Al cumplirse el 17 aniversario de la muerte de Kaleth Morales, el acordeonero que lo acompañó durante su ascenso al estrellato, Juank Ricardo, contó a EL PILÓN cómo la hija del artista, con 5 años, le advirtió a su padre sobre los peligros en la carretera.
La madrugada del 24 de agosto de 2005 la música vallenata sufrió una de sus pérdidas más dolorosas. Ese día, tras varias horas de luchar por su vida luego de sufrir un accidente de tránsito en la carretera que comunica a Cartagena con Valledupar, murió Kaleth Morales Troya, el ‘rey de la nueva ola’.
El artista, quien viajaba a su tierra natal acompañado de su hermano Keyner, se accidentó entre los municipios de Plato y Bosconia, exactamente en el kilómetro 43, en un sitio conocido, paradójicamente, como ‘La Fortuna’.
Meses antes de esa fatídica tarde, un episodio, que tuvo como protagonista a su hija Katrinalieth Morales, de 5 años en aquel entonces, pudo haber sido una especie de premonición o aviso para el cantautor oriundo de Valledupar.
Juank Ricardo, quien fue el acordeonero que acompañó al artista durante su ascenso al estrellato, contó a EL PILÓN la anécdota que en su momento pasó desapercibida, pero que luego relacionaría con el fatal desenlace.
“Nosotros tocábamos en Valledupar, íbamos emocionadísimos porque uno siempre quiere ‘pegar’ en el Valle, era nuestra primera presentación y nos atrasamos en la vía Cartagena-Valledupar, nos agarró un trancón y nos tocó darnos la vuelta por Barranquilla”, recuerda Juank. Cuenta el músico vallenato de 38 años, que Kaleth acostumbraba a “manejar muy rápido” y precisamente ese día alcanzó velocidades en su camioneta Cherokee de unos 180 kilómetros por hora.
“Él manejaba rápido, pero ese día íbamos embaladísimos. Yo venía abrazando a Katrinalieth, porque Kaleth me dijo: ‘cuida a mi hija, agárrala bien duro’, iba embalaísimo, nosotros íbamos asustadísimos. Yo era el cinturón de seguridad de Katrinalieth”, recuerda el también actor y compositor. Resalta Juank que, aunque llegaron tarde, la presentación en Valledupar fue exitosa y la fanaticada quedó feliz.
Al día siguiente los artistas debían devolverse a Barranquilla a seguir cumpliendo compromisos y, cuando subieron al carro, en la guantera encontraron una cartica, escrita por ‘la chacha de las mujeres’, como llamaba Kaleth a su hija.
Esa misiva de niña, decía: “Papi, no manejes tan rápido recuerda que aquí te esperamos mis abuelos y yo”. “Cuando nosotros nos subimos al carro y vimos la carta, eso para él fue emocionante, casi lo hace llorar. Dijo: ‘mi hija es la ‘chacha de las mujeres’”, afirma Juank.
“En el momento yo no sentí nada, pero ya después uno empieza a relacionar cosas; con la muerte de Kaleth yo me acordaba mucho de eso, yo decía ‘la niña se lo advirtió’. Le hizo una advertencia, con su corta edad le dijo ‘no corras mucho papi’”, dijo Juank.
EL DÍA DEL ACCIDENTE
Sobre el día del accidente, Juank Ricardo recuerda que aunque normalmente él viajaba con Kaleth, ese día no lo hizo, pues prefirió trasladarse directamente a Valledupar en bus.
“Me regresé con el grupo, que en el momento a uno no le parece raro, pero yo siempre viajaba con Kaleth o me iba con él en el avión, pero después de la presentación del sábado 20 de agosto yo quería descansar”, contó.
No obstante, afirmó que su compañero antes de viajar “durmió bien, salió de día, almorzó y se accidentó como a las tres de la tarde. Iba lloviendo, él me imagino que no bajó la velocidad y los huecos, con la lluvia, no se ven”.
Como cada 24 de agosto, seguramente hoy los fanáticos de Kaleth Morales Troya disfrutarán de esas canciones que enamoraron, en poco tiempo, a gran parte de los amantes del vallenato. “Uno nunca sabe lo que va a pasar, pero con el talento que tenía y ese carisma que generaba, muchas pasiones en la juventud, con tantas ganas, Kaleth fue un grande del folclor, pero nos perdimos de mucho más por dar de Kaleth”, puntualizó Juank.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN
Al cumplirse el 17 aniversario de la muerte de Kaleth Morales, el acordeonero que lo acompañó durante su ascenso al estrellato, Juank Ricardo, contó a EL PILÓN cómo la hija del artista, con 5 años, le advirtió a su padre sobre los peligros en la carretera.
