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General - 2 febrero, 2014

Prefirió una beca tecnológica, siendo el mejor bachiller

La multinacional Drummond entregó 11 becas para estudiantes ubicados en el corredor minero del Cesar.

Marcos Eduardo Gómez Valderrama conmovió al público, cuando expresó no querer la beca para estudios profesionales, sino, algo tecnológico. EL PILÓN / Adamis Guerra.
Marcos Eduardo Gómez Valderrama conmovió al público, cuando expresó no querer la beca para estudios profesionales, sino, algo tecnológico. EL PILÓN / Adamis Guerra.
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Sin palabras quedó el público asistente al noveno acto de adjudicación de becas, por parte de la multinacional carbonífera Drummond a los mejores estudiantes del corredor minero, luego de escuchar decir al acreedor del mejor porcentaje: “no quiero beca ser profesional, quiero ser tecnólogo”.

El 7 de diciembre de 2013 permanece en la retina de Marcos Eduardo Gómez Valderrama. Ese día recibió el titulo de bachiller, de inmediato recibió la noticia que había ostentado uno de los promedios más altos de la Institución Educativa Luis Carlos Galán Sarmiento, ubicada en La Jagua de Ibirico. Una noticia trascendental, ya que podía ingresar a los Programas de Becas La Loma y El Descanso, brindando a los jóvenes bachilleres destacados de los colegios oficiales de la zona de influencia de los proyectos de Drummond en el Cesar y el Magdalena, contando con la posibilidad de convertirse en profesional.

Ser profesional en cualquier área, es el sueño de todo estudiante que culmina la formación secundaria y, más cuando se vive en poblaciones de escasos recursos, que han sido golpeadas por el conflicto armando como éste municipio del Cesar.

Con sus notas, estrato social, y otros factores que inciden en la decisión final del Comité de Evaluación para becas de Drummond, Marcos Eduardo alcanzó el 95% de financiación, y podía escoger cualquier carrera de pregrado, para cursarla en la mejor universidad de Colombia, si así lo deseaba. Pero su respuesta fue clara y contundente: “Tengo motivos para quedarme con un cupo tecnológico”.

Luego de terminar el acto cumplido el viernes anterior en Valledupar, el adolescente de 17 años habló con este medio, y explicó qué lo llevó a tomar tal decisión, como dijo en su discurso.

“La razones pueden parecer un poco ilógicas, pero te las voy a decir. Una razón es por el factor tiempo, yo tengo algunas obligaciones que tengo que cumplir y la universidad, al parecer, es muy complicada en el factor tiempo; otra es la presión de los estudiantes, yo he adquirido algunos principios y eso puede interrumpir o romper mis principios”, aseguró Gómez Valderrama.

Y los principios de Marcos Eduardo se basan exclusivamente en sus creencias cristianas: “soy testigo de Jehová, y como testigo de Jehová soy precursor regular. De pronto en la universidad puede que rompa mis principios y normas morales, puede ser, no es seguro, y por eso tomé la decisión”.

Agregó “hay un texto que dice ‘El que crea que esté de píe, cuídese de no caer’, si yo veo que un posible peligro para mí, no es miedo, sino sagacidad de no meterme por el peligro para no caer”.

Finalmente, y con referencia a sus creencias inculcadas desde pequeño por sus padres; José Gómez y Olga Valderrama, Marcos Eduardo estudiará en la Universidad Antonio Nariño de Valledupar la carrera tecnológica de Electromecánica, a pesar que desde niño soñó con ser un licenciado.

Otros ganadores

Desde el año 2005 hasta el 2013, la exportadora de carbón en el Cesar ha patrocinado el estudio de 64 jóvenes de escasos recursos del área de influencia minera y ferroviaria, dentro de los cuales varios de ellos han seguido vinculados de manera profesional a la empresa.

Este año, Drummond entregó 11 becas para el Cesar, los ganadores para proyectos profesionales fueron: Jorge Daniel Aguilar Orozco de Bosconia, Alexandra Castro Jiménez (Casacará, corregimiento de Codazzi), Oriana Manjarrez Araújo (La Jagua de Ibirico), María Mestre Blanco (Casacará, corregimiento de Codazzi), Sandri Vivas Paredes (Codazzi); y tecnológicos, Marcos Gómez Valderrama (La Jagua de Ibirico), y Leider Jiménez Herrera (Codazzi).

