‘Cuidemos nuestra fauna’, no al tráfico ilegal de especies silvestres, es la campaña que desde hoy inicia EL PILÓN en el marco de su responsabilidad social. Esta, una de las prácticas más arraigadas en el Cesar, es combatida por autoridades como Corpocesar y la Policía Nacional.
La alta demanda para el consumo, un arraigo cultural y los excelentes dividendos producidos por la comercialización clandestina, son los principales factores para el tráfico de aves, reptiles y anfibios, más apetecidos por los comercializantes.
Las especies en su mayoría son extraídas ilegalmente desde su hábitat; no es otra que la fauna silvestre establecida en los distintos ecosistemas naturales. En el Cesar se registra esta problemática en distintas regiones, especialmente Aguas Blancas, Mariangola, Cuatro Vientos y El Desastre, zonas identificadas como rojas por las autoridades ambientales como la Policía Nacional y la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar.
Los traficantes tienen distintos ámbitos para trabajar, el principal centrado en la casa de aves, así como mamíferos y anfibios (aquí entra la tenencia como mascotas), asociado al consumo de carne y huevos de reptiles.
Tortuga hicotea, tortuga morrocoy, iguana, periquito bronceado, loro común, ardilla, mico maicero, boa constrictora, cascabel, guacamaya, conejo, iguana, armadillo, oso hormiguero, tigrillos y búhos, las especies más apetecidas en este departamento, según explicó la comisaria Adolfina Luz Gómez Oñate, jefe de la División de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Nacional en el Cesar.
Las boas constrictoras es una de las más apetecidas por los ciudadanos para tenerlas de mascotas, mientras que la cascabel es perseguida por los llamados ‘brujos’, que las utilizan para hacer rituales.
Las especies son transportadas y camufladas en sacos, cajetas, bolsos, entre otros, y cuando ya han sido sacrificadas utilizan recipientes cerrados como neveras portátiles.
“Por la idiosincrasia del departamento, a las personas se les es fácil irse a cazar. Hace dos días practicamos un comparendo alusivo al Código Nacional de Policía, a un hombre que traía cinco conejos recién casados. En un último caso le quitamos a otro hombre dos boas, al norte de Valledupar”, recalcó la jefe de la División de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Nacional en el Cesar.
En las últimas horas, personal de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, Dijín, aterrizó en Valledupar para hacer efectivas tres órdenes de captura contra personas por el delito de tráfico de especies silvestres en Manaure y Bosconia. Los capturados tenían, en casas campos, animales como tucanes, guacamayas y loros.
“En los corredores viales la idea no es judicializar a todas las personas, sino generar consciencia de que esas especies no se pueden comercializar, de que no se pueden tener como mascotas en las casas. Ahora trabajamos la prevención con la ciudadanía, capacitación, enseñarle a la población civil del cuidado que deben tener con el medio ambiente”, declaró Gómez Oñate.
Tratamiento a especies
Para esto existe el Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre del Departamento del Cesar (CAVFS), y en sus instalaciones hacen toda la atención de la fauna afectada, ya sea por accidentabilidad, afectación en grandes proyectos que se realizan como la minería o por rescate de especies que están en condición de riesgo o vulnerabilidad. Es una atención clínica y biológica para lograr la rehabilitación y posterior reintroducción de animales al medio natural.
Este, un proyecto de la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar), está ubicado con dos unidades, una en Valledupar y otra en la zona minera, donde tratan, cuidan, recuperan y liberan animales cuando han sido objetos de tenencia o de tráfico ilegal, que resultan afectados tanto física, clínica, como conductualmente.
“Aquí tenemos que revertir el proceso. El CAVFS de la zona minera es una unidad satélite del CAVFS principal ubicado en Valledupar, donde atendemos aspectos primarios de la atención de toda esta fauna afectada en una parte básica. Lo más complejo se trata en Valledupar, donde las especies permanecen un tiempo y luego se ubican en las zonas donde se liberarán definitivamente”, declaró Edgar Patiño Flórez, director de la Red de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar.
Solo en un término de 20 meses, esta red pública ha recepcionado algo más de 4.000 animales, gracias a rescates, entregas voluntarias, decomisos de las autoridades ambientales, y, de esos, unos 400 se ubican actualmente al interior de la mina Calenturitas, como un proceso de sinergia entre la minería a cielo abierto y la golpeada biodiversidad de la región.
La estrategia de control diseñada por Corpocesar y que hoy día se vincula desde la Red de Fauna y Flora Silvestre del departamento, es un instrumento para el conocimiento, la planeación de la gestión en torno a la biodiversidad del Cesar, que involucra todas las acciones de control.
“Lo que hacemos es tratar de atender la fauna afectada para lograr los mejores resultados y disminuir los indicadores que no son los mejores para el departamento en la actualidad”, advirtió el director de la Red de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar.
Las dos ‘clínicas’ en el Cesar son operadas por Corpocesar: la primera está ubicada a 15 minutos del casco urbano de Valledupar y la segunda, al interior de la mina Calenturitas de la empresa Prodeco.
Incidencias, alcances y aportes a la fauna
La biodiversidad del Caribe, especialmente la asentada en el Cesar, es una de las más apetecidas por cazadores y traficantes de especies en Colombia. Este departamento es el tercero en la lista de cinco poblaciones con mayor incautación de fauna en el país: índice que lidera Bolívar, seguido de Sucre, además de Córdoba y Antioquia, según las autoridades ambientales.
“Se pudo establecer que la mayoría de animales (traficados y cazados) provienen del trópico bajo, llámese los Llanos Orientales, como la costa Atlántica y entre ella uno de los departamentos que más aporta especies hacia estos centros en términos de tráfico ilegal y tenencia ilegal, es el Cesar”, aseguró Edgar Patiño Flórez.
En los últimos tres años, Corpocesar ha recibido aproximadamente entre 4.300 y 4.500 animales en las instalaciones del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de Valledupar, de los cuales han liberado entre 3.700 a 3.900 para un promedio de 2.000 animales por año.
Hoy, los animales en vía de extinción en esta región son: el morrocoyo, la hicotea y la guartinaja, según expertos de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar.
‘Cuidemos nuestra fauna’, no al tráfico ilegal de especies silvestres, es la campaña que desde hoy inicia EL PILÓN en el marco de su responsabilidad social. Esta, una de las prácticas más arraigadas en el Cesar, es combatida por autoridades como Corpocesar y la Policía Nacional.
La alta demanda para el consumo, un arraigo cultural y los excelentes dividendos producidos por la comercialización clandestina, son los principales factores para el tráfico de aves, reptiles y anfibios, más apetecidos por los comercializantes.
Las especies en su mayoría son extraídas ilegalmente desde su hábitat; no es otra que la fauna silvestre establecida en los distintos ecosistemas naturales. En el Cesar se registra esta problemática en distintas regiones, especialmente Aguas Blancas, Mariangola, Cuatro Vientos y El Desastre, zonas identificadas como rojas por las autoridades ambientales como la Policía Nacional y la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar.
Los traficantes tienen distintos ámbitos para trabajar, el principal centrado en la casa de aves, así como mamíferos y anfibios (aquí entra la tenencia como mascotas), asociado al consumo de carne y huevos de reptiles.
Tortuga hicotea, tortuga morrocoy, iguana, periquito bronceado, loro común, ardilla, mico maicero, boa constrictora, cascabel, guacamaya, conejo, iguana, armadillo, oso hormiguero, tigrillos y búhos, las especies más apetecidas en este departamento, según explicó la comisaria Adolfina Luz Gómez Oñate, jefe de la División de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Nacional en el Cesar.
Las boas constrictoras es una de las más apetecidas por los ciudadanos para tenerlas de mascotas, mientras que la cascabel es perseguida por los llamados ‘brujos’, que las utilizan para hacer rituales.
Las especies son transportadas y camufladas en sacos, cajetas, bolsos, entre otros, y cuando ya han sido sacrificadas utilizan recipientes cerrados como neveras portátiles.
“Por la idiosincrasia del departamento, a las personas se les es fácil irse a cazar. Hace dos días practicamos un comparendo alusivo al Código Nacional de Policía, a un hombre que traía cinco conejos recién casados. En un último caso le quitamos a otro hombre dos boas, al norte de Valledupar”, recalcó la jefe de la División de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Nacional en el Cesar.
