Los hermanos Támara cimentaron con su acordeón bases importantes de lo que llamamos música vallenata. Un alumno aventajado de Porfirio y Gilberto, que tomó elementos del estilo de ellos, Abel Antonio Villa, considerado un juglar del vallenato, representó la trascendencia musical que tuvieron los hijos de Candelaria, Eugenia y José Eugenio.