-->
Las microempresas representan actualmente el 98 % del tejido empresarial. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Valledupar, estas son las más afectadas por los cierres.
Con la reactivación de la Asociación de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) en el Cesar, fueron expuestos varios problemas que afectan al gremio, entre ellos el corto período de vida de estas organizaciones en la capital del departamento, Valledupar, donde el promedio es de solo 4.2 años, según Diego Vides, el director ejecutivo. “En Valledupar, en promedio, una empresa demora 4.2 años porque tienen dificultades a nivel financiero, organizativo, legal, jurídico y necesitan una cualificación dentro de su organización”, expresó Vides Fonseca, también economista y asesor empresarial.
Aunque la Cámara de Comercio de Valledupar, la cual tiene competencias en otros 13 municipios del Cesar, destaca que el tejido empresarial formal ha crecido en la última década, pasando de 14.157 matrículas mercantiles en 2016 a 20.112 en 2024, la tasa de supervivencia de estos negocios era del 23 % hasta el año pasado, porcentaje inferior al promedio nacional de 33,5 %, reportado por la Red de Cámaras de Comercio (Confecámaras) hasta 2022, partiendo de 2017.
“Esto es negativo porque lo que necesitamos son empresas que duren cientos de años, como cualquier multinacional que pueda generar empleo estable y bien remunerado en la economía del departamento”, afirmó Vides, demostrando preocupación por cómo mantener las empresas que ya están funcionando.
Un estudio de la Cámara también reveló que solo en el 2024 salieron del tejido empresarial formal unas 3.298 empresas, es decir, no renovaron su matrícula; 3.292 de ellas eran microempresas. Por lo menos 1.351 eran del sector comercio, 565 de servicios de comida y alojamientos, y 229 de la industria manufacturera.
“La salida de las empresas en función del tamaño se concentra principalmente en microempresas, lo que sugiere que las microempresas representan el mayor porcentaje de nuestra jurisdicción, y son también las que están presentando problemas y baja tasa de supervivencia, en promedio durante los años estudiados, el 99 % de las salidas corresponden a microempresas”, indica el informe elaborado por el Observatorio Socioeconómico de la Cámara.
Lea: 12 % de desempleo y 65 % de informalidad: estancamiento de la economía en Valledupar
En la actualidad, las microempresas conforman el 98 % del total de matrículas activas en los 14 municipios donde tiene jurisdicción la Cámcomercio: Agustín Codazzi, Astrea, Becerril, Bosconia, Chiriguaná, Chimichagua, El Copey, El Paso, La Paz, Pueblo Bello, La Jagua de Ibiríco, Manaure Balcón del Cesar, San Diego y Valledupar.
Se trata de 19.756 empresas, la mayoría registradas por personas naturales, exactamente 14.311, frente a unas 5.801 representadas por personas jurídicas. En cuanto a las pequeñas, representaron un poco más del 1 %.
“Si hay más empresas, hay más empleo. Y si duran más, mucho mejor”, retomó Vides. Datos oficiales indican que más del 76 % del tejido empresarial de los 14 municipios está conformado por empresas que tienen de 1 a 4 empleados, mientras que el 3 % de 5 a 9 personas, y el resto reporta más de 10 personas.
Lea: Secretaría de Desarrollo Económico de Valledupar, ¿una buena idea sin recursos?
Hay que tener en cuenta que estas cifras no incluyen el empleo informal que, de acuerdo con el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), para el mes de febrero, era del 65 %, el segundo porcentaje más alto del país, precisamente muchos de esos empleos también los generan empresas o negocios informales, que no pagan impuestos ni tienen las garantía para la supervivencia o desarrollo en condiciones dignas.
En su estudio sobre ‘Los factores clave que impulsan la permanencia de las empresas en el mercado’, Confecámaras cita autores que sostienen que “a medida que las empresas van envejeciendo su probabilidad de cerrar disminuye, debido a que adquieren más experiencia y solidifican sus bases operativas, mientras que las organizaciones que se encuentran en sus primeros años de vida enfrentan mayores retos para su supervivencia”.