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN

[email protected]

General
2 febrero, 2014

Prefirió una beca tecnológica, siendo el mejor bachiller

La multinacional Drummond entregó 11 becas para estudiantes ubicados en el corredor minero del Cesar.


Marcos Eduardo Gómez Valderrama conmovió al público, cuando expresó no querer la beca para estudios profesionales, sino, algo tecnológico. EL PILÓN / Adamis Guerra.
Marcos Eduardo Gómez Valderrama conmovió al público, cuando expresó no querer la beca para estudios profesionales, sino, algo tecnológico. EL PILÓN / Adamis Guerra.
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Sin palabras quedó el público asistente al noveno acto de adjudicación de becas, por parte de la multinacional carbonífera Drummond a los mejores estudiantes del corredor minero, luego de escuchar decir al acreedor del mejor porcentaje: “no quiero beca ser profesional, quiero ser tecnólogo”.

El 7 de diciembre de 2013 permanece en la retina de Marcos Eduardo Gómez Valderrama. Ese día recibió el titulo de bachiller, de inmediato recibió la noticia que había ostentado uno de los promedios más altos de la Institución Educativa Luis Carlos Galán Sarmiento, ubicada en La Jagua de Ibirico. Una noticia trascendental, ya que podía ingresar a los Programas de Becas La Loma y El Descanso, brindando a los jóvenes bachilleres destacados de los colegios oficiales de la zona de influencia de los proyectos de Drummond en el Cesar y el Magdalena, contando con la posibilidad de convertirse en profesional.

Ser profesional en cualquier área, es el sueño de todo estudiante que culmina la formación secundaria y, más cuando se vive en poblaciones de escasos recursos, que han sido golpeadas por el conflicto armando como éste municipio del Cesar.

Con sus notas, estrato social, y otros factores que inciden en la decisión final del Comité de Evaluación para becas de Drummond, Marcos Eduardo alcanzó el 95% de financiación, y podía escoger cualquier carrera de pregrado, para cursarla en la mejor universidad de Colombia, si así lo deseaba. Pero su respuesta fue clara y contundente: “Tengo motivos para quedarme con un cupo tecnológico”.

Luego de terminar el acto cumplido el viernes anterior en Valledupar, el adolescente de 17 años habló con este medio, y explicó qué lo llevó a tomar tal decisión, como dijo en su discurso.

“La razones pueden parecer un poco ilógicas, pero te las voy a decir. Una razón es por el factor tiempo, yo tengo algunas obligaciones que tengo que cumplir y la universidad, al parecer, es muy complicada en el factor tiempo; otra es la presión de los estudiantes, yo he adquirido algunos principios y eso puede interrumpir o romper mis principios”, aseguró Gómez Valderrama.

Y los principios de Marcos Eduardo se basan exclusivamente en sus creencias cristianas: “soy testigo de Jehová, y como testigo de Jehová soy precursor regular. De pronto en la universidad puede que rompa mis principios y normas morales, puede ser, no es seguro, y por eso tomé la decisión”.

Agregó “hay un texto que dice ‘El que crea que esté de píe, cuídese de no caer’, si yo veo que un posible peligro para mí, no es miedo, sino sagacidad de no meterme por el peligro para no caer”.

Finalmente, y con referencia a sus creencias inculcadas desde pequeño por sus padres; José Gómez y Olga Valderrama, Marcos Eduardo estudiará en la Universidad Antonio Nariño de Valledupar la carrera tecnológica de Electromecánica, a pesar que desde niño soñó con ser un licenciado.

Otros ganadores

Desde el año 2005 hasta el 2013, la exportadora de carbón en el Cesar ha patrocinado el estudio de 64 jóvenes de escasos recursos del área de influencia minera y ferroviaria, dentro de los cuales varios de ellos han seguido vinculados de manera profesional a la empresa.

Este año, Drummond entregó 11 becas para el Cesar, los ganadores para proyectos profesionales fueron: Jorge Daniel Aguilar Orozco de Bosconia, Alexandra Castro Jiménez (Casacará, corregimiento de Codazzi), Oriana Manjarrez Araújo (La Jagua de Ibirico), María Mestre Blanco (Casacará, corregimiento de Codazzi), Sandri Vivas Paredes (Codazzi); y tecnológicos, Marcos Gómez Valderrama (La Jagua de Ibirico), y Leider Jiménez Herrera (Codazzi).

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN

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