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Columnista - 17 marzo, 2022

¡Tremenda sorpresa!

En Medellín, los políticos surgían bajo el visto bueno de tan letal personaje, que aportaba dinero para todo y así se convirtió en un adalid avasallante.

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Es innegable que el pueblo colombiano anhela cambio de gobernantes, no hay dudas en que la ciudadanía corriente está cansada de soportar privaciones y manipulaciones non sanctas de la dirigencia política que solo gobierna para beneficio propio y el bienestar de sus camarillas.

El convencimiento general era que, Gustavo Petro, ganaba la consulta entre los aspirantes de la coalición del Pacto Histórico. Personalmente, siempre estuve convencido del triunfo de Sergio Fajardo en la menoscabada coalición Centro Esperanza.  Y en vista de la evidente lealtad de Federico Gutiérrez al jefe máximo del partido Centro Democrático, también estuve seguro de su victoria en la consulta del de por sí descontento Equipo Colombia.

De veras, mi ¡Tremenda sorpresa! Fue la cantidad de congresistas que obtuvo el Pacto Histórico (16 curules en el Senado y 25 en la Cámara, porque en la elección de los congresistas hay muchas tramoyas y múltiples clanes con enormes poderes para la consecución de votos; en consecuencia, es incuestionable, la disminución de la venta de votos y, por ende, el respectivo aumento del voto de opinión, ya que la abstención se mantuvo similar a su vigencia histórica. 

Además, el líder inobjetable del Pacto Histórico, ya demandó el reconteo de los votos por presunto fraude electoral en 29 mil mesas de votación, de confirmarse positivo, aumentaría el número de curules a su favor.  

Los resultados obtenidos por el Pacto Histórico y el fraccionamiento del partido Centro Democrático tienen altamente preocupado al expresidente Álvaro Uribe, se le vio en su semblante cuando inició la reunión exprés del uribismo (partido Centro Democrático), rostro de tristeza, envejecido y ánimo muy desvanecido; en fin, un Álvaro Uribe Vélez con talante diferente, mejor dicho: totalmente derrotado. No cabe duda alguna en que lo domina la depresión, pienso que requiere de ayuda profesional.

Mucho han hablado y escrito sobre Álvaro Uribe Vélez, lo cual no me consta, porque personalmente no lo conozco, ni siquiera a distancia lo he visto, solo en televisión. Lo Cierto es que nació en Medellín, su madre y su padre con vínculos irrefutables a personas ligadas al narcotráfico, con el agravante de que surgió en la política en la época del temible, Pablo Escobar Gaviria, el capo de capos del narcotráfico, que con su dinero ilícito logró permear la esfera local, regional y nacional. 

En Medellín, los políticos surgían bajo el visto bueno de tan letal personaje, que aportaba dinero para todo y así se convirtió en un adalid avasallante.

De tal ambiente, el exconcejal, exalcalde y exgobernador de Antioquia saltó al Congreso Nacional con aureola de firmeza y gran defensor del bienestar general, muy capaz de arrasar a las facciones  guerrilleras que pretendían tomarse el gobierno de Colombia a fuego y sangre, y en corto tiempo (año 2002) fue elegido Presidente de la República de Colombia y reelegido para el periodo siguiente, y casi que alcanza un tercer periodo continuo pero el poder judicial, específicamente la Corte Suprema de Justicia, lo impidió.  No obstante, siguió con bastante poder, tanto político como económico.

Imposible ignorar, que uno de los tantos contradictores del expresidente Uribe y de toda la ultraderecha colombiana, ha sido Gustavo Petro, exguerrillero indultado, pugnaz e inteligente, talento que el expresidente mencionado le ha reconocido públicamente. Pareciera que su mayor opositor estuviera ad-portas, cuando mucho a tres meses y días de ganarle el pulso. Para que esto ocurra, a los colombianos todavía nos toca soportar una terrible campaña presidencial, tal vez, sea la más polarizante, con vociferaciones agresivas que hayamos soportado.  