Sin embargo, retoma análisis de otros autores que consideran que “la madurez de las empresas no es un determinante de supervivencia empresarial para el caso de las empresas chinas”, sino que esa permanencia guarda relación con los apoyos gubernamentales que son entregados de acuerdo con la productividad empresarial, pero las opiniones coinciden en que la probabilidad de salida del mercado también depende mucho del tamaño de las organizaciones, por factores como su estado financiero y capacidad de producción.
Sobre los apoyos de los gobiernos, Vides asegura que en Valledupar y el Cesar hace falta voluntad política para implementar políticas públicas efectivas que apoyen sectores clave, como por ejemplo, el cafetero. “Hace falta voluntad política para organizarlos, industrializarlos y buscar mercados internacionales”, afirmó.
EL PILÓN intentó dialogar con la secretaria de Desarrollo Económico, María Martha Lacouture, sobre dichas políticas, pero la funcionaria no respondió. No obstante, es de conocimiento público que esta sectorial nació sin la fuerza necesaria para dar grandes resultados, de acuerdo con lo expuesto en un debate en el Concejo de Valledupar, donde los concejales señalaron que es necesario aumentar la capacidad administrativa y los recursos para obtener mejores resultados.
A nivel de Cesar tampoco ha sido socializado un plan integral para la diversificación productiva y reconversión laboral de la dependiente economía del carbón. No obstante, hay proyectos de cacao y café que cuentan con el apoyo de la administración y cooperación internacional para la exportación de esta materia.
Aunque, según la Cámara de Comercio, en 2024 disminuyó la salida de empresas frente a lo reportado en el 2023 (cuando decayeron 3.610), el vocero de Acopi sugirió que deben ser identificados con profundidad los factores que impiden la longevidad de las empresas, para a partir de esa información proponer medidas para lograr la permanencia de las empresas y los empleos.
“¿Qué lleva a una persona a renunciar a una inversión de 50 o 100 millones de pesos en un restaurante?”, cuestionó, al tiempo que propuso 3 medidas para iniciar con la ruta que detenga la caída de las empresas y mayor debilitamiento de la economía.
La primera medida, la caracterización del sector económico: Vides sugiere realizar una caracterización detallada del sector económico local para entender qué se produce, cómo se produce y qué se necesita para mejorar la competitividad, y si existe, ponerlo a funcionar en pro del desarrollo.
En segundo lugar, la identificación de mercados: para los productos locales, como la yuca, para asegurar su comercialización efectiva. Esto ayudaría a mantener empresas que ya están funcionando y a generar empleo estable: “Si se producen 20 toneladas de yuca, es crucial ubicar mercado para 10 toneladas”, dijo el líder gremial, suponiendo que las otras 10 sean consumidas a nivel interno.
Finalmente, incentivos tributarios: a pesar de la reciente reforma al estatuto tributario de Valledupar que gravó los impuestos a los comerciantes en Valledupar, Vides insiste en que deben existir los incentivos tributarios en todo el departamento, una herramienta para apoyar a las empresas pequeñas y medianas, aliviando su carga fiscal y permitiéndoles invertir más en su crecimiento y sostenibilidad.
La industria manufacturera solo representó el 2 % del producto interno bruto (PIB) en el departamento del Cesar hasta 2022, según el DANE, pero la Cámara de Comercio considera que este sector tiene un papel importante y presenta “un panorama diverso con potencial de crecimiento porque genera oportunidades de trabajo, especialmente en la transformación de productos agrícolas y pecuarios”.
De eso mismo ha hablado Acopi y entidades como la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), en la medida en que permite agregar valor a los productos del campo y lograr su exportación, lo que se traduce en mayores ingresos para los productores y para el departamento que aún depende de la minería de carbón.
“El fortalecimiento de esta industria puede contribuir al desarrollo económico del Cesar al diversificar su economía y generar nuevas oportunidades de negocio en la era post carbón. A pesar de retos como la deficiente infraestructura vial y energética, la industria manufacturera en el Cesar tiene un gran potencial de crecimiento porque hay recursos naturales y una ubicación estratégica aprovechable”, propone la Cámara en su informe.
Por Andrea Guerra Peña. IG: @andreaguerraperiodista
Las microempresas representan actualmente el 98 % del tejido empresarial. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Valledupar, estas son las más afectadas por los cierres.
Con la reactivación de la Asociación de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) en el Cesar, fueron expuestos varios problemas que afectan al gremio, entre ellos el corto período de vida de estas organizaciones en la capital del departamento, Valledupar, donde el promedio es de solo 4.2 años, según Diego Vides, el director ejecutivo. “En Valledupar, en promedio, una empresa demora 4.2 años porque tienen dificultades a nivel financiero, organizativo, legal, jurídico y necesitan una cualificación dentro de su organización”, expresó Vides Fonseca, también economista y asesor empresarial.
Aunque la Cámara de Comercio de Valledupar, la cual tiene competencias en otros 13 municipios del Cesar, destaca que el tejido empresarial formal ha crecido en la última década, pasando de 14.157 matrículas mercantiles en 2016 a 20.112 en 2024, la tasa de supervivencia de estos negocios era del 23 % hasta el año pasado, porcentaje inferior al promedio nacional de 33,5 %, reportado por la Red de Cámaras de Comercio (Confecámaras) hasta 2022, partiendo de 2017.
“Esto es negativo porque lo que necesitamos son empresas que duren cientos de años, como cualquier multinacional que pueda generar empleo estable y bien remunerado en la economía del departamento”, afirmó Vides, demostrando preocupación por cómo mantener las empresas que ya están funcionando.
Un estudio de la Cámara también reveló que solo en el 2024 salieron del tejido empresarial formal unas 3.298 empresas, es decir, no renovaron su matrícula; 3.292 de ellas eran microempresas. Por lo menos 1.351 eran del sector comercio, 565 de servicios de comida y alojamientos, y 229 de la industria manufacturera.
“La salida de las empresas en función del tamaño se concentra principalmente en microempresas, lo que sugiere que las microempresas representan el mayor porcentaje de nuestra jurisdicción, y son también las que están presentando problemas y baja tasa de supervivencia, en promedio durante los años estudiados, el 99 % de las salidas corresponden a microempresas”, indica el informe elaborado por el Observatorio Socioeconómico de la Cámara.
Lea: 12 % de desempleo y 65 % de informalidad: estancamiento de la economía en Valledupar
En la actualidad, las microempresas conforman el 98 % del total de matrículas activas en los 14 municipios donde tiene jurisdicción la Cámcomercio: Agustín Codazzi, Astrea, Becerril, Bosconia, Chiriguaná, Chimichagua, El Copey, El Paso, La Paz, Pueblo Bello, La Jagua de Ibiríco, Manaure Balcón del Cesar, San Diego y Valledupar.
Se trata de 19.756 empresas, la mayoría registradas por personas naturales, exactamente 14.311, frente a unas 5.801 representadas por personas jurídicas. En cuanto a las pequeñas, representaron un poco más del 1 %.
“Si hay más empresas, hay más empleo. Y si duran más, mucho mejor”, retomó Vides. Datos oficiales indican que más del 76 % del tejido empresarial de los 14 municipios está conformado por empresas que tienen de 1 a 4 empleados, mientras que el 3 % de 5 a 9 personas, y el resto reporta más de 10 personas.
Lea: Secretaría de Desarrollo Económico de Valledupar, ¿una buena idea sin recursos?
Hay que tener en cuenta que estas cifras no incluyen el empleo informal que, de acuerdo con el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), para el mes de febrero, era del 65 %, el segundo porcentaje más alto del país, precisamente muchos de esos empleos también los generan empresas o negocios informales, que no pagan impuestos ni tienen las garantía para la supervivencia o desarrollo en condiciones dignas.
En su estudio sobre ‘Los factores clave que impulsan la permanencia de las empresas en el mercado’, Confecámaras cita autores que sostienen que “a medida que las empresas van envejeciendo su probabilidad de cerrar disminuye, debido a que adquieren más experiencia y solidifican sus bases operativas, mientras que las organizaciones que se encuentran en sus primeros años de vida enfrentan mayores retos para su supervivencia”.
