A pesar de las acciones tomadas por las autoridades correspondientes para prevenir este tipo de actos, los niños siguen siendo víctimas de los abusadores. En lo que va del 2018 se han registrado 28 casos por violencia sexual.
Durante el 2017 se registraron en el departamento del Cesar 709 casos de violencia sexual y de género, siendo Valledupar el municipio que más registra este tipo de episodios con 265, seguido de Aguachica con 78 y Curumaní con 53.
El panorama parece no mejorar en 2018, a la semana 3 ya se han registrado en el Sistema de Salud Pública 28 casos, donde aparece la capital del Cesar con 12, seguido de Aguachica con tres.
Así lo dio a conocer la oficina de Dimensión Sexualidad y Derechos Sexuales y Reproductivos de la Secretaría de Salud del Cesar, que precisó que las cifras demuestran que este problema es bastante delicado.
El incremento de víctimas por este flagelo es notorio desde 2015, cuando el sistema reportó 138 sólo en Valledupar. El informe señala que la prevalencia de los casos en la capital del departamento se presenta en las comunas 3 y 5 en niños entre 1 y 14 años. Las autoridades indican que los principales agresores de los niños, niños y adolescentes víctimas de algún tipo de abuso sexual, en el 80% son personas cercanas a ellos, que incluso están dentro del mismo hogar.
Según la Secretaría de Salud, el hogar que es donde debe haber mayor protección para los niños y sucede lo contrario, porque es allí donde violentan y maltratan al menor; los abusadores en su gran mayoría son conocidos del menor como padrastros, hermanos, tíos o vecinos.
Por su parte la directora del ICBF, Karen Abudinen Abuchaibe, asegura que la violencia sexual contra los niños, niñas y adolescentes es una de las peores violencias y los adultos, son los llamados a brindarles cuidado y protección.
Durante 2017, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) adelantó Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos (PARD) a favor de 311 menores por ser víctimas de presuntos hechos de violencia sexual en el departamento del Cesar, de los cuales, se identificaron dos casos de explotación sexual comercial.
Cabe aclarar que dentro de esta última cifra pueden encontrarse aquellos casos de explotación sexual comercial en el contexto de los entornos digitales.
El líder de Dimensión Sexualidad, Javier Vega, explicó que desde Salud Departamental se viene liderando el Comité Interinstitucional Consultivo para la Prevención y Atención a la Violencia Sexual, estableciendo línea técnica para la operatividad de los comités locales de los 25 municipios del departamento.
De igual manera hay una articulación intersectorial con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Secretaría de Educación Departamental, Policía de Infancia y Adolescencia, entre otros sectores; para la implementación de estrategias de prevención de la violencia sexual.
“La Secretaría de Salud lidera la maratón en contra del abuso sexual hacia niños, niñas y adolescentes el día 20 de septiembre. Movilización que se realiza en simultánea en los 25 municipios del departamento y hace gestión y abogacía con secretarías locales de salud para implementar programas para la prevención y detección de la violencia sexual; asistencias técnicas a IPS de primer y segundo nivel de atención, para verificación al modelo de atención integral a víctimas de violencia sexual (resolución 0459 de 2012), y seguimiento a través de asistencias técnica a EAPB para verificación de derechos en salud a los y las sobrevivientes de violencia sexual”, acotó.
Cuando sucede un caso de violencia sexual contra un niño, niña o adolescente se debe activar una ruta de atención inmediata por parte del sector salud, ya que estos casos son definidos como un evento de salud pública y una urgencia. Allí se practican todos los exámenes médicos y se evitan posibles contagios sexuales o embarazos forzados.
En el Cesar la ruta departamental se construyó en el año 2012, la cual fue distribuida a los 25 municipios e incluye a los hospitales de primer y segundo nivel de atención, clínicas, Centro de Atención Integral a las Víctimas de Violencia Sexual (Caivas), ICBF, Comisarías de Familias, Policía Nacional, y Fiscalía.
Javier Vega aclaró que teniendo en cuenta que las diferentes instituciones mencionadas, no cuentan con presencia en todos los municipios del departamento, esta ruta es ajustable a cada uno de las localidades, según su oferta institucional.
Después se remiten los resultados al Instituto Nacional de Medicina Legal para que haga parte del dictamen pericial y de las pruebas que se allegarán a la investigación penal.
De esta forma, se adelantan dos procesos paralelos: uno a cargo del ICBF en cabeza de los defensores de familia quienes deben garantizar que los derechos de los menores se restablezcan y, otro por la Fiscalía referido a las investigaciones de estos crímenes.
