Una vez concluido el proceso mediante el cual se aprobó el Plan de Desarrollo ‘Valledupar Equitativa y Solidaria 2024-2027’, cuyo monto presupuestal asciende a los 4.5 billones de pesos, inicia entonces el ciclo más importante: su ejecución y cumplimiento de todo lo allí plasmado.

Durante el acto de oficialización de su aprobación, el alcalde Ernesto Orozco Durán aseguró que “fue un Plan de Desarrollo que se discutió ampliamente con toda la comunidad, las comunas, los corregimientos, con grupos representativos de ciudadanos y se atendieron todas las solicitudes”, lo cual indica que todo inició muy bien en términos ideales.

Es hora entonces de pasar de la teoría que contiene ese plan a las acciones en el anunciadas, teniendo en cuenta sus 4 ejes estratégicos: Valledupar digna y social para todos, Infraestructura para el desarrollo sostenible, Impulso económico y sostenible y Gestión eficiente para el desarrollo.

Este plan no debe ser un mero documento administrativo, lo ideal es que represente la hoja de ruta hacia un futuro más próspero y equitativo para todos los residentes de Valledupar.

La vigilancia del actuar administrativo de nuestros gobernantes es una tarea que nos corresponde a todos: Concejo Municipal, Asamblea Departamental, entes de control, veedurías ciudadanas, la iglesia, la academia, organizaciones sociales, medios de comunicación y en fin todos los estamentos que integran la sociedad civil.

Pero sería bueno que en cada área específica hubiese un doliente con rostro y con mucha capacidad de incidencia para hacer que las cosas sucedan frente a los significativos retos en materia de seguridad, educación, cultura, deporte, salud, infraestructura, empleo y medio ambiente, entre otros. Las brechas socioeconómicas, el acceso limitado a servicios básicos y la necesidad de modernización en infraestructura vial y movilidad de la ciudad son problemas que requieren soluciones integrales con el concurso de todos.

Si las cosas se hacen bien, esos 4.5 billones de pesos que soportan al Plan de Desarrollo de Valledupar necesariamente tienen que impactar de manera positiva en el corto, mediano y largo plazo frente a las necesidades de la ciudadanía. Además, se debe trascender el actual periodo gubernamental, eso aseguraría la continuidad de políticas públicas y proyectos esenciales, independientemente de los cambios en la administración.

Por ello es de especial importancia que la actual administración le dé relevancia a la participación ciudadana.

Esperemos que este plan de desarrollo haya sido lo más claro y estructurado posible para atraer inversiones tanto nacionales como internacionales, en razón a que los inversionistas buscan estabilidad y todas las garantías de sus respectivos capitales. Valledupar puede hacerlo.

En próximas ediciones señalaremos los énfasis y desafíos operacionales o de ejecución que envuelve a los planes de desarrollo en todas las latitudes en los que la parte de diagnóstico y figuras retóricas de planeación se exceden -de la mano de los consultores- y se deja poco espacio a la definición de proyectos específicos y a los instrumentos de cumplimiento . Y miraremos a la luz de los grandes programas y los niveles de inversión qué obras podríamos esperar en los actuales cuatrienios.