Sin embargo, retoma análisis de otros autores que consideran que “la madurez de las empresas no es un determinante de supervivencia empresarial para el caso de las empresas chinas”, sino que esa permanencia guarda relación con los apoyos gubernamentales que son entregados de acuerdo con la productividad empresarial, pero las opiniones coinciden en que la probabilidad de salida del mercado también depende mucho del tamaño de las organizaciones, por factores como su estado financiero y capacidad de producción.
Sobre los apoyos de los gobiernos, Vides asegura que en Valledupar y el Cesar hace falta voluntad política para implementar políticas públicas efectivas que apoyen sectores clave, como por ejemplo, el cafetero. “Hace falta voluntad política para organizarlos, industrializarlos y buscar mercados internacionales”, afirmó.
EL PILÓN intentó dialogar con la secretaria de Desarrollo Económico, María Martha Lacouture, sobre dichas políticas, pero la funcionaria no respondió. No obstante, es de conocimiento público que esta sectorial nació sin la fuerza necesaria para dar grandes resultados, de acuerdo con lo expuesto en un debate en el Concejo de Valledupar, donde los concejales señalaron que es necesario aumentar la capacidad administrativa y los recursos para obtener mejores resultados.
A nivel de Cesar tampoco ha sido socializado un plan integral para la diversificación productiva y reconversión laboral de la dependiente economía del carbón. No obstante, hay proyectos de cacao y café que cuentan con el apoyo de la administración y cooperación internacional para la exportación de esta materia.
Aunque, según la Cámara de Comercio, en 2024 disminuyó la salida de empresas frente a lo reportado en el 2023 (cuando decayeron 3.610), el vocero de Acopi sugirió que deben ser identificados con profundidad los factores que impiden la longevidad de las empresas, para a partir de esa información proponer medidas para lograr la permanencia de las empresas y los empleos.
“¿Qué lleva a una persona a renunciar a una inversión de 50 o 100 millones de pesos en un restaurante?”, cuestionó, al tiempo que propuso 3 medidas para iniciar con la ruta que detenga la caída de las empresas y mayor debilitamiento de la economía.
La primera medida, la caracterización del sector económico: Vides sugiere realizar una caracterización detallada del sector económico local para entender qué se produce, cómo se produce y qué se necesita para mejorar la competitividad, y si existe, ponerlo a funcionar en pro del desarrollo.
En segundo lugar, la identificación de mercados: para los productos locales, como la yuca, para asegurar su comercialización efectiva. Esto ayudaría a mantener empresas que ya están funcionando y a generar empleo estable: “Si se producen 20 toneladas de yuca, es crucial ubicar mercado para 10 toneladas”, dijo el líder gremial, suponiendo que las otras 10 sean consumidas a nivel interno.
Finalmente, incentivos tributarios: a pesar de la reciente reforma al estatuto tributario de Valledupar que gravó los impuestos a los comerciantes en Valledupar, Vides insiste en que deben existir los incentivos tributarios en todo el departamento, una herramienta para apoyar a las empresas pequeñas y medianas, aliviando su carga fiscal y permitiéndoles invertir más en su crecimiento y sostenibilidad.
La industria manufacturera solo representó el 2 % del producto interno bruto (PIB) en el departamento del Cesar hasta 2022, según el DANE, pero la Cámara de Comercio considera que este sector tiene un papel importante y presenta “un panorama diverso con potencial de crecimiento porque genera oportunidades de trabajo, especialmente en la transformación de productos agrícolas y pecuarios”.
De eso mismo ha hablado Acopi y entidades como la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), en la medida en que permite agregar valor a los productos del campo y lograr su exportación, lo que se traduce en mayores ingresos para los productores y para el departamento que aún depende de la minería de carbón.
“El fortalecimiento de esta industria puede contribuir al desarrollo económico del Cesar al diversificar su economía y generar nuevas oportunidades de negocio en la era post carbón. A pesar de retos como la deficiente infraestructura vial y energética, la industria manufacturera en el Cesar tiene un gran potencial de crecimiento porque hay recursos naturales y una ubicación estratégica aprovechable”, propone la Cámara en su informe.
Por Andrea Guerra Peña. IG: @andreaguerraperiodista