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Entrevista - 6 septiembre, 2021

“Quieren hacerme responsable de una crisis de la cual no soy culpable”: exgerente del Rosario Pumarejo rompe silencio

En entrevista con el diario EL PILÓN, Jackeline Henríquez contó qué pasó en el hospital, explicando además las razones por las cuales no atendía el llamado de los medios de comunicación.

Exgerente del Rosario Pumarejo de López, Jackeline Henríquez. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ
Exgerente del Rosario Pumarejo de López, Jackeline Henríquez. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ

Ha pasado poco más de un año desde que el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, eligió a Jackeline Henríquez como la gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL. Durante ese tiempo la funcionaria asegura que ha habido persecución en su contra, sin embargo, prefirió callar; no obstante, debido a los cuestionamientos y amenazas que ha recibido decidió romper el silencio. 

Empecemos hablando de su trabajo. ¿Qué hizo para sacar adelante el Hospital Rosario Pumarejo de López? 

Desde que empecé la gestión en el hospital, en nuestro primer diagnóstico nos dimos cuenta que había mucho personal contratado respecto a la producción, teniendo en cuenta que muchas EPS se liquidaron y esos usuarios el HRPL los perdió, pero aun así se seguía contratando el mismo personal cuando ya la afluencia de pacientes era poca. 

Creo que esa fue una de las situaciones más difíciles que he vivido en la institución, porque a nadie le gusta que den por terminado un contrato y no lo vinculen nuevamente, pero en la situación en la que se encuentra la ESE la contratación debe estar ajustada a la misma producción del hospital, porque ya este no tiene la facturación, ni los usuarios, ni la contratación con las EPS de años atrás. Esa fue una de las cosas que me hizo ver ‘mala’ ante la sociedad: fue mucho el personal que se tuvo que desvincular de la institución. 

Esa fue una de las primeras cosas que llegamos a ajustar para que hubiera un equilibrio entre el gasto y la producción; al hablar de gasto me refiero a la contratación. Además, la disminución de las horas en la contratación con los especialistas, eso también fue duro porque a nadie le gusta que le toquen su salario, pero debemos tener en cuenta que el hospital está en una situación financiera bastante compleja. 

Desde 2016 el hospital empezó a atender a la población venezolana y eso está en unos 40.000 millones de pesos que no han sido reconocidos por la nación ni por el departamento, creándole un déficit financiero a la institución. A mi me tocó el peor momento, en medio de la pandemia; sin embargo, fuimos haciendo cosas con tal de reestructurar y mantener el hospital. 

El Hospital Rosario Pumarejo de López lleva varios años sumido en una crisis financiera. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ

¿Qué actividades le hicieron falta por desarrollar?

Nosotros teníamos diseñado un plan de salvamento, en el que se pretendía vincular a todos los gerentes de hospitales de primer nivel para que fueran un apoyo y que todos los pacientes que se atendieran fueran remitidos al segundo nivel para nosotros poder garantizar un flujo de pacientes y la facturación de la institución. La idea era concientizarlos para que nos ayudaran a salvar el hospital. 

También estaba el plan de austeridad, que buscaba que nos reconocieran la prestación del servicio a la población extranjera, mejorar la contratación con las EPS, recuperar el contrato con el Batallón y otras más; todas esas actividades quedaron pendiente de realizar. Frente a unos hallazgos estoy suspendida mientras se define la situación, pero tengo muy claro que es una situación ajena que viene de mucho tiempo atrás, pero vamos a sacarla adelante. 

Mucho se ha hablado de los responsables de la crisis del HRPL. Desde su perspectiva, ¿qué falló para que la ESE llegara a este colapso?

El Rosario Pumarejo ya estaba en colapso cuando llegué. Pero si hay algo debo aceptar es que guardé mucho silencio y no salí a los medios de comunicación a decir cuál fue la situación en la que encontré al hospital. Quiero dejar claro que esta situación la trae el Rosario hace más de 10 o 12 años atrás, que en ningún momento se ha agudizado con mi llegada y que no es mi responsabilidad lo que está pasando ahorita. 

Con todas las estadísticas, con toda la situación financiera digo que el hospital viene con un déficit desde el 2018 en su presupuesto; desafortunadamente quieren hacerme responsable de una crisis de la cual no soy culpable y no lo acepto.

¿Es posible salvar financieramente al HRPL?

