la culminación de vida escolar”, subrayó.
Agregó que si se trabaja por una educación sólida desde las escuelas se obtendrán buenos resultados en el nivel profesional. Precisó que si no se toma la responsabilidad de invertir y trabajar de manera comprometida con la educación del Cesar no se debe esperar que los profesionales del futuro produzcan buenos resultados para la región.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
De las 221 instituciones educativas privadas y oficiales del departamento del Cesar, solo las de los municipios de San Alberto y Valledupar superaron el promedio global a nivel nacional de las Pruebas Saber 11 del calendario A.
En el departamento del Cesar la calidad educativa se vio afectada según el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, Icfes, puesto que obtuvo un promedio global de 244 puntos en las Pruebas Saber 11 del calendario A, cuando el promedio nacional fue de 252 puntos.
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El departamento se ubicó ocho puntos por debajo de la media, reflejando que la virtualidad afectó el aprendizaje y el desarrollo programático de algunas instituciones públicas y privadas, según la reflexión del analista académico Roberto Matheus.
De acuerdo con el experto, la tendencia a nivel nacional era a la disminución del promedio global de las Pruebas Saber 11 del calendario A, realizadas entre el 7 y el 15 de noviembre de 2020, debido a que dicho examen, que tiene como propósito medir el desarrollo de las competencias académicas anualmente, puso en evidencia que la “virtualidad obligada” por la pandemia de la covid-19 atrasó el aprendizaje de un alto porcentaje de estudiantes, que por condiciones socioeconómicas no pudieron alcanzar las metas académicas.
“Era algo de esperarse el resultado del departamento del Cesar porque hubo puntajes individuales muy altos. Cuando esto sucede en su mayoría los promedios colectivos de los colegios bajan y en este caso con mayor razón debido a que los estudiantes con puntajes resaltantes contaron con las herramientas tecnológicas y módulos para afianzar sus conocimientos, mientras que otros no gozaron de este beneficio”, manifestó Matheus.
De acuerdo con el Icfes, los colegios oficiales urbanos del departamento del Cesar tuvieron un promedio global de 243 puntos en las Pruebas Saber 11 del calendario A, y los rurales de 221. Estas cifras demuestran que la población estudiantil de la zona rural se vio mucho más afectada por los inconvenientes académicos que trajo la virtualidad por la pandemia, ya que en la zona urbana la conectividad tiene mayor alcance.
Por otro lado, las instituciones privadas del Cesar obtuvieron un promedio global de 283, ubicándose por encima de las oficiales tanto urbanas como rurales. De acuerdo con las pruebas académicas, la ciudad de Valledupar tuvo un puntaje global de 256 entre colegios públicos y privados.
Por otro lado, el municipio de San Alberto obtuvo 263 puntos, posicionándolo como la entidad territorial con mayor puntaje en las Pruebas Saber 11 del calendario A.
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Los 23 municipios restantes obtuvieron los siguientes resultados: González, 251; Manaure, 248; Aguachica, 247; San Martín, 242; Agustín Codazzi, 241; San Diego y Río de Oro, 238; Pelaya y La Jagüa de Ibirico, 236; El Copey y La Paz, 234; Pueblo Bello, 233; Bosconia 231; Curumaní, 230; Astrea, 229; Gamarra 227; Chimichagua, 226; La Gloria y Pailitas, 225; Becerril 223; Chiriguaná 221; El Paso 220 y Tamalameque 214.
Al respecto, algunos rectores de Valledupar señalaron que la disminución en los promedios de las Pruebas Icfes se debió a que no todos los estudiantes contaron con las herramientas tecnológicas para prepararse y desarrollar académicamente las competencias pautadas para el año 2020, por ello se registró un rezago mayoritariamente en los estudiantes de pocos recursos económicos.
Según Luis Maestre, rector de la Institución educativa Eduardo Suárez Orcasita de Valledupar, los resultados individuales del plantel educativo fueron superiores. Comentó que el puntaje más alto de dicho colegio fue de 393 puntos y que de igual manera hubo otros por encima de los 300 puntos. Señaló que el promedio en las Icfes a nivel nacional disminuyó por todas las dificultades que atravesaron los estudiantes al cambiar de lo presencial a lo virtual.
“Bajó el promedio de la nación, así como el del municipio. En lo individual subimos, pero en lo global bajamos porque la tendencia nacional era a la baja. Esto se debió a que muchos estudiantes no pudieron desarrollar los contenidos programáticos en su totalidad porque no contaron con la conectividad necesaria para las clases y la orientación para la prueba”, manifestó Maestre.
Esta postura la comparte Aquiles Ortíz, rector de la Institución Educativa Agrícola del corregimiento de La Mina, quien aseveró que los pormenores que se presentaron durante la pandemia de la covid -19 en el área educativa produjeron que los estudiantes no pudieran dar su máximo rendimiento. Señaló que a los alumnos no les fue bien con la utilización de las guías que de manera obligatoria tuvieron que utilizar debido a que la conexión a internet en esa zona es deficiente.
“Bajamos, pero seguimos sosteniéndonos en la academia. Estamos en una escala baja y por eso esperamos mejorar el promedio para este año, los estudiantes tuvieron dificultades con las guías y esto no les permitió estudiar debidamente, también la señal del internet es muy mala en esta zona. Casi no teníamos conectividad para las clases virtuales, por lo que muchos alumnos se quedaron sin la pedagogía y acompañamiento en los contenidos del 2020”, explicó.
No todos los jóvenes cesarenses que realizaron las pruebas Icfes obtuvieron resultados destacados de 300, 400 y hasta los celebrados 500 puntos de estudiantes de las ciudades de Barranquilla, Floridablanca, entre otras; también existen puntajes bastante bajos como para mantenerlos “ocultos” de la opinión pública para “evitar que fuera criticada la academia de las instituciones educativas”, según manifestó la docente Elvia Julio.
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Según la educadora tiene conocimiento de estudiantes que sacaron 200 puntos y hasta 197 de los 500 establecidos en las Pruebas Saber 11. Comentó que los casos que conoce son de estudiantes de la zona rural, en la que la conectividad y el apoyo tecnológico no fueron suficientes para subsanar el “vacío educativo que se vivió al retirarse de la prespecialidad”.
“Los estudiantes que obtuvieron puntajes bajos sufrieron muchas dificultades para estudiar el año pasado. Claramente hay estudiantes que tuvieron resultados bajos teniendo los elementos, pero hay que precisar que fueron más los que no los tenían”, comentó Julio.
Un egresado, que prefirió mantenerse en el anonimato, aseveró que su promedio en las Pruebas Saber 11 fue de 187. Argumentó que fue “muy complicado” el examen porque no solo abordaba el contenido académico de los años anteriores al grado 11, sino que también tenía de este último grado y en esas preguntas falló.
“Fue muy difícil para mí la prueba y uno se siente como un bruto porque en los medios hablan de los puntajes altos. Los colegios no mencionan los puntajes que les bajaron el promedio colectivo porque no quieren que la gente hable y diga que fue culpa de los profesores, pero creo que también hay que hablar de eso porque son deficiencias”, comentó el egresado.
Señaló que “estudió solo” la mayoría del año sin un acompañamiento de sus profesores, no porque no quisieran brindárselo, sino porque la “virtualidad no lo permitió”. No tuvo una herramienta tecnológica y en su lugar de vivienda el internet no llega, así que tuvo que entenderse con las guías que “poco ayudaron”.
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Por su parte, el rector del colegio Nacional Loperena, Gonzalo Quiroz Martínez, señaló que si en el departamento no hay “un buen desarrollo educativo otros vendrán a ocupar las plazas profesionales y laborales” debido a que cada día el mundo será más selectivo con las personas contratadas para un puesto de trabajo.
“Se van a exigir mejores competencias, mejores estudios, más nivel educativo y todo va a ser mediante selección por medio de exámenes y entrevistas. Es muy difícil creer que en las universidades van a desarrollar las competencias, eso no es cierto; la competencia existe desde las escuelas, desde la educación prescolar hasta la culminación de vida escolar”, subrayó.
Agregó que si se trabaja por una educación sólida desde las escuelas se obtendrán buenos resultados en el nivel profesional. Precisó que si no se toma la responsabilidad de invertir y trabajar de manera comprometida con la educación del Cesar no se debe esperar que los profesionales del futuro produzcan buenos resultados para la región.
Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.