Con una declaración conjunta y compromisos de avanzar en procesos de verdad, reparación y búsqueda de desaparecidos, este viernes finalizó en Valledupar la mesa técnica entre el Gobierno nacional y exjefes paramilitares, convocada con el propósito de poner fin al ciclo abierto hace dos décadas con el Acuerdo de Ralito.
El encuentro, que se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad, contó con la presencia del ministro del Interior, Armando Benedetti; la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Angie Rodríguez; y varios consejeros del Gobierno.
Por parte de los exjefes paramilitares participaron Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar Pupo (conocido como Jorge 40), Carlos Mario Jiménez (Macaco), Edwar Cobos Téllez (Diego Vecino), Fredy Rendón Herrera (El Alemán), Martín Llanos y Juan Francisco Prada Márquez (Juancho Prada), todos actualmente reconocidos por el Ejecutivo como gestores de paz.
Durante la clausura, el ministro Benedetti explicó que el objetivo de la mesa es “terminar el ciclo del acuerdo de Ralito” y establecer un comité oficial que dé continuidad a las tareas pendientes desde el proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) iniciado en 2003.
“Queremos cerrar ese capítulo con un ejercicio de verdad y reconciliación. Se prevén recorridos por los territorios donde se vivió el conflicto armado y encuentros con las víctimas”, indicó Benedetti.
Por su parte, la directora del Dapre, Angie Rodríguez, señaló que el proceso busca sanar heridas históricas y garantizar que las víctimas tengan un papel central. “Este es un paso fundamental para que el país sane sus heridas. Es necesario cerrar este proceso. Las víctimas necesitan esa verdad que ha sido oculta en diferentes instancias judiciales”, afirmó.
Compromisos y próximos pasos
Entre los compromisos acordados figura la elaboración de un cronograma de visitas a los territorios más afectados por el paramilitarismo, con el fin de realizar actos de perdón público y de reconciliación con las comunidades.
Asimismo, se establecerá un plan de búsqueda de bienes entregados por los excombatientes al Estado, muchos de los cuales no han sido plenamente identificados o están en disputa en la Sociedad de Activos Especiales (SAE) y la Unidad para las Víctimas.
“Esto es para las víctimas”, subrayó la directora del Dapre, en alusión a la necesidad de garantizar que los recursos y propiedades incautadas cumplan su fin reparador.
Los exjefes paramilitares también manifestaron su disposición de colaborar en la búsqueda de personas desaparecidas, señalando que aún existen fosas comunes en distintas regiones del país. Benedetti destacó que, tras dos décadas, estos actores “recuperaron la confianza en el Estado” y se comprometieron a avanzar en verdad, reparación y memoria.
“Hace 20 años no se veían, por eso no tenían confianza en el Gobierno. Hoy se van con ella. Ellos resienten que estaban en un proceso de paz y fueron extraditados. Se comprometieron con la verdad, la reparación y la búsqueda de desaparecidos”, puntualizó.
El perdón de Jorge 40
Al final, Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, pidió perdón públicamente y evocó a Ricardo Palmera, exjefe guerrillero del Frente Caribe de las FARC, condenado en Estados Unidos.
“El espíritu vallenato que nos acompaña a los nacidos en esta amada tierra es un espíritu de libertad y amor. Ricardo Palmera y yo, como vallenatos, somos de ese espíritu, aunque en tiempos diferentes. Estoy seguro de que a él le gustaría estar acá”, expresó Tovar. Añadió que el encuentro “tiene sillas vacías” por las víctimas del conflicto y, desde ese reconocimiento, pidió perdón “desde la humildad del corazón” a los afectados.
“Imploramos perdón a todos ustedes, mis hermanos amados, y que el Dios de cada uno abra espacio en sus corazones para algún día disfrutar de su perdón”, dijo.
Contexto
El Acuerdo de Ralito, firmado en 2003, marcó el inicio de la desmovilización de las AUC, que dejó cerca de 30.000 combatientes desarmados y dio origen a la Ley de Justicia y Paz (2005). Sin embargo, múltiples compromisos quedaron inconclusos, especialmente en materia de reparación integral, búsqueda de desaparecidos y restitución de bienes.
Con esta nueva mesa, el Gobierno busca cerrar definitivamente ese capítulo, mediante la participación de los antiguos comandantes como gestores de paz, figura creada para facilitar su contribución en procesos de reconciliación y verdad.
El encuentro de Valledupar marca así el inicio de una nueva etapa en la relación del Estado con los exjefes paramilitares, en la que se espera que los compromisos se traduzcan en resultados concretos para las víctimas del conflicto armado.