Para contrarrestar esta situación también se crearon las redes de apoyo, que están conformadas por un nodo institucional, uno comunitario y uno familiar. Asimismo, existen 26 Comités Consultivos de Prevención de Abuso y Atención Integral, donde se conminan unas competencias al sector salud, protección y de justicia.
Son alarmantes las cifras de abuso sexual en Colombia. De acuerdo con el Instituto de Medicina Legal, de los 22.519 casos de agresiones sexuales que se presentaron en el 2017, 19.592 fueron contra menores de edad, siendo los niños entre los 10 y 14 años los más afectados (9.240).
Un dato que genera alarma es que el 90% de las agresiones fueron cometidas por personas del núcleo familiar de la víctima y solo cerca de un 5.2% de los casos fueron extraños.
El instituto asegura que en los registros, la mayoría corresponde a menores de edad entre 0 y 4 años: 2.530 casos; entre los 5 y 9 años: 5.283; entre los 10 y 14: 9.240; entre los 15 y 17: 2.539 casos.
Si bien es cierto que los abusadores normalmente están cerca a las víctimas, hoy día con el uso de las nuevas tecnologías, los menores también corren riesgo en la red y sufrir de ciberacoso, grooming, sexting y pornografía; por eso las autoridades recomiendan tener mucho cuidado con los datos que se comparten, con quién se comparte y a quiénes se agregan a la lista de amigos.
El grooming consiste en el acoso por parte de adultos que a través de engaños mantienen conversaciones con los menores por medio de contactos online, a través de la cual intentan conseguir imágenes de contenido erótico para extorsionar y posteriormente amenazar y exigir un encuentro físico que podría terminar en violación.
El sexting consiste en el envío de contenidos de tipo sexual en formato de imágenes o videos producidos generalmente por la propia persona para enviar a otra que puede ser conocida o desconocida, a través de dispositivos móviles.
Esta práctica es común en jóvenes y adolescentes que descuidan su privacidad y no tienen presente las consecuencias de enviar una imagen íntima para llamar la atención o para generar algún tipo de interés, no se sabe dónde irá a parar la imagen una vez que se difunda.
La sextorsión es una forma de explotación sexual comercial, en la que el niño, la niña o adolescente que ha compartido o enviado sus imágenes o textos con contenidos eróticos o sugestivos, es chantajeado/a con dichos materiales, para obtener dinero o algún otro beneficio.
Para las autoridades, estas nuevas tecnologías facilitan el abuso sexual en línea, teniendo en cuenta que los menores pueden interactuar por internet con otra persona a quien no conocen y que puede ocultar su identidad. “Los abusadores fingen ser quienes no son y a las autoridades se les dificulta identificarlos. Los predadores, ven a los menores como simples objetos sexuales”, dijo el intendente Jaime Padilla, jefe del grupo de protección de la Policía de Infancia y Adolescencia.
La idea no es satanizar los avances tecnológicos, pues el problema no está en las herramientas que se utilizan, sino de cómo los están usando las personas.
Además de acceder a cualquier cantidad de información, de la misma manera la exponen sin precauciones, de ahí que terminen siendo víctimas de usuarios inescrupulosos. Los niños hoy son más inquietos y crecen con la necesidad de conocer ese mundo virtual por lo que se hace necesario que los adultos los ayuden a aprovechar la tecnología para desarrollar capacidades y competencias que les permitan un crecimiento sano.
“Mi llamado a los padres de familia y personas al cuidado de los menores de edad para prevenir hechos de explotación sexual a través de entornos digitales, es a que dialoguen abiertamente con ellos sobre los peligros que los acechan en las redes, que ubiquen los computadores con conexión a internet en espacios sociales de la vivienda; que vigilen el tiempo que pasan haciendo uso de las redes y que establezcan acuerdos para su uso. Los padres también pueden proponerles actividades fuera de casa y en compañía de su familia; limitar el acceso a páginas específicas con los programas protectores o de filtro que existen para monitorear el acceso a páginas web, incentivarlos a utilizar sitios educativos e interesantes; advertirles sobre los peligros de acceder a páginas con contenido pornográfico; así como animar a los niños y niñas a que les informen la presencia de información extraña o amenazadora que les hayan enviado o que encuentren en internet”, dijo la directora del ICBF.