La madrugada del 24 de agosto de 2005 la música vallenata sufrió una de sus pérdidas más dolorosas. Ese día, tras varias horas de luchar por su vida luego de sufrir un accidente de tránsito en la carretera que comunica a Cartagena con Valledupar, murió Kaleth Morales Troya, el ‘rey de la nueva ola’.
El artista, quien viajaba a su tierra natal acompañado de su hermano Keyner, se accidentó entre los municipios de Plato y Bosconia, exactamente en el kilómetro 43, en un sitio conocido, paradójicamente, como ‘La Fortuna’.
Meses antes de esa fatídica tarde, un episodio, que tuvo como protagonista a su hija Katrinalieth Morales, de 5 años en aquel entonces, pudo haber sido una especie de premonición o aviso para el cantautor oriundo de Valledupar.
Juank Ricardo, quien fue el acordeonero que acompañó al artista durante su ascenso al estrellato, contó a EL PILÓN la anécdota que en su momento pasó desapercibida, pero que luego relacionaría con el fatal desenlace.
“Nosotros tocábamos en Valledupar, íbamos emocionadísimos porque uno siempre quiere ‘pegar’ en el Valle, era nuestra primera presentación y nos atrasamos en la vía Cartagena-Valledupar, nos agarró un trancón y nos tocó darnos la vuelta por Barranquilla”, recuerda Juank. Cuenta el músico vallenato de 38 años, que Kaleth acostumbraba a “manejar muy rápido” y precisamente ese día alcanzó velocidades en su camioneta Cherokee de unos 180 kilómetros por hora.
“Él manejaba rápido, pero ese día íbamos embaladísimos. Yo venía abrazando a Katrinalieth, porque Kaleth me dijo: ‘cuida a mi hija, agárrala bien duro’, iba embalaísimo, nosotros íbamos asustadísimos. Yo era el cinturón de seguridad de Katrinalieth”, recuerda el también actor y compositor. Resalta Juank que, aunque llegaron tarde, la presentación en Valledupar fue exitosa y la fanaticada quedó feliz.
Al día siguiente los artistas debían devolverse a Barranquilla a seguir cumpliendo compromisos y, cuando subieron al carro, en la guantera encontraron una cartica, escrita por ‘la chacha de las mujeres’, como llamaba Kaleth a su hija.
Esa misiva de niña, decía: “Papi, no manejes tan rápido recuerda que aquí te esperamos mis abuelos y yo”. “Cuando nosotros nos subimos al carro y vimos la carta, eso para él fue emocionante, casi lo hace llorar. Dijo: ‘mi hija es la ‘chacha de las mujeres’”, afirma Juank.
“En el momento yo no sentí nada, pero ya después uno empieza a relacionar cosas; con la muerte de Kaleth yo me acordaba mucho de eso, yo decía ‘la niña se lo advirtió’. Le hizo una advertencia, con su corta edad le dijo ‘no corras mucho papi’”, dijo Juank.
EL DÍA DEL ACCIDENTE
Sobre el día del accidente, Juank Ricardo recuerda que aunque normalmente él viajaba con Kaleth, ese día no lo hizo, pues prefirió trasladarse directamente a Valledupar en bus.
“Me regresé con el grupo, que en el momento a uno no le parece raro, pero yo siempre viajaba con Kaleth o me iba con él en el avión, pero después de la presentación del sábado 20 de agosto yo quería descansar”, contó.
No obstante, afirmó que su compañero antes de viajar “durmió bien, salió de día, almorzó y se accidentó como a las tres de la tarde. Iba lloviendo, él me imagino que no bajó la velocidad y los huecos, con la lluvia, no se ven”.
Como cada 24 de agosto, seguramente hoy los fanáticos de Kaleth Morales Troya disfrutarán de esas canciones que enamoraron, en poco tiempo, a gran parte de los amantes del vallenato. “Uno nunca sabe lo que va a pasar, pero con el talento que tenía y ese carisma que generaba, muchas pasiones en la juventud, con tantas ganas, Kaleth fue un grande del folclor, pero nos perdimos de mucho más por dar de Kaleth”, puntualizó Juank.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN