La orden de captura de Cielo Gnecco, su judicialización y los delitos de lesa humanidad de los que se le acusa, es un asunto personal de los que ella deberá defenderse ante la justicia.
La orden de captura de Cielo Gnecco, su judicialización y los delitos de lesa humanidad de los que se le acusa, es un asunto personal de los que ella deberá defenderse ante la justicia.
Que ello cambie los resultados electorales en el Cesar, está por verse. Puede que sí o puede que no.
Trump dijo en el 2016 “Tengo a la gente más leal, podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente y no perdería votantes”, y ganó esa vez. No importó lo que vociferó.
Así pues, el asunto electoral lo definirá las lealtades en el sentido de, si siguen intactas o si se desplazan. Y hay razones para pensar en lo uno o en lo otro. Ello dependerá de la narrativa que prevalezca, la de la casa Gnecco o la de Claudia Margarita Zuleta.
Mucha gente vota por lealtades tribales y por los favores recibidos sin importarle si el candidato y su combo es corrupto o algo peor. Además, cuando se tiene una conexión emocional con un líder, partido político, creencia o ideología, la lealtad decide por ellos y desde ahí, justifican lo injustificable y no cambian el voto.
Y ello sucede, aún más, en las sociedades de hoy: polarizadas, ideologizadas, enfrentadas, atrincheradas y como escriben Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo, “cada tribu vota más de acuerdo con lealtades tribales” “La mayor coalición de tribus gana” o votan porque están “preocupados por la posibilidad de que llegue al poder el otro bando”.
Pero la lealtad es finita, temporal y solamente lo serán los que de ellos recibieron favores. Además, tribu no es, necesariamente, igual a partido político ni a parlamentarios. Así pues, con Cielo huyendo, los votos de Elvia Milena dependerán de los aliados del Clan, de cómo siga funcionando la maquinaria y si siguen siendo leales sin Cielo G.
En contra de la casa Gnecco -la otra hipótesis- hay que decir que la opinión pública es voluble y que las sociedades hoy día son cambiantes, nada es estático ni permanece, todo se mueve. Es la sociedad líquida a lo Bauman y por tanto, las lealtades entrarán en fuga y las emociones políticas no serán las mismas.
Los resultados pueden cambiar si el relato de Claudia Margarita predomina, si logra conectarse con los valores y sentimientos de la ciudadanía y si le pone voz a lo que la gente calla y claro, dependerá, también, de lo que dure el episodio de Cielo Gnecco porque, las campañas políticas para que cautiven a la audiencia deben ser una serie de Netflix y en este sentido, tener fuerza narrativa y dramática, suspenso, sorpresas y giros inesperados. Entre más dure este episodio, peor para Elvia Milena.
Pero si la narrativa no conecta o peor, si no existe, nada cambia; es más, los resultados cambiarían, si y sólo si, la competencia es cerrada; no, si es amplia.
Por Enrique Herrera.
La orden de captura de Cielo Gnecco, su judicialización y los delitos de lesa humanidad de los que se le acusa, es un asunto personal de los que ella deberá defenderse ante la justicia.
La orden de captura de Cielo Gnecco, su judicialización y los delitos de lesa humanidad de los que se le acusa, es un asunto personal de los que ella deberá defenderse ante la justicia.
Que ello cambie los resultados electorales en el Cesar, está por verse. Puede que sí o puede que no.
Trump dijo en el 2016 “Tengo a la gente más leal, podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente y no perdería votantes”, y ganó esa vez. No importó lo que vociferó.
Así pues, el asunto electoral lo definirá las lealtades en el sentido de, si siguen intactas o si se desplazan. Y hay razones para pensar en lo uno o en lo otro. Ello dependerá de la narrativa que prevalezca, la de la casa Gnecco o la de Claudia Margarita Zuleta.
Mucha gente vota por lealtades tribales y por los favores recibidos sin importarle si el candidato y su combo es corrupto o algo peor. Además, cuando se tiene una conexión emocional con un líder, partido político, creencia o ideología, la lealtad decide por ellos y desde ahí, justifican lo injustificable y no cambian el voto.
Y ello sucede, aún más, en las sociedades de hoy: polarizadas, ideologizadas, enfrentadas, atrincheradas y como escriben Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo, “cada tribu vota más de acuerdo con lealtades tribales” “La mayor coalición de tribus gana” o votan porque están “preocupados por la posibilidad de que llegue al poder el otro bando”.
Pero la lealtad es finita, temporal y solamente lo serán los que de ellos recibieron favores. Además, tribu no es, necesariamente, igual a partido político ni a parlamentarios. Así pues, con Cielo huyendo, los votos de Elvia Milena dependerán de los aliados del Clan, de cómo siga funcionando la maquinaria y si siguen siendo leales sin Cielo G.
En contra de la casa Gnecco -la otra hipótesis- hay que decir que la opinión pública es voluble y que las sociedades hoy día son cambiantes, nada es estático ni permanece, todo se mueve. Es la sociedad líquida a lo Bauman y por tanto, las lealtades entrarán en fuga y las emociones políticas no serán las mismas.
Los resultados pueden cambiar si el relato de Claudia Margarita predomina, si logra conectarse con los valores y sentimientos de la ciudadanía y si le pone voz a lo que la gente calla y claro, dependerá, también, de lo que dure el episodio de Cielo Gnecco porque, las campañas políticas para que cautiven a la audiencia deben ser una serie de Netflix y en este sentido, tener fuerza narrativa y dramática, suspenso, sorpresas y giros inesperados. Entre más dure este episodio, peor para Elvia Milena.
Pero si la narrativa no conecta o peor, si no existe, nada cambia; es más, los resultados cambiarían, si y sólo si, la competencia es cerrada; no, si es amplia.
Por Enrique Herrera.