Aunque desde el 2015 disminuyó el número de proyectos nuevos y viviendas vendidas, culpar únicamente a las nuevas exigencias del POT sería egoísta, pues a nivel nacional disminuyó el nivel de crecimiento del sector, lo cual influyó en los resultados de Valledupar.
Cuando en el 2015 se daba la discusión sobre el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, POT, de Valledupar, los constructores mostraron preocupación, principalmente porque se actualizaron e incluyeron cargas tributarias que no estaban contenidas en el anterior POT, claramente desactualizado.
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Luego de seis años de aprobación, las cifras en materia de construcción son variadas: positivas y negativas. Y el mensaje también: algunos consideran que sí afectó gravemente el crecimiento de la construcción, mientras otros difieren de esa apreciación. En lo que todos parecen estar de acuerdo es en la necesidad de revisar e incluso modificar algunas partes del POT.
En este caso, el director de Camacol-Cesar, Hernán Felipe Araujo, señaló que el gremio está abierto a las modificaciones. “El POT vigente se aprobó hace seis años y es el momento para revisarlo en los puntos donde hay fallas, como en las cargas urbanísticas que se les aplican a los constructores. Se aprobaron en el POT 2015 con unos criterios y propósitos de recaudar recursos para el Ecoparque del río Guatapurí (habría que ver qué tanto se ha avanzado). Nuestra posición es: discutamos eso ampliamente y que ojalá nos dejen participar”, señaló Araujo.
Cabe recordar que en el 2019 se cumplió el periodo de corto plazo para revisar el POT, sin embargo no se hizo dicha revisión. “El actual alcalde nos manifestó que tiene la intención. Estamos abiertos a revisar las cifras con las que se soporta la discusión, porque muchas veces se dice que el POT fue lo peor que le pasó a Valledupar, sin embargo, cifras como la de licencia contradicen esas tesis. Bienvenida la discusión sin apasionamiento: validando lo que funcionó y corrigiendo lo que no funcionó”, señaló el gerente de Camacol.
Para medir la dinámica del sector de la construcción hay tres cifras claves: lanzamiento nuevos proyectos,las ventas de unidades de vivienda y área licenciada (metros cuadrados). En las dos primeras hubo una reducción, contrario a las áreas licenciadas que en comparación con el 2015 aumentaron en el 2020.
Empecemos hablando de los lanzamientos de nuevos proyectos. En el año 2015, en el cual se aprobó el POT, se inauguraron 2.571 unidades de vivienda, la cifra más alta desde entonces: en 2016 se lanzaron 1.320 unidades; en 2017 fueron 2.463 unidades; en 2018 bajó a 1.615; en 2019 fue de 1.807; y durante el 2020, con la aparición del covid-19, se lanzaron 1.504 proyectos.
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A primera vista, la reducción es notable, principalmente en el 2016, primer año después de la aprobación del POT, sin embargo, también influyeron factores externos, como la crisis nacional del sector, y en 2020 la pandemia provocada por el covid-19.
¿Y las ventas? Al igual que el lanzamiento de nuevos proyectos, las ventas de unidades de vivienda presentaron una reducción desde el 2015 en Valledupar. Ese año, Camacol reportó la venta de 3.207 unidades, mientras que durante el año siguiente (2016) solo se vendieron 1.830 viviendas. Una reducción del 42,9 %, el segundo peor año en ventas, solo superado por el 2020, en el que la cifra de ventas bajó hasta 1.794 unidades de vivienda, claramente bajo la influencia de la pandemia.
¿Por qué tan negativas las cifras del 2016? “En el año 2015 y 2016 tuvimos una crisis que impactó la economía por la caída de los precios del petróleo. Fue una época dura para todos los sectores. La construcción no fue la excepción. Ese contexto puede explicar un poco ese resultado”, señaló el director de Camacol.