La Unicef define la pornografía infantil como toda representación de las partes genitales de un menor con fines sexuales, la cual puede transmitirse por cualquier medio. Tristemente este delito ha ido creciendo en todo el país y son esas estadísticas las que deben poner en alerta a los padres de familia para que vigilen las actividades que realizan sus hijos a través de la red, debido a que hoy son más vulnerables por el fácil acceso a internet.
En este medio, los delincuentes han encontrado un importante aliado para adquirir las imágenes de los menores y venderlas al mejor postor. Es por esto que las autoridades hacen un llamado a los padres de familia para que adviertan a sus hijos sobre los riesgos que afrontan cuando ingresan a algunos servicios en línea o cuando aceptan la amistad de personas desconocidas en las diferentes redes sociales.
A nivel nacional las cifras de las autoridades dejan ver el crecimiento que han tenido los diferentes delitos sexuales contra los menores de edad. La pornografía infantil hace parte de este grupo. En el Cesar de acuerdo con las estadísticas que lleva la Sijín, es alto el número de víctimas por año, sin embargo la pornografía es la que menos casos registra.
Sin embargo, no hay que descuidar que pueden existir muchos casos de pornografía y no son denunciados.
En los casos de violencia sexual incluidos los de explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en entornos digitales o virtuales, los defensores pueden establecer que las víctimas sean atendidas en algunas de las modalidades de intervención nuestra.
Durante las primeras 24 horas, las Defensorías de Familia deben presentar la denuncia ante las autoridades competentes y remitir al niño, la niña o adolescente al sector salud, para que se proporcione la atención en salud física o mental que se requiera.
En cuanto al procedimiento del bloqueo de páginas web con contenido de material de explotación sexual comercial de menores de edad, es competencia de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín), delitos Informáticos de la Policía Nacional y las sanciones administrativas del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Para los casos en los que el ICBF conoce de una situación de presunta explotación sexual comercial de menores en el contexto de los entornos digitales o virtuales, pero no se tienen identificadas las víctimas, se realiza articulación y notificación a la Dijín- delitos Informáticos de la Policía Nacional, para que desde su competencia se realicen los análisis, e investigaciones correspondientes para el bloqueo de los contenidos de pornografía con personas menores de 18 años en Internet.
Andreina Bandera /EL PILÓN
[email protected]
A pesar de las acciones tomadas por las autoridades correspondientes para prevenir este tipo de actos, los niños siguen siendo víctimas de los abusadores. En lo que va del 2018 se han registrado 28 casos por violencia sexual.
Durante el 2017 se registraron en el departamento del Cesar 709 casos de violencia sexual y de género, siendo Valledupar el municipio que más registra este tipo de episodios con 265, seguido de Aguachica con 78 y Curumaní con 53.
El panorama parece no mejorar en 2018, a la semana 3 ya se han registrado en el Sistema de Salud Pública 28 casos, donde aparece la capital del Cesar con 12, seguido de Aguachica con tres.
Así lo dio a conocer la oficina de Dimensión Sexualidad y Derechos Sexuales y Reproductivos de la Secretaría de Salud del Cesar, que precisó que las cifras demuestran que este problema es bastante delicado.
El incremento de víctimas por este flagelo es notorio desde 2015, cuando el sistema reportó 138 sólo en Valledupar. El informe señala que la prevalencia de los casos en la capital del departamento se presenta en las comunas 3 y 5 en niños entre 1 y 14 años. Las autoridades indican que los principales agresores de los niños, niños y adolescentes víctimas de algún tipo de abuso sexual, en el 80% son personas cercanas a ellos, que incluso están dentro del mismo hogar.
Según la Secretaría de Salud, el hogar que es donde debe haber mayor protección para los niños y sucede lo contrario, porque es allí donde violentan y maltratan al menor; los abusadores en su gran mayoría son conocidos del menor como padrastros, hermanos, tíos o vecinos.
Por su parte la directora del ICBF, Karen Abudinen Abuchaibe, asegura que la violencia sexual contra los niños, niñas y adolescentes es una de las peores violencias y los adultos, son los llamados a brindarles cuidado y protección.
Durante 2017, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) adelantó Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos (PARD) a favor de 311 menores por ser víctimas de presuntos hechos de violencia sexual en el departamento del Cesar, de los cuales, se identificaron dos casos de explotación sexual comercial.
Cabe aclarar que dentro de esta última cifra pueden encontrarse aquellos casos de explotación sexual comercial en el contexto de los entornos digitales.