Columnista
17 marzo, 2022

¡Tremenda sorpresa!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

En Medellín, los políticos surgían bajo el visto bueno de tan letal personaje, que aportaba dinero para todo y así se convirtió en un adalid avasallante.


Es innegable que el pueblo colombiano anhela cambio de gobernantes, no hay dudas en que la ciudadanía corriente está cansada de soportar privaciones y manipulaciones non sanctas de la dirigencia política que solo gobierna para beneficio propio y el bienestar de sus camarillas.

El convencimiento general era que, Gustavo Petro, ganaba la consulta entre los aspirantes de la coalición del Pacto Histórico. Personalmente, siempre estuve convencido del triunfo de Sergio Fajardo en la menoscabada coalición Centro Esperanza.  Y en vista de la evidente lealtad de Federico Gutiérrez al jefe máximo del partido Centro Democrático, también estuve seguro de su victoria en la consulta del de por sí descontento Equipo Colombia.

De veras, mi ¡Tremenda sorpresa! Fue la cantidad de congresistas que obtuvo el Pacto Histórico (16 curules en el Senado y 25 en la Cámara, porque en la elección de los congresistas hay muchas tramoyas y múltiples clanes con enormes poderes para la consecución de votos; en consecuencia, es incuestionable, la disminución de la venta de votos y, por ende, el respectivo aumento del voto de opinión, ya que la abstención se mantuvo similar a su vigencia histórica. 

Además, el líder inobjetable del Pacto Histórico, ya demandó el reconteo de los votos por presunto fraude electoral en 29 mil mesas de votación, de confirmarse positivo, aumentaría el número de curules a su favor.  

Los resultados obtenidos por el Pacto Histórico y el fraccionamiento del partido Centro Democrático tienen altamente preocupado al expresidente Álvaro Uribe, se le vio en su semblante cuando inició la reunión exprés del uribismo (partido Centro Democrático), rostro de tristeza, envejecido y ánimo muy desvanecido; en fin, un Álvaro Uribe Vélez con talante diferente, mejor dicho: totalmente derrotado. No cabe duda alguna en que lo domina la depresión, pienso que requiere de ayuda profesional.

Mucho han hablado y escrito sobre Álvaro Uribe Vélez, lo cual no me consta, porque personalmente no lo conozco, ni siquiera a distancia lo he visto, solo en televisión. Lo Cierto es que nació en Medellín, su madre y su padre con vínculos irrefutables a personas ligadas al narcotráfico, con el agravante de que surgió en la política en la época del temible, Pablo Escobar Gaviria, el capo de capos del narcotráfico, que con su dinero ilícito logró permear la esfera local, regional y nacional. 

En Medellín, los políticos surgían bajo el visto bueno de tan letal personaje, que aportaba dinero para todo y así se convirtió en un adalid avasallante.

De tal ambiente, el exconcejal, exalcalde y exgobernador de Antioquia saltó al Congreso Nacional con aureola de firmeza y gran defensor del bienestar general, muy capaz de arrasar a las facciones  guerrilleras que pretendían tomarse el gobierno de Colombia a fuego y sangre, y en corto tiempo (año 2002) fue elegido Presidente de la República de Colombia y reelegido para el periodo siguiente, y casi que alcanza un tercer periodo continuo pero el poder judicial, específicamente la Corte Suprema de Justicia, lo impidió.  No obstante, siguió con bastante poder, tanto político como económico.

Imposible ignorar, que uno de los tantos contradictores del expresidente Uribe y de toda la ultraderecha colombiana, ha sido Gustavo Petro, exguerrillero indultado, pugnaz e inteligente, talento que el expresidente mencionado le ha reconocido públicamente. Pareciera que su mayor opositor estuviera ad-portas, cuando mucho a tres meses y días de ganarle el pulso. Para que esto ocurra, a los colombianos todavía nos toca soportar una terrible campaña presidencial, tal vez, sea la más polarizante, con vociferaciones agresivas que hayamos soportado.