Contrario a las cifras anteriores, desde la aprobación del POT, en 2015, incrementaron las áreas licenciadas (metros cuadrados) para construcción.De los 106.144 metros cuadrados licenciados en 2015, la ciudad pasó a 145.245 en 2016; más de 213.018 en 2017, y 225.889 metros cuadrados licenciados para construcción en 2020, el mejor año.
Como señaló un exjefe de la Oficina de Planeación, lo que se buscó con las cargas tributarias que implementó o actualizó el nuevo POT, fue que los constructores le retribuyeran a la ciudad, principalmente a su urbanismo, el crecimiento que ella les había facilitado.
Por eso se establecieron y actualizaron cargas como las áreas de cesión, que debe entregar al municipio para zonas verdes, parques, cada constructor al iniciar un nuevo proyecto; el impuesto de lineamiento urbano, criticado por su tarifa; y la compensación, que es la entrega del 30 % del terreno del proyecto y desarrollar un proyecto de lo que antes se denominaba Vivienda de Interés Prioritario, sin embargo, la mayoría de los constructores apuesta por pagar el valor del lote según el avalúo catastral.
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Pero, ¿por qué es importante incentivar el crecimiento de la construcción en la ciudad? Por ejemplo, en Valledupar, alrededor de 13.379 personas registraron en 2019 que su actividad estaba relacionada con la construcción. A pesar de la crisis general, este sector no disminuyó ningún punto porcentual su tasa de ocupados durante el 2020, en parte, porque fueron los primeros en retomar actividades bajo protocolos de bioseguridad.
En conclusión: ¿impactaron sobre el sector de la construcción las cargas tributarias implementadas en el Plan de Ordenamiento Territorial? Aunque desde el 2015 disminuyó el número de proyectos nuevos y viviendas vendidas por año, culpar únicamente a las nuevas exigencias del POT sería egoísta, pues a nivel nacional disminuyó el nivel de crecimiento del sector, lo cual influyó en los resultados de Valledupar. Sin embargo, por encima de esto, es claro que la ciudad, incluyendo a todos los sectores, administración y gremios, debe iniciar la discusión sobre el POT.
Por Deivis Caro/EL PILÓN.
Aunque desde el 2015 disminuyó el número de proyectos nuevos y viviendas vendidas, culpar únicamente a las nuevas exigencias del POT sería egoísta, pues a nivel nacional disminuyó el nivel de crecimiento del sector, lo cual influyó en los resultados de Valledupar.
Cuando en el 2015 se daba la discusión sobre el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, POT, de Valledupar, los constructores mostraron preocupación, principalmente porque se actualizaron e incluyeron cargas tributarias que no estaban contenidas en el anterior POT, claramente desactualizado.
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Luego de seis años de aprobación, las cifras en materia de construcción son variadas: positivas y negativas. Y el mensaje también: algunos consideran que sí afectó gravemente el crecimiento de la construcción, mientras otros difieren de esa apreciación. En lo que todos parecen estar de acuerdo es en la necesidad de revisar e incluso modificar algunas partes del POT.
En este caso, el director de Camacol-Cesar, Hernán Felipe Araujo, señaló que el gremio está abierto a las modificaciones. “El POT vigente se aprobó hace seis años y es el momento para revisarlo en los puntos donde hay fallas, como en las cargas urbanísticas que se les aplican a los constructores. Se aprobaron en el POT 2015 con unos criterios y propósitos de recaudar recursos para el Ecoparque del río Guatapurí (habría que ver qué tanto se ha avanzado). Nuestra posición es: discutamos eso ampliamente y que ojalá nos dejen participar”, señaló Araujo.
Cabe recordar que en el 2019 se cumplió el periodo de corto plazo para revisar el POT, sin embargo no se hizo dicha revisión. “El actual alcalde nos manifestó que tiene la intención. Estamos abiertos a revisar las cifras con las que se soporta la discusión, porque muchas veces se dice que el POT fue lo peor que le pasó a Valledupar, sin embargo, cifras como la de licencia contradicen esas tesis. Bienvenida la discusión sin apasionamiento: validando lo que funcionó y corrigiendo lo que no funcionó”, señaló el gerente de Camacol.