En las últimas horas, personal de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, Dijín, aterrizó en Valledupar para hacer efectivas tres órdenes de captura contra personas por el delito de tráfico de especies silvestres en Manaure y Bosconia. Los capturados tenían, en casas campos, animales como tucanes, guacamayas y loros.
“En los corredores viales la idea no es judicializar a todas las personas, sino generar consciencia de que esas especies no se pueden comercializar, de que no se pueden tener como mascotas en las casas. Ahora trabajamos la prevención con la ciudadanía, capacitación, enseñarle a la población civil del cuidado que deben tener con el medio ambiente”, declaró Gómez Oñate.
Tratamiento a especies
Para esto existe el Centro de Atención y Valoración de Fauna y Flora Silvestre del Departamento del Cesar (CAVFS), y en sus instalaciones hacen toda la atención de la fauna afectada, ya sea por accidentabilidad, afectación en grandes proyectos que se realizan como la minería o por rescate de especies que están en condición de riesgo o vulnerabilidad. Es una atención clínica y biológica para lograr la rehabilitación y posterior reintroducción de animales al medio natural.
Este, un proyecto de la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar), está ubicado con dos unidades, una en Valledupar y otra en la zona minera, donde tratan, cuidan, recuperan y liberan animales cuando han sido objetos de tenencia o de tráfico ilegal, que resultan afectados tanto física, clínica, como conductualmente.
“Aquí tenemos que revertir el proceso. El CAVFS de la zona minera es una unidad satélite del CAVFS principal ubicado en Valledupar, donde atendemos aspectos primarios de la atención de toda esta fauna afectada en una parte básica. Lo más complejo se trata en Valledupar, donde las especies permanecen un tiempo y luego se ubican en las zonas donde se liberarán definitivamente”, declaró Edgar Patiño Flórez, director de la Red de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar.
Solo en un término de 20 meses, esta red pública ha recepcionado algo más de 4.000 animales, gracias a rescates, entregas voluntarias, decomisos de las autoridades ambientales, y, de esos, unos 400 se ubican actualmente al interior de la mina Calenturitas, como un proceso de sinergia entre la minería a cielo abierto y la golpeada biodiversidad de la región.
La estrategia de control diseñada por Corpocesar y que hoy día se vincula desde la Red de Fauna y Flora Silvestre del departamento, es un instrumento para el conocimiento, la planeación de la gestión en torno a la biodiversidad del Cesar, que involucra todas las acciones de control.
“Lo que hacemos es tratar de atender la fauna afectada para lograr los mejores resultados y disminuir los indicadores que no son los mejores para el departamento en la actualidad”, advirtió el director de la Red de Fauna y Flora Silvestre de Corpocesar.
Las dos ‘clínicas’ en el Cesar son operadas por Corpocesar: la primera está ubicada a 15 minutos del casco urbano de Valledupar y la segunda, al interior de la mina Calenturitas de la empresa Prodeco.
Incidencias, alcances y aportes a la fauna
La biodiversidad del Caribe, especialmente la asentada en el Cesar, es una de las más apetecidas por cazadores y traficantes de especies en Colombia. Este departamento es el tercero en la lista de cinco poblaciones con mayor incautación de fauna en el país: índice que lidera Bolívar, seguido de Sucre, además de Córdoba y Antioquia, según las autoridades ambientales.
“Se pudo establecer que la mayoría de animales (traficados y cazados) provienen del trópico bajo, llámese los Llanos Orientales, como la costa Atlántica y entre ella uno de los departamentos que más aporta especies hacia estos centros en términos de tráfico ilegal y tenencia ilegal, es el Cesar”, aseguró Edgar Patiño Flórez.
En los últimos tres años, Corpocesar ha recibido aproximadamente entre 4.300 y 4.500 animales en las instalaciones del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de Valledupar, de los cuales han liberado entre 3.700 a 3.900 para un promedio de 2.000 animales por año.
Hoy, los animales en vía de extinción en esta región son: el morrocoyo, la hicotea y la guartinaja, según expertos de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar.