La nostalgia me atrapa con frecuencia y mucho más cuando charlo con amigos que manejan sentimientos afines y entonces los recuerdos que es lo primero en asomar, mueven el espíritu como una veleta azotada por los vientos cuyo metacentro desespera al ritmo del oleaje por la amenaza del naufragio a su sistema de estabilidad. Nunca […]
La nostalgia me atrapa con frecuencia y mucho más cuando charlo con amigos que manejan sentimientos afines y entonces los recuerdos que es lo primero en asomar, mueven el espíritu como una veleta azotada por los vientos cuyo metacentro desespera al ritmo del oleaje por la amenaza del naufragio a su sistema de estabilidad.
Nunca he llevado una vida desorganizada, ni soy un artista, poeta, o compositor, o escritor, que en su mayoría llevan una vida irregular libre de ataduras, pero sí sé que, amo ciertos estados emocionales que me confunden con la bohemia sin estar aliado a los convencionalismos, ni mucho menos despreciarlos.
No he sido un vago y holgazán despreocupado, desordenado, abandonado de su destino, errante y libertino mucho menos, pero amo los momentos felices como también aquellos estados que me tocan el alma. Aprecio la amistad, la solidaridad, la cooperación social y muchas veces el informalismo me atrae.
Muy poco cuestiono las normas y opiniones de la sociedad pero las critico en sus extralimitaciones, las cuales no considero seguir en forma estricta solo porque los demás así lo creen; a veces soy excéntrico, sensible y creativo, pero no rebelde; conforme o indiferente con los cánones sociales, ni me coloco al margen de las anormalidades, porque creo en algo superior al ser humano y porque cultivo el alma con sus buenas intenciones a través de los actos perfectos que casi nunca logro, pero que jamás me doblegan ante la indiferencia.
La música, las canciones, los poemas, las anécdotas y sobre todo la espontaneidad, son los elementos principales para mi entusiasmo, el cual muchas veces lo llevo más allá de lo normal convirtiéndome en presa fácil de las emociones y a pesar que me satisface ese estado, lo controlo.
La bohemia o temperamento bohemio ha tenido su influencia en el cine, la ópera y el teatro, las artes, la novela, en la poesía y las letras y con mucho arraigo en la música a pesar de ser esta la actividad que más busca la perfección.
La palabra bohemia, tiene entonces múltiples significados ya que está asociada al modelo de vida que se aparta de las normas sociales y que toma al arte, la cultura y hasta la ciencia muy por encima de las cosas materiales.
La bohemia y el bohemio, han tenido su influencia en la literatura y otras actividades, marcando estilos y condiciones, dando origen a movimientos que, aunque no compartieren las mismas ideas, a través de la bohemia enfrentaron y han enfrentado a las condiciones normales impuestas por los poderes y costumbres sociales.
Soy un tipo conforme con la vida que he llevado y cuando he aspirado a más siempre he pensado en el riesgo que debo enfrentar.
Me gustan las emociones sanas, sin los protocolos convencionales, sin permisos y restricciones y me encanta la libertad bien entendida.
Eso sí, no me conformo con lo que se opone a mi felicidad y cada vez que me siento bien es porque la caridad invade mi corazón y en este aspecto siento que me contagia la bohemia pues me olvido de normas y reglamentos y entrego muchas cosas sin formalismos, solo por la necesidad de practicar el bien.
Me he cuidado en no caer en los estados mentales de quienes no son responsables de sus actos, algunos de manera transitoria que conduzcan a la locura, a la prepotencia y a la soberbia.
La nostalgia me atrapa con frecuencia y mucho más cuando charlo con amigos que manejan sentimientos afines y entonces los recuerdos que es lo primero en asomar, mueven el espíritu como una veleta azotada por los vientos cuyo metacentro desespera al ritmo del oleaje por la amenaza del naufragio a su sistema de estabilidad. Nunca […]
La nostalgia me atrapa con frecuencia y mucho más cuando charlo con amigos que manejan sentimientos afines y entonces los recuerdos que es lo primero en asomar, mueven el espíritu como una veleta azotada por los vientos cuyo metacentro desespera al ritmo del oleaje por la amenaza del naufragio a su sistema de estabilidad.
Nunca he llevado una vida desorganizada, ni soy un artista, poeta, o compositor, o escritor, que en su mayoría llevan una vida irregular libre de ataduras, pero sí sé que, amo ciertos estados emocionales que me confunden con la bohemia sin estar aliado a los convencionalismos, ni mucho menos despreciarlos.
No he sido un vago y holgazán despreocupado, desordenado, abandonado de su destino, errante y libertino mucho menos, pero amo los momentos felices como también aquellos estados que me tocan el alma. Aprecio la amistad, la solidaridad, la cooperación social y muchas veces el informalismo me atrae.
Muy poco cuestiono las normas y opiniones de la sociedad pero las critico en sus extralimitaciones, las cuales no considero seguir en forma estricta solo porque los demás así lo creen; a veces soy excéntrico, sensible y creativo, pero no rebelde; conforme o indiferente con los cánones sociales, ni me coloco al margen de las anormalidades, porque creo en algo superior al ser humano y porque cultivo el alma con sus buenas intenciones a través de los actos perfectos que casi nunca logro, pero que jamás me doblegan ante la indiferencia.
La música, las canciones, los poemas, las anécdotas y sobre todo la espontaneidad, son los elementos principales para mi entusiasmo, el cual muchas veces lo llevo más allá de lo normal convirtiéndome en presa fácil de las emociones y a pesar que me satisface ese estado, lo controlo.
La bohemia o temperamento bohemio ha tenido su influencia en el cine, la ópera y el teatro, las artes, la novela, en la poesía y las letras y con mucho arraigo en la música a pesar de ser esta la actividad que más busca la perfección.
La palabra bohemia, tiene entonces múltiples significados ya que está asociada al modelo de vida que se aparta de las normas sociales y que toma al arte, la cultura y hasta la ciencia muy por encima de las cosas materiales.
La bohemia y el bohemio, han tenido su influencia en la literatura y otras actividades, marcando estilos y condiciones, dando origen a movimientos que, aunque no compartieren las mismas ideas, a través de la bohemia enfrentaron y han enfrentado a las condiciones normales impuestas por los poderes y costumbres sociales.
Soy un tipo conforme con la vida que he llevado y cuando he aspirado a más siempre he pensado en el riesgo que debo enfrentar.
Me gustan las emociones sanas, sin los protocolos convencionales, sin permisos y restricciones y me encanta la libertad bien entendida.
Eso sí, no me conformo con lo que se opone a mi felicidad y cada vez que me siento bien es porque la caridad invade mi corazón y en este aspecto siento que me contagia la bohemia pues me olvido de normas y reglamentos y entrego muchas cosas sin formalismos, solo por la necesidad de practicar el bien.
Me he cuidado en no caer en los estados mentales de quienes no son responsables de sus actos, algunos de manera transitoria que conduzcan a la locura, a la prepotencia y a la soberbia.