El ELN no cumplió el anuncio de cese al fuego para esta Semana Santa. A la reciente voladura del oleoducto Caño Limón Coveñas se suma el atentado terrorista con explosivos que ayer frustraron tropas de la Décima Brigada del Ejército Nacional.

Luego de anunciar un gesto de paz, es muy mal mensaje del grupo guerrillero este hallazgo de dos artefactos explosivos improvisados en el kilómetro 50 más 300 metros de la Ruta del Sol, tramo La Mata – San Roque, en jurisdicción del municipio de Curumaní, Cesar. Según las investigaciones castrenses, estos explosivos fueron instalados por el ‘Frente Camilo Torres Restrepo’, que delinque entre sur de Cesar, Norte de Santander y sur de Bolívar.

Gracias a labores de inteligencia del Batallón Especial Energético Vial No.3, se evitó un grave hecho de alteración de orden público, puesto que la explosión de dichos artefactos pudo haber afectado a los uniformados de Ejército y Policía que realizan controles en la vía; también estuvo en riesgo el tránsito entre el interior del país y la costa, teniendo en cuenta los miles de viajeros que salen a las carreteras en estos días santos.

Destacable la oportuna reacción de la fuerza pública, pero reprochable la actitud del ELN que no ha mostrado una verdadera voluntad para consolidar un proceso de paz.

Atentados como el de Caño Limón Coveñas y el frustrado en el sur de Cesar asustan a los colombianos y extranjeros que prefieren no visitar los tesoros naturales del país, principalmente en las zonas que en otrora fueron estigmatizadas por las incursiones armadas, extorsiones y pescas milagrosas.

Nuestro país ha cambiado y no queremos que vuelva a tomar fuerza la estela de miedo que antes era más intensa con las desaparecidas Farc.
Necesitamos una verdadera voluntad de paz y para que se avance en ello es necesario que se cumplan los pactos, un cese armado en Semana Santa era lo mínimo que merecíamos los colombianos.

Esperamos que esta situación sea explicada por el ELN, aunque no hay justificación, y así no se enrarezca más el ambiente para el proceso de negociación que tanto necesita el país y así se pueda ir aclarando el panorama para la consolidación de una verdadera paz estable y duradera.

Con todo lo anterior es respetable y razonable la posición del Gobierno de que un diálogo con este grupo guerrillero solo será posible cuando dejen las acciones criminales, cuando muestren contundentes gestos de paz y reconciliación.