EL PILÓN conversó con el excandidato a la Alcaldía de Valledupar, Ernesto Orozco. Más reflexivo luego de la derrota habló acerca de la campaña, su futuro, el sueño de ser alcalde, su relación con el mandatario electo y sobre los señalamientos que le hicieron en el proceso electoral.
Camina un poco más despacio y reflexivo. Ernesto Orozco ya no es el hombre atareado por la campaña política y rodeado de multitudes. Lo acompañan los que él considera sus verdaderos amigos, con quienes planea los siguientes pasos y su futuro profesional.
El 27 de octubre estábamos muy expectantes. Recorrimos todo Valledupar ese día y sentimos el aprecio y cariño de la gente en todos los puestos de votación. La votación fue reñida, quedamos de segundo por el 1,2 %. Es un resultado importante. Trabajamos un año de campaña muy satisfactoria, de corazón, sin agravio, diferente. Considerábamos que teníamos la oportunidad de ganar.
El pueblo dispuso lo contrario, pero muy contentos por el trabajo que hicimos, las amistades que pudimos hacer, por el conocimiento de Valledupar. De hecho somos una fuerza y nuestro mensaje caló a un alto porcentaje de vallenatos.
Muchos factores. Creo que hay que acogerse a la voluntad de Dios. Nosotros hicimos el trabajo que debíamos hacer. Si tocara repetir lo haríamos igual. Posterior a la campaña se sacan conjeturas pero nosotros hicimos una campaña seria.
Hoy nos dicen que hubiéramos atacado en lo personal, que las otras campañas tenían cómo ser atacadas, pero no es nuestra forma de ser. Como he dicho en entrevistas: aunque algunos dicen que la política saca lo peor de la condición humana, en mí sacó lo mejor, no tengo resentimiento con nadie. Tratamos de ser diferentes, pero primó la forma tradicional: el odio, el rechazo.
Lo que yo le estaba proponiendo a Valledupar no era un discurso político: no tenía que disfrazarme de algo y apenas se acabe la campaña ser otra cosa. Quise ser auténtico y como soy yo. No veía necesidad de hablar mal de nadie ni inventar falsas noticias para conseguir los votos vallenatos. Ese mensaje caló en casi el 50 % de la gente que votó. Es mi forma de ser. Si atacando el resultado hubiera sido distinto, no me hubiera sentido bien conmigo.
Claro, se cometen errores como en todas partes. Estas campañas son unas empresas grandísimas con una suma de voluntarios y hay que llegar a equilibrar ciertas cosas. En lo fundamental, en lo grueso, no me arrepiento de nada.
Puede ser las formas de las reuniones, hicimos demasiadas reuniones, nos faltó dedicarnos a otros nichos; de pronto llegar más a los corregimientos. Eso es lo que cambiaríamos. Hay que vender la idea que la opción de uno es la mejor sin necesidad de pisotear al otro.
Estaremos siempre opinando en pro de la ciudadanía. Le deseamos al alcalde que entra lo mejor, porque si le va bien a Valledupar le irá bien. No es algo trillado ni por protocolo, es que lo sentimos, queremos que a Valledupar le vaya bien. Estaremos apoyando lo bueno y criticando lo que creamos no está acorde con lo que necesita la ciudad.
La norma de oposición me daba a mí la posibilidad de entrar al Concejo de Valledupar pero le quitaba la posibilidad a una de las personas que más trabajó para mi campaña, que luchó por mis ideales y se la jugó por Ernesto Orozco y no era justo que Ernesto Orozco le quitara ese derecho a quien se lo ganó con trabajo duro. Lealtad con el compañero. Además, eso lo podemos hacer desde afuera, conocemos los mecanismos.
En la alianza salieron doce concejales. Con ellos nos sentaremos a conversar, a dar nuestras opiniones sobre los proyectos y las iniciativas, pero ellos decidirán. Yo no soy el jefe del movimiento Por Ti Valledupar.
Depende. ‘Ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre’. Yo no soy una persona muy mediática, soy más ejecutivo. Estaremos cerca pero el show mediático no va conmigo.
Mucha necesidad, pero también mucho empuje, mucha ‘verraquera’. En Valledupar hay muchas víctimas de la violencia, migrantes venezolanos. Muchos ya se sienten vallenatos y son una clase trabajadora que quiere salir adelante.
La educación es la única forma de movilidad social. No lo dice Ernesto Orozco, eso está probado. Cuando en una casa de estrato 1 o 2 hay un profesional con empleo, emprendedor, cambia su entorno.
Tenemos que hacer una combinación: salir a hacer empresa que es lo que nos gusta pero estaremos muy atentos en la parte política opinando, actuando para estar vigentes, esperando las oportunidades que se nos den. Nosotros estamos para construir futuro.
Decirte que se murió el sueño de ser alcalde de Valledupar, sería mentirte, pero no es una obsesión, podemos contribuirle a Valledupar desde muchísimos escenarios; ese es un sueño que hemos tenido toda la vida, de trabajar por Valledupar. En las medidas de las posibilidades lo volveremos a intentar: es un sueño, una opción, no una obsesión. Si nosotros vemos que hay posibilidades volveremos a presentar el nombre, pero todo está en los tiempos de Dios. Tenemos que esperar qué sucede en estos cuatro años.
Es una relación cordial, diplomática.
El alcalde fue a darme el saludo protocolario y a invitarme a opinar sobre ciudad. No hay ningún problema, ya la campaña pasó.
La legalización de las invasiones. Es un tema clave que necesitamos se retome.
Sobre Ernesto Orozco se dijeron muchas cosas, ejemplo, que significaba la continuidad.
De ser elegido mi mandato hubiera sido independiente. Con la actual administración no he tenido un contrato, un puesto. He aplaudido unas cosas, criticado otras. Mi pecado, entre comillas, fue que muchos amigos de la actual administración me estaban apoyando. Si tocara volver a aceptarlos, se aceptaba. Yo no era candidato de nadie, recibimos a todo el que quiso entrar en este proyecto. Teníamos gente de izquierda, de derecha, liberal, verde, todos los que quisieran trabajar por Valledupar.
Descubrimos quiénes son las personas oportunistas y quiénes son los verdaderos amigos.
Rodeado de los verdaderos amigos y con ellos sigue el proceso.
¿Cómo está la salud de Ernesto Orozco?
Tuve un evento de salud en enero de este año. Fui sometido a una cirugía y eso es público. Cuando decido empezar la campaña fue con todos los controles, el chequeo, y ‘estoy como un Toyota nuevo pidiendo vía’.
En estos momentos estamos atendiendo temas personales y a partir de enero empezamos a tomar decisiones de dónde vamos a estar en lo privado. Este mes de noviembre es de organización y descanso.
En ambas partes me sentiría bien, lo que Dios disponga pero seguiremos cerca de la política.
POR: DEIVIS CARO / EL PILÓN
[email protected]
EL PILÓN conversó con el excandidato a la Alcaldía de Valledupar, Ernesto Orozco. Más reflexivo luego de la derrota habló acerca de la campaña, su futuro, el sueño de ser alcalde, su relación con el mandatario electo y sobre los señalamientos que le hicieron en el proceso electoral.
Camina un poco más despacio y reflexivo. Ernesto Orozco ya no es el hombre atareado por la campaña política y rodeado de multitudes. Lo acompañan los que él considera sus verdaderos amigos, con quienes planea los siguientes pasos y su futuro profesional.
El 27 de octubre estábamos muy expectantes. Recorrimos todo Valledupar ese día y sentimos el aprecio y cariño de la gente en todos los puestos de votación. La votación fue reñida, quedamos de segundo por el 1,2 %. Es un resultado importante. Trabajamos un año de campaña muy satisfactoria, de corazón, sin agravio, diferente. Considerábamos que teníamos la oportunidad de ganar.
El pueblo dispuso lo contrario, pero muy contentos por el trabajo que hicimos, las amistades que pudimos hacer, por el conocimiento de Valledupar. De hecho somos una fuerza y nuestro mensaje caló a un alto porcentaje de vallenatos.
Muchos factores. Creo que hay que acogerse a la voluntad de Dios. Nosotros hicimos el trabajo que debíamos hacer. Si tocara repetir lo haríamos igual. Posterior a la campaña se sacan conjeturas pero nosotros hicimos una campaña seria.
Hoy nos dicen que hubiéramos atacado en lo personal, que las otras campañas tenían cómo ser atacadas, pero no es nuestra forma de ser. Como he dicho en entrevistas: aunque algunos dicen que la política saca lo peor de la condición humana, en mí sacó lo mejor, no tengo resentimiento con nadie. Tratamos de ser diferentes, pero primó la forma tradicional: el odio, el rechazo.
Lo que yo le estaba proponiendo a Valledupar no era un discurso político: no tenía que disfrazarme de algo y apenas se acabe la campaña ser otra cosa. Quise ser auténtico y como soy yo. No veía necesidad de hablar mal de nadie ni inventar falsas noticias para conseguir los votos vallenatos. Ese mensaje caló en casi el 50 % de la gente que votó. Es mi forma de ser. Si atacando el resultado hubiera sido distinto, no me hubiera sentido bien conmigo.
Claro, se cometen errores como en todas partes. Estas campañas son unas empresas grandísimas con una suma de voluntarios y hay que llegar a equilibrar ciertas cosas. En lo fundamental, en lo grueso, no me arrepiento de nada.
Puede ser las formas de las reuniones, hicimos demasiadas reuniones, nos faltó dedicarnos a otros nichos; de pronto llegar más a los corregimientos. Eso es lo que cambiaríamos. Hay que vender la idea que la opción de uno es la mejor sin necesidad de pisotear al otro.
Estaremos siempre opinando en pro de la ciudadanía. Le deseamos al alcalde que entra lo mejor, porque si le va bien a Valledupar le irá bien. No es algo trillado ni por protocolo, es que lo sentimos, queremos que a Valledupar le vaya bien. Estaremos apoyando lo bueno y criticando lo que creamos no está acorde con lo que necesita la ciudad.
La norma de oposición me daba a mí la posibilidad de entrar al Concejo de Valledupar pero le quitaba la posibilidad a una de las personas que más trabajó para mi campaña, que luchó por mis ideales y se la jugó por Ernesto Orozco y no era justo que Ernesto Orozco le quitara ese derecho a quien se lo ganó con trabajo duro. Lealtad con el compañero. Además, eso lo podemos hacer desde afuera, conocemos los mecanismos.
En la alianza salieron doce concejales. Con ellos nos sentaremos a conversar, a dar nuestras opiniones sobre los proyectos y las iniciativas, pero ellos decidirán. Yo no soy el jefe del movimiento Por Ti Valledupar.
Depende. ‘Ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre’. Yo no soy una persona muy mediática, soy más ejecutivo. Estaremos cerca pero el show mediático no va conmigo.
Mucha necesidad, pero también mucho empuje, mucha ‘verraquera’. En Valledupar hay muchas víctimas de la violencia, migrantes venezolanos. Muchos ya se sienten vallenatos y son una clase trabajadora que quiere salir adelante.
La educación es la única forma de movilidad social. No lo dice Ernesto Orozco, eso está probado. Cuando en una casa de estrato 1 o 2 hay un profesional con empleo, emprendedor, cambia su entorno.
Tenemos que hacer una combinación: salir a hacer empresa que es lo que nos gusta pero estaremos muy atentos en la parte política opinando, actuando para estar vigentes, esperando las oportunidades que se nos den. Nosotros estamos para construir futuro.
Decirte que se murió el sueño de ser alcalde de Valledupar, sería mentirte, pero no es una obsesión, podemos contribuirle a Valledupar desde muchísimos escenarios; ese es un sueño que hemos tenido toda la vida, de trabajar por Valledupar. En las medidas de las posibilidades lo volveremos a intentar: es un sueño, una opción, no una obsesión. Si nosotros vemos que hay posibilidades volveremos a presentar el nombre, pero todo está en los tiempos de Dios. Tenemos que esperar qué sucede en estos cuatro años.
Es una relación cordial, diplomática.
El alcalde fue a darme el saludo protocolario y a invitarme a opinar sobre ciudad. No hay ningún problema, ya la campaña pasó.
La legalización de las invasiones. Es un tema clave que necesitamos se retome.
Sobre Ernesto Orozco se dijeron muchas cosas, ejemplo, que significaba la continuidad.
De ser elegido mi mandato hubiera sido independiente. Con la actual administración no he tenido un contrato, un puesto. He aplaudido unas cosas, criticado otras. Mi pecado, entre comillas, fue que muchos amigos de la actual administración me estaban apoyando. Si tocara volver a aceptarlos, se aceptaba. Yo no era candidato de nadie, recibimos a todo el que quiso entrar en este proyecto. Teníamos gente de izquierda, de derecha, liberal, verde, todos los que quisieran trabajar por Valledupar.
Descubrimos quiénes son las personas oportunistas y quiénes son los verdaderos amigos.
Rodeado de los verdaderos amigos y con ellos sigue el proceso.
¿Cómo está la salud de Ernesto Orozco?
Tuve un evento de salud en enero de este año. Fui sometido a una cirugía y eso es público. Cuando decido empezar la campaña fue con todos los controles, el chequeo, y ‘estoy como un Toyota nuevo pidiendo vía’.
En estos momentos estamos atendiendo temas personales y a partir de enero empezamos a tomar decisiones de dónde vamos a estar en lo privado. Este mes de noviembre es de organización y descanso.
En ambas partes me sentiría bien, lo que Dios disponga pero seguiremos cerca de la política.
POR: DEIVIS CARO / EL PILÓN
[email protected]