Desde que cumplí los 65 años el transporte publico no me cuesta nada en la ciudad donde vivo, puedo viajar largas distancias sin pagar ni un centavo, cuantas veces quiera y en los días que quiera, eso si, bajo un estricto horario que se cumple con bastante precisión.
Por: Jaime Palmera Pineda
Desde que cumplí los 65 años el transporte publico no me cuesta nada en la ciudad donde vivo, puedo viajar largas distancias sin pagar ni un centavo, cuantas veces quiera y en los días que quiera, eso si, bajo un estricto horario que se cumple con bastante precisión. Los buses son cómodos, con aire acondicionado, soportes especiales para las bicicletas de los usuarios que los necesiten, espacios para uso exclusivo de pasajeros que utilicen sillas de ruedas, en fin, comodidades al servicio de los distintos usuarios.
Las paradas no distan mucho unas de otras y solo en ellas se permite recoger o dejar pasajeros. Hasta hoy no tenía preocupación alguna y me sentía muy contento con ese servicio, y creo que puede mejorar. Ahora pretendo que ningún ciudadano pague por el servicio de transporte público, ni en esta ciudad ni en ninguna otra.
Y no me estoy enloqueciendo, no, es que leí una nota sobre el transporte público gratis que ha motivado mi artículo quincenal para El Pilón.
El resumen de mi lectura es que, solo los habitantes de la ciudad tienen derecho al transporte público gratis luego de adquirir una tarjeta que la ciudad les da, los demás pagarán un pasaje de 2 euros. Pero la ciudad obtendrá beneficios tangibles e intangibles por otros conceptos entre los que están, para sorpresa de muchos, el aumento del recaudo por impuestos.
Otros beneficios esperados son la reducción de la polución ambiental y el mejoramiento del transito vehicular gracias a la disminución del numero de automóviles que circulan hoy en día por la ciudad. Y para una familia con dos hijos se estima un ahorro anual de 600 euros,
Algunos lectores se preguntarán donde ocurre esto. Pues bien, ese paraíso es Tallin, la capital de Estonia, una ciudad de 420.000 habitantes, cifra muy parecida a la población de Valledupar.
Mayor información se puede encontrar en la página Tallin-capital-transporte-publico-gratuito de Internet.
No puedo terminar esta nota sin felicitar a todo el personal de El Pilón por el cambio, tanto en la edición impresa como en la web, que muestra un esfuerzo que ha sido muy bien recibidos por los lectores.
Desde que cumplí los 65 años el transporte publico no me cuesta nada en la ciudad donde vivo, puedo viajar largas distancias sin pagar ni un centavo, cuantas veces quiera y en los días que quiera, eso si, bajo un estricto horario que se cumple con bastante precisión.
Por: Jaime Palmera Pineda
Desde que cumplí los 65 años el transporte publico no me cuesta nada en la ciudad donde vivo, puedo viajar largas distancias sin pagar ni un centavo, cuantas veces quiera y en los días que quiera, eso si, bajo un estricto horario que se cumple con bastante precisión. Los buses son cómodos, con aire acondicionado, soportes especiales para las bicicletas de los usuarios que los necesiten, espacios para uso exclusivo de pasajeros que utilicen sillas de ruedas, en fin, comodidades al servicio de los distintos usuarios.
Las paradas no distan mucho unas de otras y solo en ellas se permite recoger o dejar pasajeros. Hasta hoy no tenía preocupación alguna y me sentía muy contento con ese servicio, y creo que puede mejorar. Ahora pretendo que ningún ciudadano pague por el servicio de transporte público, ni en esta ciudad ni en ninguna otra.
Y no me estoy enloqueciendo, no, es que leí una nota sobre el transporte público gratis que ha motivado mi artículo quincenal para El Pilón.
El resumen de mi lectura es que, solo los habitantes de la ciudad tienen derecho al transporte público gratis luego de adquirir una tarjeta que la ciudad les da, los demás pagarán un pasaje de 2 euros. Pero la ciudad obtendrá beneficios tangibles e intangibles por otros conceptos entre los que están, para sorpresa de muchos, el aumento del recaudo por impuestos.
Otros beneficios esperados son la reducción de la polución ambiental y el mejoramiento del transito vehicular gracias a la disminución del numero de automóviles que circulan hoy en día por la ciudad. Y para una familia con dos hijos se estima un ahorro anual de 600 euros,
Algunos lectores se preguntarán donde ocurre esto. Pues bien, ese paraíso es Tallin, la capital de Estonia, una ciudad de 420.000 habitantes, cifra muy parecida a la población de Valledupar.
Mayor información se puede encontrar en la página Tallin-capital-transporte-publico-gratuito de Internet.
No puedo terminar esta nota sin felicitar a todo el personal de El Pilón por el cambio, tanto en la edición impresa como en la web, que muestra un esfuerzo que ha sido muy bien recibidos por los lectores.