Esta no sería la primera fusión de merengue con vallenato.
La puya y el son tienen influencia indígena, pero su configuración es propia del acordeón.
Las afirmaciones del cantante vallenato causaron molestias entre los seguidores de Diomedes Díaz.
La canción en vallenato hace parte del álbum ‘El original’, lanzado en el año 2008 y cuenta con más de 28 mil visitas en Youtube.
Este miércoles sigue la competencia en el Centro Recreacional La Pedregosa.
Con la sonrisa que lo caracteriza anunció la llegada a la capital vallenata , advirtiendo que “el loco está en la calle” donde su ambición se reduce a “gozar de la ciudad”.
El término juglar ha significado experiencia, madurez y expansión del folclor vallenato. Sin embargo, este concepto es objeto de críticas debido a su actual uso. Expertos hablan sobre el tema.
Considero que el mejor homenaje póstumo que le puedo hacer a José Vicente ‘Chente’ Munive es escribiendo esta columna con pocas palabras, pero con letras grandes para dimensionar la magnitud de su grandeza en la música vallenata.
No es la primera ni la última voz que se levanta para expresar la inconformidad que origina el hecho, cuando los cantantes de moda de música Vallenata, no le dan el verdadero valor al acordeonero, a sabiendas que sin el acordeón ellos, no valen un pito.
El género Urbano y estos dos jóvenes, K2 Y Verdugo Flow, esperan que la gente de la cuidad y el país acepten sus canciones y letras, las mismas que ellos califican como gustosas al momento de mostrarlas en tarima.
En todas las estaciones de radio de la costa y el interior en estos momentos se puede escuchar insistentemente el merengue “La Virgen del Carmen” de Emilianito Zuleta, uno de los más fervientes devotos de esta figura mariana.
Talentos locales de Valledupar exhibieron su arte musical en el parque principal del barrio La Nevada, en el marco del ‘Pilón en tu Barrio’.
Las canciones de Adolfo Pacheco hacen parte del patrimonio estético de Valledupar. La visión poética y la raigambre del patio trenzaron en su espíritu los colores de la música. Él tuvo la influencia de la artesanía de su pueblo; pero en vez de tejer hilos, tejió palabras para convertirlas en canciones.
La esencia del Festival Vallenato son los concursos de las diferentes modalidades de acordeoneros, canción inédita, piquería y piloneras, que desde sus inicios hace 46 años han sido el eje fundamental del certamen que anualmente renueva ganadores, que son los eslabones que mantienen la vigencia cultural del folclor vallenato. La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, órgano rector del certamen, tiene entre sus funciones la de garantizar un cuerpo de jurados idóneos, con alto nivel ético y moral que permita analizar, evaluar y dictaminar los resultados que califican a los mejores en el orden de los puntajes que resultaren luego de agotarse las diferentes jornadas que se cumplen durante los días de las contiendas, que exige interpretación, creatividad y armonía de la puya, el son, el paseo y el merengue; así como la canción inédita, la piqueria y el concurso de piloneras y piloneritos. Los jurados del Festival tienen una gran responsabilidad, porque finalmente son los que realzan o hacen coronar a los mejores (reyes) acordeoneros en las categorías infantil, juvenil, aficionado y profesional, y también en escogen la mejor canción inédita y al mejor en la piquería. Y es aquí donde entran en juego elementos distractores, como la ambición, el dinero y poder, que les impide decidir en algunas ocasiones por sí mismos, y por el contrario obedecen a vicios, ordenes, malas costumbres e intereses particulares. Muchas veces acompañada de presiones desde los mismos concursantes, sus familiares o amigos, ignorancia, conformismo y dependencia, que los lleva a dictar fallos que no corresponden con la realidad cualitativa de los concursantes. Este año la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata reunió, como lo hace todos los años, a su grupo de jurados para darle algunas instrucciones con maestros de la música vallenata y le agregó el componente ético, con el propósito de hacer énfasis en los valores básicos de los jurados que deben estar enmarcados en la responsabilidad, la honestidad, el respeto, la libertad y la lealtad, que son los derroteros para que exista una actitud clara y transparente en la realización de su papel como tal, al igual que la debida fidelidad, el trato con los concursantes, el desempeño con honor, amor y gratitud, compromiso y palabra. Las directivas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata también deben obedecer el contenido de dichos valores morales y cumplir y hacer cumplir el reglamento que rige el concurso en cada una de sus categorías para corresponder a la confianza y la transparencia que la cultura universal observa de unos y otros desde cualquier lugar del mundo, y lo que está de por medio es la imagen moral del folclor que identifica al País Vallenato.
45 acordeoneros profesionales han sido premiados con el máximo galardón del folclor, Rey del Festival Vallenato, considerado el mejor evento del folclor ante el mundo.