El líder de Dimensión Sexualidad, Javier Vega, explicó que desde Salud Departamental se viene liderando el Comité Interinstitucional Consultivo para la Prevención y Atención a la Violencia Sexual, estableciendo línea técnica para la operatividad de los comités locales de los 25 municipios del departamento.
De igual manera hay una articulación intersectorial con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Secretaría de Educación Departamental, Policía de Infancia y Adolescencia, entre otros sectores; para la implementación de estrategias de prevención de la violencia sexual.
“La Secretaría de Salud lidera la maratón en contra del abuso sexual hacia niños, niñas y adolescentes el día 20 de septiembre. Movilización que se realiza en simultánea en los 25 municipios del departamento y hace gestión y abogacía con secretarías locales de salud para implementar programas para la prevención y detección de la violencia sexual; asistencias técnicas a IPS de primer y segundo nivel de atención, para verificación al modelo de atención integral a víctimas de violencia sexual (resolución 0459 de 2012), y seguimiento a través de asistencias técnica a EAPB para verificación de derechos en salud a los y las sobrevivientes de violencia sexual”, acotó.
Cuando sucede un caso de violencia sexual contra un niño, niña o adolescente se debe activar una ruta de atención inmediata por parte del sector salud, ya que estos casos son definidos como un evento de salud pública y una urgencia. Allí se practican todos los exámenes médicos y se evitan posibles contagios sexuales o embarazos forzados.
En el Cesar la ruta departamental se construyó en el año 2012, la cual fue distribuida a los 25 municipios e incluye a los hospitales de primer y segundo nivel de atención, clínicas, Centro de Atención Integral a las Víctimas de Violencia Sexual (Caivas), ICBF, Comisarías de Familias, Policía Nacional, y Fiscalía.
Javier Vega aclaró que teniendo en cuenta que las diferentes instituciones mencionadas, no cuentan con presencia en todos los municipios del departamento, esta ruta es ajustable a cada uno de las localidades, según su oferta institucional.
Después se remiten los resultados al Instituto Nacional de Medicina Legal para que haga parte del dictamen pericial y de las pruebas que se allegarán a la investigación penal.
De esta forma, se adelantan dos procesos paralelos: uno a cargo del ICBF en cabeza de los defensores de familia quienes deben garantizar que los derechos de los menores se restablezcan y, otro por la Fiscalía referido a las investigaciones de estos crímenes.
Para contrarrestar esta situación también se crearon las redes de apoyo, que están conformadas por un nodo institucional, uno comunitario y uno familiar. Asimismo, existen 26 Comités Consultivos de Prevención de Abuso y Atención Integral, donde se conminan unas competencias al sector salud, protección y de justicia.
Son alarmantes las cifras de abuso sexual en Colombia. De acuerdo con el Instituto de Medicina Legal, de los 22.519 casos de agresiones sexuales que se presentaron en el 2017, 19.592 fueron contra menores de edad, siendo los niños entre los 10 y 14 años los más afectados (9.240).
Un dato que genera alarma es que el 90% de las agresiones fueron cometidas por personas del núcleo familiar de la víctima y solo cerca de un 5.2% de los casos fueron extraños.
El instituto asegura que en los registros, la mayoría corresponde a menores de edad entre 0 y 4 años: 2.530 casos; entre los 5 y 9 años: 5.283; entre los 10 y 14: 9.240; entre los 15 y 17: 2.539 casos.
Si bien es cierto que los abusadores normalmente están cerca a las víctimas, hoy día con el uso de las nuevas tecnologías, los menores también corren riesgo en la red y sufrir de ciberacoso, grooming, sexting y pornografía; por eso las autoridades recomiendan tener mucho cuidado con los datos que se comparten, con quién se comparte y a quiénes se agregan a la lista de amigos.
El grooming consiste en el acoso por parte de adultos que a través de engaños mantienen conversaciones con los menores por medio de contactos online, a través de la cual intentan conseguir imágenes de contenido erótico para extorsionar y posteriormente amenazar y exigir un encuentro físico que podría terminar en violación.
El sexting consiste en el envío de contenidos de tipo sexual en formato de imágenes o videos producidos generalmente por la propia persona para enviar a otra que puede ser conocida o desconocida, a través de dispositivos móviles.
Esta práctica es común en jóvenes y adolescentes que descuidan su privacidad y no tienen presente las consecuencias de enviar una imagen íntima para llamar la atención o para generar algún tipo de interés, no se sabe dónde irá a parar la imagen una vez que se difunda.