Para poder salvar al Rosario Pumarejo se necesita de una voluntad, que debe ser política. Es una voluntad que no ha habido, nadie puede estar ciego y todos deben darse cuenta que no hay una intención hacia la institución para salvarla y pagarle al recurso humano, que es el personal más valioso que se tiene dentro de la institución, a ellos hay que tenerlos motivados para poder prestar un buen servicio. Hay a quienes se les deben más de 11 meses de salarios atrasados y cuando yo llegué ya se les debían. 

¿Cómo fue el proceso para destituirla del cargo? ¿Cree que hubo persecución en su contra?

Sí claro, eso está muy evidente. En semanas anteriores se pudo observar cómo manifestaban que no me querían en el cargo y que si fuera por el gobernador yo no estuviera allí debido a que los gerentes salían ricos y compraban fincas con todo el recurso que se robaban dentro de la institución. Esa fue una acusación muy irresponsable de su parte porque si hay una denuncia debemos ir directamente a la persona que está cometiendo el delito y así mirar cómo se resuelven las cosas y no hacer las acusaciones hacia personas que no tienen nada que ver con eso. Por eso hoy recibo amenazas y cuestionamientos. 

Yo vengo de una familia muy noble, muy sencilla, tengo la costumbre de trabajar y en ningún momento se me ha pasado por la mente adquirir recursos del hospital de manera ilícita. Para nadie es un secreto que se hizo una auditoría muy compleja por parte de la Contraloría y se levantaron unos hallazgos que vienen presentándose de muchos años atrás y que hoy me los cuestionan a mí, con el fin de que haya situaciones fiscales, penales, administrativas y disciplinarias por las cuales me pudieran suspender sin permitirme defenderme. 

A mí es a la que se me da el castigo y los gerentes anteriores no fueron castigados ni suspendidos. Algo que debo decir es que no respetaron mi estado de embarazo; fue una situación de persecución muy notable, pero que hoy asumo con mucha responsabilidad y mediante las leyes me tocará buscar la forma de que las cosas se aclaren. 

Muchos se preguntan sobre qué pasará con usted después de la suspensión. ¿Volverá Jackeline Henríquez a la gerencia del Rosario Pumarejo?

Yo no podría decir sí o no. Estamos tratando de revisar cuáles fueron esos hallazgos que hasta el momento no han sido notificados, no hubo la oportunidad de poder hacer una defensa, sino que inmediatamente llegó la suspensión. Para poder saber si vuelvo o no estamos en la defensa jurídica; que sea Dios tomando el control de esto y los abogados tratando de aclarar las cosas. La justicia divina nunca falla y yo estoy muy segura de que nunca le hice mal al hospital, nunca he hecho nada en contra de la institución, todo lo contrario, siempre traté de buscar las alternativas para salvarlo.

En cuanto a su reemplazo, algunos trabajadores del hospital aseguran que es “usted en otro cuerpo”. ¿Qué piensa al respecto?

Para nada. En las noticias se manifestaba que existe una buena relación con la doctora Leidis Manjarrez, pero nuestra relación fue estrictamente laboral porque no existe ningún lazo de amistad. Yo hasta pasé mi licencia de maternidad y me la devolvió, manifestándome que la fecha no coincidía con el día que tuve la cesárea, por lo que me tocó apoyarme en otro recurso humano de la institución, teniendo en cuenta que en ella lo único que encontré fue obstáculos para poder radicar la licencia. 

No sé si eso se atribuye al mismo direccionamiento que me estaban dando porque ella sabía que era la persona que iba a quedar encargada. La llamé a manifestarle que tenía dos días de que me habían realizado la cesárea y que le agradecía que no me pusiera obstáculos para ayudarme a radicar la licencia. En esos momentos yo no me encontraba suspendida, eso lo hacen después de que radico la licencia de maternidad, aun cuando el contralor ya le había dicho al gobernador que debía separarme del cargo mientras me investigaban. 

¿Por qué guardó silencio durante tanto tiempo? ¿Pudo esa decisión ‘jugar’ en su contra?

Fue una decisión que hoy me pesa muchísimo, guardé silencio para no entrar en controversia porque cuando a uno lo asignan en un cargo de esos, uno trata de que el trabajo que se hace vaya hablando, eso fue lo que yo traté de hacer. Yo no salí a enfrentar lo que decía el gobernador, la comunidad o los empleados de la institución, yo decidí guardar silencio. 

