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Columnista - 5 febrero, 2018

60 años del corregimiento de Mariangola

La comunidad de Mariangola se prepara para celebrar sus 60 años de vida corregimental. Este territorio, desde épocas anteriores a la independencia, fue sabanas de pastoreos y caminos reales de viajeros; pero como hato ganadero es contemporáneo con los hatos de las sabanas de Aguas Blancas, El Diluvio y Camperucho. Sus orígenes se remontan a […]

La comunidad de Mariangola se prepara para celebrar sus 60 años de vida corregimental. Este territorio, desde épocas anteriores a la independencia, fue sabanas de pastoreos y caminos reales de viajeros; pero como hato ganadero es contemporáneo con los hatos de las sabanas de Aguas Blancas, El Diluvio y Camperucho. Sus orígenes se remontan a la mitad del siglo XVIII, y obedecen al proceso de expansión de las fronteras agrícolas y ganaderas de Valencia de Jesús, en ese entonces, tercera ciudad de la provincia del Magdalena.

El crecimiento de la población está relacionado con el desarrollo de los hatos ganaderos vecinos. Después de la guerra de los Mil días (1899-1902), los dueños de las haciendas más cercanas a Mariangola: ‘Villa Rosa’ de José María Castro, ‘La Vigía’ de Pepe Maya y ‘Villa Real’ de Casimiro Maestre, entran en una etapa de reorganización y ampliación, y llegan trabajadores de regiones vecinas. La gran mayoría de los habitantes de Mariangola llegaron dependiendo de algunas de estas tres fincas, y siguieron por mucho tiempo dependiendo de ellas.

En la década de 1940, la terminación de la carretera nacional en el gobierno de Alfonso López Pumarejo (1934-1938), fue otro factor decisorio en el crecimiento de la población. Además de que algunos trabajadores de la vía que se quedaron, también llegaron habitantes de otras zonas. En los años de 1950 se crea la primera escuela pública, se organizan de manera oficial las fiestas religiosas del Santo Cristo. Empieza la colonización de la serranía por campesinos santandereanos desplazados por la violencia bipartidista, que se acrecentó con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Mariangola comienza a tomar dimensión de pueblo, desde el primero de diciembre de 1958, cuando el alcalde de Valledupar, Manuel Pineda Bastidas llega a inaugurar el corregimiento, creado por el acuerdo del Concejo Municipal 03 del 13 de noviembre de 1958. Es nombrado Vidal Ortiz Linares, primer inspector. En los años sesenta se intensifica el cultivo de algodón, que se había iniciado en la década anterior; esto origina una amplia demanda de trabajo; noticia que llega rápidamente a otras regiones, especialmente de las sabanas de Bolívar, y a los pueblos que aún sentían los efectos de la crisis de ‘Las Bananeras’, como Fundación, Ciénaga, Aracataca y Sevilla.

En la actualidad Mariangola es el corregimiento de mayor población del municipio de Valledupar, es superior a 7.000 habitantes. El potencial electoral es de 2.959; les siguen Atánquez con 2.503 y Aguas Blancas con 2.475. La comunidad espera que en esta celebración se gestione la consecución de algunas obras importantes: la ampliación y modernización del acueducto; la construcción de un centro cultural con una sala de biblioteca y otras para la formación artística y musical; la remodelación de la plaza principal con una moderna tarima, una cancha de microfútbol y las áreas biosaludable para niños y adultos. La reparación de las calles, y el reemplazo de los postes y las redes del fluido eléctrico. La capacitación de jóvenes y adultos en proyectos productivos, como huertas caseras, reposterías, modisterías y sastrerías. El alcalde Augusto Ramírez Uhía se comprometió a vincularse con la realización de algunas obras; lo mismo hizo el señor gobernador Franco Ovalle Angarita. Se sumaron también a esta causa los congresistas Alfredo Cuello Baute y José Alfredo Gnecco. Ojalá se sumen Eloy Quintero Romero y otros que van ser elegidos.

Columnista
5 febrero, 2018

60 años del corregimiento de Mariangola

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

La comunidad de Mariangola se prepara para celebrar sus 60 años de vida corregimental. Este territorio, desde épocas anteriores a la independencia, fue sabanas de pastoreos y caminos reales de viajeros; pero como hato ganadero es contemporáneo con los hatos de las sabanas de Aguas Blancas, El Diluvio y Camperucho. Sus orígenes se remontan a […]


La comunidad de Mariangola se prepara para celebrar sus 60 años de vida corregimental. Este territorio, desde épocas anteriores a la independencia, fue sabanas de pastoreos y caminos reales de viajeros; pero como hato ganadero es contemporáneo con los hatos de las sabanas de Aguas Blancas, El Diluvio y Camperucho. Sus orígenes se remontan a la mitad del siglo XVIII, y obedecen al proceso de expansión de las fronteras agrícolas y ganaderas de Valencia de Jesús, en ese entonces, tercera ciudad de la provincia del Magdalena.

El crecimiento de la población está relacionado con el desarrollo de los hatos ganaderos vecinos. Después de la guerra de los Mil días (1899-1902), los dueños de las haciendas más cercanas a Mariangola: ‘Villa Rosa’ de José María Castro, ‘La Vigía’ de Pepe Maya y ‘Villa Real’ de Casimiro Maestre, entran en una etapa de reorganización y ampliación, y llegan trabajadores de regiones vecinas. La gran mayoría de los habitantes de Mariangola llegaron dependiendo de algunas de estas tres fincas, y siguieron por mucho tiempo dependiendo de ellas.

En la década de 1940, la terminación de la carretera nacional en el gobierno de Alfonso López Pumarejo (1934-1938), fue otro factor decisorio en el crecimiento de la población. Además de que algunos trabajadores de la vía que se quedaron, también llegaron habitantes de otras zonas. En los años de 1950 se crea la primera escuela pública, se organizan de manera oficial las fiestas religiosas del Santo Cristo. Empieza la colonización de la serranía por campesinos santandereanos desplazados por la violencia bipartidista, que se acrecentó con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán.

Mariangola comienza a tomar dimensión de pueblo, desde el primero de diciembre de 1958, cuando el alcalde de Valledupar, Manuel Pineda Bastidas llega a inaugurar el corregimiento, creado por el acuerdo del Concejo Municipal 03 del 13 de noviembre de 1958. Es nombrado Vidal Ortiz Linares, primer inspector. En los años sesenta se intensifica el cultivo de algodón, que se había iniciado en la década anterior; esto origina una amplia demanda de trabajo; noticia que llega rápidamente a otras regiones, especialmente de las sabanas de Bolívar, y a los pueblos que aún sentían los efectos de la crisis de ‘Las Bananeras’, como Fundación, Ciénaga, Aracataca y Sevilla.

En la actualidad Mariangola es el corregimiento de mayor población del municipio de Valledupar, es superior a 7.000 habitantes. El potencial electoral es de 2.959; les siguen Atánquez con 2.503 y Aguas Blancas con 2.475. La comunidad espera que en esta celebración se gestione la consecución de algunas obras importantes: la ampliación y modernización del acueducto; la construcción de un centro cultural con una sala de biblioteca y otras para la formación artística y musical; la remodelación de la plaza principal con una moderna tarima, una cancha de microfútbol y las áreas biosaludable para niños y adultos. La reparación de las calles, y el reemplazo de los postes y las redes del fluido eléctrico. La capacitación de jóvenes y adultos en proyectos productivos, como huertas caseras, reposterías, modisterías y sastrerías. El alcalde Augusto Ramírez Uhía se comprometió a vincularse con la realización de algunas obras; lo mismo hizo el señor gobernador Franco Ovalle Angarita. Se sumaron también a esta causa los congresistas Alfredo Cuello Baute y José Alfredo Gnecco. Ojalá se sumen Eloy Quintero Romero y otros que van ser elegidos.