Este mes de agosto ha sido diferente en Valledupar. Normalmente es un mes tranquilo, pero esta vez ha estado lleno de buenas noticias, eventos y proyectos. Tantas cosas buenas pasando al mismo tiempo nos hacen pensar: ¿no será este el camino para redescubrirnos como territorio con esperanza?
Dejemos que los hechos hablen. En el segmento de superación personal, el evento “Cumplir Mi Sueño – La Experiencia” de Fabio Torres dejó claro que tenemos talento de sobra en casa. Su ejemplo es una demostración de que Valledupar no solo exporta folclor, sino también disciplina y capacidad de inspirar a nuevas generaciones.
En lo deportivo, la Duatlón fue un aire fresco. Un evento diverso que logró movilizar a atletas locales y nacionales, posicionando la ciudad como un escenario ideal para las competencias. Y lo mejor: el calendario apenas empieza. Se avecina el ColorFest, también la ciudad tuvo eventos de fútbol y tiro, que continúan mostrando a Valledupar como un territorio abierto para todo tipo de prácticas deportivas y recreativas.
La gastronomía también suma a este panorama. El Festifood, año tras año, se consolida como motor de la economía local en el sector de restaurantes. En esta edición, con la participación de 25 establecimientos y aliados estratégicos, genera empleo y dinamiza la economía. Y ver a Valledupar representada con orgullo en una vitrina como Sabor Barranquilla, gracias al esfuerzo de la administración municipal, bajo el liderazgo del alcalde Ernesto y la secretaria de Desarrollo María Martha no es una anécdota, es una declaración de intenciones. Significa que hemos entendido que nuestra gastronomía también es un producto de exportación.
Por otra parte, en el terreno de la planificación urbana, el proyecto de infraestructura verde que cursa debates en el Concejo Municipal es una señal de madurez institucional. Ha recibido buenos comentarios porque toca una fibra sensible: Valledupar siempre ha sido reconocida por su “etiqueta verde”. Convertirnos en guardianes de nuestros ríos, humedales y ecosistemas no es una opción, es un deber. El hecho de que la Secretaría de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Turismo lo impulse muestra que, al fin, se toman posturas claras frente a lo ambiental, lo cual marca un precedente en el ordenamiento del territorio.
En los recientes espacios de La Tertulia, se ha insistido en que todos estos avances son necesarios para la ciudad. Como bien lo expresó María Fernanda Góngora, “Valledupar necesita trabajar en equipo y reconocerse en sus logros para creer en lo que es capaz de construir”. Y es cierto: necesitamos más espacios de reflexión, donde comprendamos que no se trata de hechos aislados, sino de señales de que el futuro se está gestando hoy.
Agosto termina, pero deja un mensaje claro: Valledupar tiene esperanza. Está en los deportes que nos unen, en los sabores que nos identifican, en los proyectos que nos comprometen con la naturaleza y en las experiencias que inspiran a creer que lo mejor está por venir.
Alfredo Jones Sánchez @alfredojonessan