Pero ya me di cuenta que guardar silencio cuesta mucho en lugares donde sabemos cómo se hace el direccionamiento de la institución, a quien pertenecen los puestos y dicha burocracia; uno no es autónomo dentro de esas instituciones. En aras de no tener ese confrontamiento yo me dediqué a trabajar y dar lo mejor de mí incansablemente.  

El tiempo nos demostrará que si a mí me retiran definitivamente del cargo y llega otra persona, pero no existe una voluntad política del departamento, nada cambiará. El problema del hospital no es de gerencia, es que si no hay inyección de recursos y no se recupera la contratación de las EPS, al hospital no lo va a poder salvar nadie. 

Me darán la razón, si no es la voluntad de que yo continúe en el cargo, y a través del tiempo el hospital sea intervenido o cerrado. Si al hospital no se le busca la forma de inyectarle recursos, ni yo ni cualquier gerente del mundo que llegue podrá salvarlo porque el hospital tiene un déficit muy grande. No sé por qué están buscando un culpable, aquí lo que hay que buscar es una solución. Es muy triste que quieran ensañarse conmigo aun cuando yo solo llevo un año ahí.

Durante su gerencia, ¿cómo fue su relación con el gobernador Luis Alberto Monsalvo y cómo está actualmente?

Él me posesionó como gerente y tuve relación con él los primeros tres meses y luego fue encargado el doctor Wilson Solano, que fue con la persona que hicimos la gestión de los 15.000 millones de pesos para pagarle al talento humano. Después de eso yo no volví a tener comunicación con él (Monsalvo) porque entendí que no me quería ahí; nunca me permitió hablar con él para comentarle cómo estaban las cosas dentro del hospital. 

Después de tanto tiempo rompo mi silencio porque lo único que he recibido son cuestionamientos y maltratos. No tengo una buena relación con el gobernador en estos momentos; es que ni siquiera es mala relación, es que fue imposible volver a hablar con él. 

Finalmente, ¿hay algo que quiera agregar?

Quisiera decir que independientemente del cargo que ocupemos somos seres humanos a quienes debemos tratar como seres humanos; siento que se me vulneraron muchos derechos estando embarazada, no tuvieron en cuenta cuál podía ser el resultado final de eso. Hoy respeto, pero no comparto todo el cuestionamiento que me han hecho.

Entrevista
6 septiembre, 2021

“Quieren hacerme responsable de una crisis de la cual no soy culpable”: exgerente del Rosario Pumarejo rompe silencio

En entrevista con el diario EL PILÓN, Jackeline Henríquez contó qué pasó en el hospital, explicando además las razones por las cuales no atendía el llamado de los medios de comunicación.


Exgerente del Rosario Pumarejo de López, Jackeline Henríquez. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ
Exgerente del Rosario Pumarejo de López, Jackeline Henríquez. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ

Ha pasado poco más de un año desde que el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, eligió a Jackeline Henríquez como la gerente del Hospital Rosario Pumarejo de López, HRPL. Durante ese tiempo la funcionaria asegura que ha habido persecución en su contra, sin embargo, prefirió callar; no obstante, debido a los cuestionamientos y amenazas que ha recibido decidió romper el silencio. 

Empecemos hablando de su trabajo. ¿Qué hizo para sacar adelante el Hospital Rosario Pumarejo de López? 

Desde que empecé la gestión en el hospital, en nuestro primer diagnóstico nos dimos cuenta que había mucho personal contratado respecto a la producción, teniendo en cuenta que muchas EPS se liquidaron y esos usuarios el HRPL los perdió, pero aun así se seguía contratando el mismo personal cuando ya la afluencia de pacientes era poca. 

Creo que esa fue una de las situaciones más difíciles que he vivido en la institución, porque a nadie le gusta que den por terminado un contrato y no lo vinculen nuevamente, pero en la situación en la que se encuentra la ESE la contratación debe estar ajustada a la misma producción del hospital, porque ya este no tiene la facturación, ni los usuarios, ni la contratación con las EPS de años atrás. Esa fue una de las cosas que me hizo ver ‘mala’ ante la sociedad: fue mucho el personal que se tuvo que desvincular de la institución. 

Esa fue una de las primeras cosas que llegamos a ajustar para que hubiera un equilibrio entre el gasto y la producción; al hablar de gasto me refiero a la contratación. Además, la disminución de las horas en la contratación con los especialistas, eso también fue duro porque a nadie le gusta que le toquen su salario, pero debemos tener en cuenta que el hospital está en una situación financiera bastante compleja. 

Desde 2016 el hospital empezó a atender a la población venezolana y eso está en unos 40.000 millones de pesos que no han sido reconocidos por la nación ni por el departamento, creándole un déficit financiero a la institución. A mi me tocó el peor momento, en medio de la pandemia; sin embargo, fuimos haciendo cosas con tal de reestructurar y mantener el hospital. 

El Hospital Rosario Pumarejo de López lleva varios años sumido en una crisis financiera. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ

¿Qué actividades le hicieron falta por desarrollar?

Nosotros teníamos diseñado un plan de salvamento, en el que se pretendía vincular a todos los gerentes de hospitales de primer nivel para que fueran un apoyo y que todos los pacientes que se atendieran fueran remitidos al segundo nivel para nosotros poder garantizar un flujo de pacientes y la facturación de la institución. La idea era concientizarlos para que nos ayudaran a salvar el hospital. 

También estaba el plan de austeridad, que buscaba que nos reconocieran la prestación del servicio a la población extranjera, mejorar la contratación con las EPS, recuperar el contrato con el Batallón y otras más; todas esas actividades quedaron pendiente de realizar. Frente a unos hallazgos estoy suspendida mientras se define la situación, pero tengo muy claro que es una situación ajena que viene de mucho tiempo atrás, pero vamos a sacarla adelante. 

Mucho se ha hablado de los responsables de la crisis del HRPL. Desde su perspectiva, ¿qué falló para que la ESE llegara a este colapso?

El Rosario Pumarejo ya estaba en colapso cuando llegué. Pero si hay algo debo aceptar es que guardé mucho silencio y no salí a los medios de comunicación a decir cuál fue la situación en la que encontré al hospital. Quiero dejar claro que esta situación la trae el Rosario hace más de 10 o 12 años atrás, que en ningún momento se ha agudizado con mi llegada y que no es mi responsabilidad lo que está pasando ahorita. 

Con todas las estadísticas, con toda la situación financiera digo que el hospital viene con un déficit desde el 2018 en su presupuesto; desafortunadamente quieren hacerme responsable de una crisis de la cual no soy culpable y no lo acepto.

¿Es posible salvar financieramente al HRPL?

Para poder salvar al Rosario Pumarejo se necesita de una voluntad, que debe ser política. Es una voluntad que no ha habido, nadie puede estar ciego y todos deben darse cuenta que no hay una intención hacia la institución para salvarla y pagarle al recurso humano, que es el personal más valioso que se tiene dentro de la institución, a ellos hay que tenerlos motivados para poder prestar un buen servicio. Hay a quienes se les deben más de 11 meses de salarios atrasados y cuando yo llegué ya se les debían. 

¿Cómo fue el proceso para destituirla del cargo? ¿Cree que hubo persecución en su contra?

Sí claro, eso está muy evidente. En semanas anteriores se pudo observar cómo manifestaban que no me querían en el cargo y que si fuera por el gobernador yo no estuviera allí debido a que los gerentes salían ricos y compraban fincas con todo el recurso que se robaban dentro de la institución. Esa fue una acusación muy irresponsable de su parte porque si hay una denuncia debemos ir directamente a la persona que está cometiendo el delito y así mirar cómo se resuelven las cosas y no hacer las acusaciones hacia personas que no tienen nada que ver con eso. Por eso hoy recibo amenazas y cuestionamientos. 

Yo vengo de una familia muy noble, muy sencilla, tengo la costumbre de trabajar y en ningún momento se me ha pasado por la mente adquirir recursos del hospital de manera ilícita. Para nadie es un secreto que se hizo una auditoría muy compleja por parte de la Contraloría y se levantaron unos hallazgos que vienen presentándose de muchos años atrás y que hoy me los cuestionan a mí, con el fin de que haya situaciones fiscales, penales, administrativas y disciplinarias por las cuales me pudieran suspender sin permitirme defenderme. 

A mí es a la que se me da el castigo y los gerentes anteriores no fueron castigados ni suspendidos. Algo que debo decir es que no respetaron mi estado de embarazo; fue una situación de persecución muy notable, pero que hoy asumo con mucha responsabilidad y mediante las leyes me tocará buscar la forma de que las cosas se aclaren. 

Muchos se preguntan sobre qué pasará con usted después de la suspensión. ¿Volverá Jackeline Henríquez a la gerencia del Rosario Pumarejo?