La sextorsión es una forma de explotación sexual comercial, en la que el niño, la niña o adolescente que ha compartido o enviado sus imágenes o textos con contenidos eróticos o sugestivos, es chantajeado/a con dichos materiales, para obtener dinero o algún otro beneficio.
Para las autoridades, estas nuevas tecnologías facilitan el abuso sexual en línea, teniendo en cuenta que los menores pueden interactuar por internet con otra persona a quien no conocen y que puede ocultar su identidad. “Los abusadores fingen ser quienes no son y a las autoridades se les dificulta identificarlos. Los predadores, ven a los menores como simples objetos sexuales”, dijo el intendente Jaime Padilla, jefe del grupo de protección de la Policía de Infancia y Adolescencia.
La idea no es satanizar los avances tecnológicos, pues el problema no está en las herramientas que se utilizan, sino de cómo los están usando las personas.
Además de acceder a cualquier cantidad de información, de la misma manera la exponen sin precauciones, de ahí que terminen siendo víctimas de usuarios inescrupulosos. Los niños hoy son más inquietos y crecen con la necesidad de conocer ese mundo virtual por lo que se hace necesario que los adultos los ayuden a aprovechar la tecnología para desarrollar capacidades y competencias que les permitan un crecimiento sano.
“Mi llamado a los padres de familia y personas al cuidado de los menores de edad para prevenir hechos de explotación sexual a través de entornos digitales, es a que dialoguen abiertamente con ellos sobre los peligros que los acechan en las redes, que ubiquen los computadores con conexión a internet en espacios sociales de la vivienda; que vigilen el tiempo que pasan haciendo uso de las redes y que establezcan acuerdos para su uso. Los padres también pueden proponerles actividades fuera de casa y en compañía de su familia; limitar el acceso a páginas específicas con los programas protectores o de filtro que existen para monitorear el acceso a páginas web, incentivarlos a utilizar sitios educativos e interesantes; advertirles sobre los peligros de acceder a páginas con contenido pornográfico; así como animar a los niños y niñas a que les informen la presencia de información extraña o amenazadora que les hayan enviado o que encuentren en internet”, dijo la directora del ICBF.
La Unicef define la pornografía infantil como toda representación de las partes genitales de un menor con fines sexuales, la cual puede transmitirse por cualquier medio. Tristemente este delito ha ido creciendo en todo el país y son esas estadísticas las que deben poner en alerta a los padres de familia para que vigilen las actividades que realizan sus hijos a través de la red, debido a que hoy son más vulnerables por el fácil acceso a internet.
En este medio, los delincuentes han encontrado un importante aliado para adquirir las imágenes de los menores y venderlas al mejor postor. Es por esto que las autoridades hacen un llamado a los padres de familia para que adviertan a sus hijos sobre los riesgos que afrontan cuando ingresan a algunos servicios en línea o cuando aceptan la amistad de personas desconocidas en las diferentes redes sociales.
A nivel nacional las cifras de las autoridades dejan ver el crecimiento que han tenido los diferentes delitos sexuales contra los menores de edad. La pornografía infantil hace parte de este grupo. En el Cesar de acuerdo con las estadísticas que lleva la Sijín, es alto el número de víctimas por año, sin embargo la pornografía es la que menos casos registra.
Sin embargo, no hay que descuidar que pueden existir muchos casos de pornografía y no son denunciados.
En los casos de violencia sexual incluidos los de explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en entornos digitales o virtuales, los defensores pueden establecer que las víctimas sean atendidas en algunas de las modalidades de intervención nuestra.
Durante las primeras 24 horas, las Defensorías de Familia deben presentar la denuncia ante las autoridades competentes y remitir al niño, la niña o adolescente al sector salud, para que se proporcione la atención en salud física o mental que se requiera.
En cuanto al procedimiento del bloqueo de páginas web con contenido de material de explotación sexual comercial de menores de edad, es competencia de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín), delitos Informáticos de la Policía Nacional y las sanciones administrativas del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Para los casos en los que el ICBF conoce de una situación de presunta explotación sexual comercial de menores en el contexto de los entornos digitales o virtuales, pero no se tienen identificadas las víctimas, se realiza articulación y notificación a la Dijín- delitos Informáticos de la Policía Nacional, para que desde su competencia se realicen los análisis, e investigaciones correspondientes para el bloqueo de los contenidos de pornografía con personas menores de 18 años en Internet.
Andreina Bandera /EL PILÓN
[email protected]