MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez* Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. Tiene claro que la Tierra es un sistema complejo […]
MEDIO AMBIENTE
Por: Hernán Maestre Martínez*
Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
Tiene claro que la Tierra es un sistema complejo y como tal posee homeostasis (capacidad de mantener en equilibrio sus parámetros físicos y químicos).
Por otra parte, el clima de la Tierra también es un sistema complejo y está regulado por varios factores internos y externos. Dos factores son claves: el Sol y el agua. El primero aportando energía al planeta; el segundo, reteniéndola. Sin uno de los dos, el planeta estaría helado.
Pero el hecho de que los factores se mantengan constantes no implica que el planeta no presente cambios o fluctuaciones a lo largo del tiempo. Cada cambio en el planeta produce pérdidas, pero también genera novedades. Ecosistemas enteros desaparecen para dar lugar a nuevos. El planeta evoluciona.
El cambio climático que estamos registrando en los últimos siglos es un calentamiento global, un aumento de la temperatura media de la Tierra. Tres factores principales están contribuyendo conjuntamente en este calentamiento: la actividad solar, los ciclos históricos de la Tierra y la composición de la atmósfera. Desde fines del siglo XVIII, la actividad solar es mayor y más radiación llega al planeta. Tomando en cuenta que casi toda la energía de nuestro planeta llega del Sol, es lógico pensar que un Sol más activo implique más temperatura. Si el Sol disminuyera su actividad muy probablemente bajaría la temperatura de nuestro planeta.
En la historia de la Tierra, se nos habla de ciclos históricos que se han alternado entre períodos de glaciaciones con bajas temperaturas y períodos invernaderos, con altas temperaturas, esas alteraciones tienen su ritmo y obviamente no se sale de una era fría sin calentamiento. Los datos actuales e históricos muestran un cambio en la composición química de nuestra atmósfera. Este cambio implica el aumento de gases de efecto invernadero producto de la actividad humana. A mayor cantidad de gases invernadero, más temperatura retenida en el planeta, y por lo tanto, calentamiento.
El calentamiento actual es un hecho, más allá de cuanto hayamos contribuido nosotros a este cambio. Digamos también que el aumento reciente de gases de efecto invernadero, particularmente el CO2, es producto de nuestra actividad y, por consiguiente, nuestra responsabilidad. Si los modelos no se equivocan, de cumplirse el Protocolo de Kyoto y dejáramos de emitir estos gases, bajaría la temperatura 0,07ºC. Entonces, según este planteamiento, los gobiernos deben limitar las emisiones de gases invernadero previendo las políticas energéticas a largo plazo, con energías alternativa. Pero aun adoptando todas las medidas para detener completamente las emisiones de gases invernadero, el calentamiento sólo disminuiría un poco, y no sabemos en qué plazo.
No podemos evitar las consecuencias del calentamiento y no tenemos otro planeta a dónde ir a vivir. Por lo tanto, es imperioso que los gobiernos planifiquen e inicien una política de reubicación de las poblaciones afectadas por el cambio, con el establecimiento de nuevas áreas geográficas de poblamiento y producción.
Consumiendo menos energía en nuestras casas, comprando menos productos elaborados; teniendo un vehículo de menor consumo de combustible, usándolo menos y compartiéndolo; caminando, usando el transporte público; evitando contaminar y respetando la flora y la fauna, evitamos calentamiento. En resumen, abandonando nuestros hábitos consumistas. Tengamos siempre presente, los hombres somos los destructores y – a la vez- los posibles salvadores del planeta.
*Especialista en Gestión Ambiental
MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez* Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. Tiene claro que la Tierra es un sistema complejo […]
MEDIO AMBIENTE
Por: Hernán Maestre Martínez*
Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
Tiene claro que la Tierra es un sistema complejo y como tal posee homeostasis (capacidad de mantener en equilibrio sus parámetros físicos y químicos).
Por otra parte, el clima de la Tierra también es un sistema complejo y está regulado por varios factores internos y externos. Dos factores son claves: el Sol y el agua. El primero aportando energía al planeta; el segundo, reteniéndola. Sin uno de los dos, el planeta estaría helado.
Pero el hecho de que los factores se mantengan constantes no implica que el planeta no presente cambios o fluctuaciones a lo largo del tiempo. Cada cambio en el planeta produce pérdidas, pero también genera novedades. Ecosistemas enteros desaparecen para dar lugar a nuevos. El planeta evoluciona.
El cambio climático que estamos registrando en los últimos siglos es un calentamiento global, un aumento de la temperatura media de la Tierra. Tres factores principales están contribuyendo conjuntamente en este calentamiento: la actividad solar, los ciclos históricos de la Tierra y la composición de la atmósfera. Desde fines del siglo XVIII, la actividad solar es mayor y más radiación llega al planeta. Tomando en cuenta que casi toda la energía de nuestro planeta llega del Sol, es lógico pensar que un Sol más activo implique más temperatura. Si el Sol disminuyera su actividad muy probablemente bajaría la temperatura de nuestro planeta.
En la historia de la Tierra, se nos habla de ciclos históricos que se han alternado entre períodos de glaciaciones con bajas temperaturas y períodos invernaderos, con altas temperaturas, esas alteraciones tienen su ritmo y obviamente no se sale de una era fría sin calentamiento. Los datos actuales e históricos muestran un cambio en la composición química de nuestra atmósfera. Este cambio implica el aumento de gases de efecto invernadero producto de la actividad humana. A mayor cantidad de gases invernadero, más temperatura retenida en el planeta, y por lo tanto, calentamiento.
El calentamiento actual es un hecho, más allá de cuanto hayamos contribuido nosotros a este cambio. Digamos también que el aumento reciente de gases de efecto invernadero, particularmente el CO2, es producto de nuestra actividad y, por consiguiente, nuestra responsabilidad. Si los modelos no se equivocan, de cumplirse el Protocolo de Kyoto y dejáramos de emitir estos gases, bajaría la temperatura 0,07ºC. Entonces, según este planteamiento, los gobiernos deben limitar las emisiones de gases invernadero previendo las políticas energéticas a largo plazo, con energías alternativa. Pero aun adoptando todas las medidas para detener completamente las emisiones de gases invernadero, el calentamiento sólo disminuiría un poco, y no sabemos en qué plazo.
No podemos evitar las consecuencias del calentamiento y no tenemos otro planeta a dónde ir a vivir. Por lo tanto, es imperioso que los gobiernos planifiquen e inicien una política de reubicación de las poblaciones afectadas por el cambio, con el establecimiento de nuevas áreas geográficas de poblamiento y producción.
Consumiendo menos energía en nuestras casas, comprando menos productos elaborados; teniendo un vehículo de menor consumo de combustible, usándolo menos y compartiéndolo; caminando, usando el transporte público; evitando contaminar y respetando la flora y la fauna, evitamos calentamiento. En resumen, abandonando nuestros hábitos consumistas. Tengamos siempre presente, los hombres somos los destructores y – a la vez- los posibles salvadores del planeta.
*Especialista en Gestión Ambiental