Yo no podría decir sí o no. Estamos tratando de revisar cuáles fueron esos hallazgos que hasta el momento no han sido notificados, no hubo la oportunidad de poder hacer una defensa, sino que inmediatamente llegó la suspensión. Para poder saber si vuelvo o no estamos en la defensa jurídica; que sea Dios tomando el control de esto y los abogados tratando de aclarar las cosas. La justicia divina nunca falla y yo estoy muy segura de que nunca le hice mal al hospital, nunca he hecho nada en contra de la institución, todo lo contrario, siempre traté de buscar las alternativas para salvarlo.

En cuanto a su reemplazo, algunos trabajadores del hospital aseguran que es “usted en otro cuerpo”. ¿Qué piensa al respecto?

Para nada. En las noticias se manifestaba que existe una buena relación con la doctora Leidis Manjarrez, pero nuestra relación fue estrictamente laboral porque no existe ningún lazo de amistad. Yo hasta pasé mi licencia de maternidad y me la devolvió, manifestándome que la fecha no coincidía con el día que tuve la cesárea, por lo que me tocó apoyarme en otro recurso humano de la institución, teniendo en cuenta que en ella lo único que encontré fue obstáculos para poder radicar la licencia. 

No sé si eso se atribuye al mismo direccionamiento que me estaban dando porque ella sabía que era la persona que iba a quedar encargada. La llamé a manifestarle que tenía dos días de que me habían realizado la cesárea y que le agradecía que no me pusiera obstáculos para ayudarme a radicar la licencia. En esos momentos yo no me encontraba suspendida, eso lo hacen después de que radico la licencia de maternidad, aun cuando el contralor ya le había dicho al gobernador que debía separarme del cargo mientras me investigaban. 

¿Por qué guardó silencio durante tanto tiempo? ¿Pudo esa decisión ‘jugar’ en su contra?

Fue una decisión que hoy me pesa muchísimo, guardé silencio para no entrar en controversia porque cuando a uno lo asignan en un cargo de esos, uno trata de que el trabajo que se hace vaya hablando, eso fue lo que yo traté de hacer. Yo no salí a enfrentar lo que decía el gobernador, la comunidad o los empleados de la institución, yo decidí guardar silencio. 

Pero ya me di cuenta que guardar silencio cuesta mucho en lugares donde sabemos cómo se hace el direccionamiento de la institución, a quien pertenecen los puestos y dicha burocracia; uno no es autónomo dentro de esas instituciones. En aras de no tener ese confrontamiento yo me dediqué a trabajar y dar lo mejor de mí incansablemente.  

El tiempo nos demostrará que si a mí me retiran definitivamente del cargo y llega otra persona, pero no existe una voluntad política del departamento, nada cambiará. El problema del hospital no es de gerencia, es que si no hay inyección de recursos y no se recupera la contratación de las EPS, al hospital no lo va a poder salvar nadie. 

Me darán la razón, si no es la voluntad de que yo continúe en el cargo, y a través del tiempo el hospital sea intervenido o cerrado. Si al hospital no se le busca la forma de inyectarle recursos, ni yo ni cualquier gerente del mundo que llegue podrá salvarlo porque el hospital tiene un déficit muy grande. No sé por qué están buscando un culpable, aquí lo que hay que buscar es una solución. Es muy triste que quieran ensañarse conmigo aun cuando yo solo llevo un año ahí.

Durante su gerencia, ¿cómo fue su relación con el gobernador Luis Alberto Monsalvo y cómo está actualmente?

Él me posesionó como gerente y tuve relación con él los primeros tres meses y luego fue encargado el doctor Wilson Solano, que fue con la persona que hicimos la gestión de los 15.000 millones de pesos para pagarle al talento humano. Después de eso yo no volví a tener comunicación con él (Monsalvo) porque entendí que no me quería ahí; nunca me permitió hablar con él para comentarle cómo estaban las cosas dentro del hospital. 

Después de tanto tiempo rompo mi silencio porque lo único que he recibido son cuestionamientos y maltratos. No tengo una buena relación con el gobernador en estos momentos; es que ni siquiera es mala relación, es que fue imposible volver a hablar con él. 

Finalmente, ¿hay algo que quiera agregar?

Quisiera decir que independientemente del cargo que ocupemos somos seres humanos a quienes debemos tratar como seres humanos; siento que se me vulneraron muchos derechos estando embarazada, no tuvieron en cuenta cuál podía ser el resultado final de eso. Hoy respeto, pero no comparto todo el cuestionamiento que me han hecho.