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Columnista - 1 septiembre, 2013

Vapores etílicos

Últimamente no hay un día en que no se registre, en los noticieros de radio y televisión un desastre causado por un conductor borracho. Incluso en momentos de gloria para el país, como el día del triunfo de la atleta Catherine Ibargüen, se coló entre los colores patrios victoriosos la noticia de un borracho, ridículo como todos, insultando a la policía.

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Por Mary Daza Orozco
Últimamente no hay un día en que no se registre, en los noticieros de radio y televisión un desastre causado por un conductor borracho. Incluso en momentos de gloria para el país, como el día del triunfo de la atleta Catherine Ibargüen,  se coló entre los colores patrios victoriosos la noticia de un borracho, ridículo como todos, insultando a la policía. 

Ya es conocida por todo la infaltable tragedia en donde se pierden vidas o se disminuyen otras al dejar lisiados a muchos de los inocentes que son víctimas del borracho al volante. Y se habla, se pide justicia, se llora, se repara económicamente (como si la vida se reparara), pero no se ha escuchado a ninguna autoridad, ni personas entendidas en el asunto preguntarse ¿por qué tanto borracho en el país? ¿Por qué la gente se embriaga tanto? Ese es un mal síntoma.

Si bien hace unos años se bebía los fines de semana, ahora se toma hasta perder el sentido a cualquier hora y en cualquier día. ¿Será que por eso que dicen que Colombia es el país más alegre del mundo?  No creo, pero si es por eso, los que así la califican tienen un concepto errado de lo que es la alegría.  

¿Por qué se bebe tanto? ¿Para olvidar penas, de la clase que sean, originadas en el desamor, la precariedad económica, el desempleo, frustraciones de cualquier índole, o porque desde niño se aprendió a ser un dipsómano? Por lo que sea la conclusión es que el país está enfermo, el mundo también, pero nos interesa nuestro país alcohólico y a eso hay que prestarle atención, no es hacer el show de mostrar al borracho renuente a hacerse  la prueba de alcoholemia: el senador, el policía, el  hijo de papi, el taxista; no es solo quitar el carro o la licencia de conducir o llevar a prisión al borracho que sin darse cuenta causa dolor;  son las autoridades de salud  que tomen conciencia  de que hay que buscar  algún remedio para evitar tantas muertes  

Aquí,  el mal comienza desde temprana edad, niños de trece años y menos, amanecidos en las avenidas con la música de sus carros a todo volumen, borrachos y niñas dormidas en las piernas de ellos, última imagen que vi, a las cinco de la mañana cuando salí al ejercicio diario. Da tristeza , el ambiente expele un vapor etílico que tiene ribetes de muerte. ¿Dónde están los padres, donde está la autoridad? Aquí se recuerdan casos tristes inolvidables causados por jóvenes borrachos al volante.

Si no se busca un remedio para mermar el alcoholismo,  el problema seguirá creciendo hasta cuando Colombia entera termine metida en AA, ese es un buen remedio antes de llevarla a la cárcel.

 

Columnista
1 septiembre, 2013

Vapores etílicos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Mary Daza Orozco

Últimamente no hay un día en que no se registre, en los noticieros de radio y televisión un desastre causado por un conductor borracho. Incluso en momentos de gloria para el país, como el día del triunfo de la atleta Catherine Ibargüen, se coló entre los colores patrios victoriosos la noticia de un borracho, ridículo como todos, insultando a la policía.


Por Mary Daza Orozco
Últimamente no hay un día en que no se registre, en los noticieros de radio y televisión un desastre causado por un conductor borracho. Incluso en momentos de gloria para el país, como el día del triunfo de la atleta Catherine Ibargüen,  se coló entre los colores patrios victoriosos la noticia de un borracho, ridículo como todos, insultando a la policía. 

Ya es conocida por todo la infaltable tragedia en donde se pierden vidas o se disminuyen otras al dejar lisiados a muchos de los inocentes que son víctimas del borracho al volante. Y se habla, se pide justicia, se llora, se repara económicamente (como si la vida se reparara), pero no se ha escuchado a ninguna autoridad, ni personas entendidas en el asunto preguntarse ¿por qué tanto borracho en el país? ¿Por qué la gente se embriaga tanto? Ese es un mal síntoma.

Si bien hace unos años se bebía los fines de semana, ahora se toma hasta perder el sentido a cualquier hora y en cualquier día. ¿Será que por eso que dicen que Colombia es el país más alegre del mundo?  No creo, pero si es por eso, los que así la califican tienen un concepto errado de lo que es la alegría.  

¿Por qué se bebe tanto? ¿Para olvidar penas, de la clase que sean, originadas en el desamor, la precariedad económica, el desempleo, frustraciones de cualquier índole, o porque desde niño se aprendió a ser un dipsómano? Por lo que sea la conclusión es que el país está enfermo, el mundo también, pero nos interesa nuestro país alcohólico y a eso hay que prestarle atención, no es hacer el show de mostrar al borracho renuente a hacerse  la prueba de alcoholemia: el senador, el policía, el  hijo de papi, el taxista; no es solo quitar el carro o la licencia de conducir o llevar a prisión al borracho que sin darse cuenta causa dolor;  son las autoridades de salud  que tomen conciencia  de que hay que buscar  algún remedio para evitar tantas muertes  

Aquí,  el mal comienza desde temprana edad, niños de trece años y menos, amanecidos en las avenidas con la música de sus carros a todo volumen, borrachos y niñas dormidas en las piernas de ellos, última imagen que vi, a las cinco de la mañana cuando salí al ejercicio diario. Da tristeza , el ambiente expele un vapor etílico que tiene ribetes de muerte. ¿Dónde están los padres, donde está la autoridad? Aquí se recuerdan casos tristes inolvidables causados por jóvenes borrachos al volante.

Si no se busca un remedio para mermar el alcoholismo,  el problema seguirá creciendo hasta cuando Colombia entera termine metida en AA, ese es un buen remedio antes de llevarla a la cárcel.