Para medir la dinámica del sector de la construcción hay tres cifras claves: lanzamiento nuevos proyectos,las ventas de unidades de vivienda y área licenciada (metros cuadrados). En las dos primeras hubo una reducción, contrario a las áreas licenciadas que en comparación con el 2015 aumentaron en el 2020.
Empecemos hablando de los lanzamientos de nuevos proyectos. En el año 2015, en el cual se aprobó el POT, se inauguraron 2.571 unidades de vivienda, la cifra más alta desde entonces: en 2016 se lanzaron 1.320 unidades; en 2017 fueron 2.463 unidades; en 2018 bajó a 1.615; en 2019 fue de 1.807; y durante el 2020, con la aparición del covid-19, se lanzaron 1.504 proyectos.
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A primera vista, la reducción es notable, principalmente en el 2016, primer año después de la aprobación del POT, sin embargo, también influyeron factores externos, como la crisis nacional del sector, y en 2020 la pandemia provocada por el covid-19.
¿Y las ventas? Al igual que el lanzamiento de nuevos proyectos, las ventas de unidades de vivienda presentaron una reducción desde el 2015 en Valledupar. Ese año, Camacol reportó la venta de 3.207 unidades, mientras que durante el año siguiente (2016) solo se vendieron 1.830 viviendas. Una reducción del 42,9 %, el segundo peor año en ventas, solo superado por el 2020, en el que la cifra de ventas bajó hasta 1.794 unidades de vivienda, claramente bajo la influencia de la pandemia.
¿Por qué tan negativas las cifras del 2016? “En el año 2015 y 2016 tuvimos una crisis que impactó la economía por la caída de los precios del petróleo. Fue una época dura para todos los sectores. La construcción no fue la excepción. Ese contexto puede explicar un poco ese resultado”, señaló el director de Camacol.
Contrario a las cifras anteriores, desde la aprobación del POT, en 2015, incrementaron las áreas licenciadas (metros cuadrados) para construcción.De los 106.144 metros cuadrados licenciados en 2015, la ciudad pasó a 145.245 en 2016; más de 213.018 en 2017, y 225.889 metros cuadrados licenciados para construcción en 2020, el mejor año.
Como señaló un exjefe de la Oficina de Planeación, lo que se buscó con las cargas tributarias que implementó o actualizó el nuevo POT, fue que los constructores le retribuyeran a la ciudad, principalmente a su urbanismo, el crecimiento que ella les había facilitado.
Por eso se establecieron y actualizaron cargas como las áreas de cesión, que debe entregar al municipio para zonas verdes, parques, cada constructor al iniciar un nuevo proyecto; el impuesto de lineamiento urbano, criticado por su tarifa; y la compensación, que es la entrega del 30 % del terreno del proyecto y desarrollar un proyecto de lo que antes se denominaba Vivienda de Interés Prioritario, sin embargo, la mayoría de los constructores apuesta por pagar el valor del lote según el avalúo catastral.
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Pero, ¿por qué es importante incentivar el crecimiento de la construcción en la ciudad? Por ejemplo, en Valledupar, alrededor de 13.379 personas registraron en 2019 que su actividad estaba relacionada con la construcción. A pesar de la crisis general, este sector no disminuyó ningún punto porcentual su tasa de ocupados durante el 2020, en parte, porque fueron los primeros en retomar actividades bajo protocolos de bioseguridad.
En conclusión: ¿impactaron sobre el sector de la construcción las cargas tributarias implementadas en el Plan de Ordenamiento Territorial? Aunque desde el 2015 disminuyó el número de proyectos nuevos y viviendas vendidas por año, culpar únicamente a las nuevas exigencias del POT sería egoísta, pues a nivel nacional disminuyó el nivel de crecimiento del sector, lo cual influyó en los resultados de Valledupar. Sin embargo, por encima de esto, es claro que la ciudad, incluyendo a todos los sectores, administración y gremios, debe iniciar la discusión sobre el POT.
Por Deivis Caro/EL PILÓN.