Actualmente tiene, aproximadamente, 3 metros de grosor y 20 de altura.
Este famoso ‘palo’ de mango, inmortalizado en muchas canciones vallenatas, marcó la pauta durante 36 versiones del Festival de la Leyenda Vallenata (de 1968 a 2003), y fue testigo de la coronación de muchos ganadores en sus distintas categorías.
Desde entonces, este árbol se ha convertido en insignia de la ciudad. “Este palo es el notario mudo de Valledupar, el devenir histórico de la ciudad, aquí en la plaza se han tejido todos los eventos políticos, culturales, sociales y románticos; delante o debajo del palo. Si este árbol hablara delatara a todos”, manifestó Guerra.
En su momento, Consuelo Araujo Noguera dijo: “Si el palo de mango hablara, tendría que empezar a contar las lágrimas que hemos derramado, las iras que he cogido, las injusticias que han cometido, los insultos que nos han proferido; pero también, el palo de mango terminaría cantando ‘El amor, amor’, para decirles a todos que el Festival de la Leyenda Vallenata es una institución, que gracias a Dios ya está consolidada, que es como un tren al que hay que prenderle la máquina y camina solo, y además representa la más grande unidad, la fraternidad y la convivencia de un país cansado de duelos y afónico de largos llantos”.
Así mismo, Piedad Ramírez, hija de la historiadora vallenata Ruth Ariza, rememoró: “Yo recuerdo varios momentos históricos relacionados con ese palo de mango. Recuerdo a Jaime Pardo Leal como candidato presidencial llenando la plaza hasta más allá del palo; los opositores quitaron la luz esa noche para sabotear. Recuerdo a Gustavo Petro llenándola varias veces, hasta más allá del palo de mango. Recuerdo a los campesinos que se tomaron la plaza Alfonso López varios días, liderados por José Francisco Ramírez, a quien asesinaron días después”.
¿ALCANZARÁ A CUMPLIR 100 AÑOS?
Tras cumplir 85 años, los ciudadanos guardan la ilusión de que llegue a los 100; no obstante, ambientalistas como Luis Guerra manifestaron que hay que tratar de preservarlos aunque es poco probable que complete 1 siglo debido a las afectaciones de las que ha sido víctima.
“Los primeros festivales vallenatos afectaron, indiscutiblemente, a este palo de mango porque los hombres orinaban allí y lo convirtieron en un baño público. Eso afectó el sistema radicular del árbol y a partir de allí comenzó a deteriorarse. Hay que tratar de preservarlo para ver si completa el siglo, aunque no creo que aguante, sobre todo porque está siendo afectado por ‘la pajarita’. En 20 años no habrá un solo palo de mango en Valledupar como consecuencia de ese parásito, y el comején”.
En ese mismo orden de ideas, el cofundador del Foro Ambiental del Cesar, Corpocesar, Eudis de León, señaló que este, al igual que varios árboles de la ciudad, han sufrido las consecuencias de la desidia gubernamental y del desinterés para protegerlos, “es por eso que urge que se le dé cumplimiento al Plan de Manejo del Arbolado Urbano formulado por la Alcaldía de Valledupar con el apoyo de la USAID, esto con el fin de prevenir conflictos con los árboles y su ubicación, pero además para darle la importancia que tienen estos seres vivos en la mitigación del cambio climático y el incremento de las temperaturas”.
Actualmente tiene, aproximadamente, 3 metros de grosor y 20 de altura.
Este famoso ‘palo’ de mango, inmortalizado en muchas canciones vallenatas, marcó la pauta durante 36 versiones del Festival de la Leyenda Vallenata (de 1968 a 2003), y fue testigo de la coronación de muchos ganadores en sus distintas categorías.
Desde entonces, este árbol se ha convertido en insignia de la ciudad. “Este palo es el notario mudo de Valledupar, el devenir histórico de la ciudad, aquí en la plaza se han tejido todos los eventos políticos, culturales, sociales y románticos; delante o debajo del palo. Si este árbol hablara delatara a todos”, manifestó Guerra.
En su momento, Consuelo Araujo Noguera dijo: “Si el palo de mango hablara, tendría que empezar a contar las lágrimas que hemos derramado, las iras que he cogido, las injusticias que han cometido, los insultos que nos han proferido; pero también, el palo de mango terminaría cantando ‘El amor, amor’, para decirles a todos que el Festival de la Leyenda Vallenata es una institución, que gracias a Dios ya está consolidada, que es como un tren al que hay que prenderle la máquina y camina solo, y además representa la más grande unidad, la fraternidad y la convivencia de un país cansado de duelos y afónico de largos llantos”.
Así mismo, Piedad Ramírez, hija de la historiadora vallenata Ruth Ariza, rememoró: “Yo recuerdo varios momentos históricos relacionados con ese palo de mango. Recuerdo a Jaime Pardo Leal como candidato presidencial llenando la plaza hasta más allá del palo; los opositores quitaron la luz esa noche para sabotear. Recuerdo a Gustavo Petro llenándola varias veces, hasta más allá del palo de mango. Recuerdo a los campesinos que se tomaron la plaza Alfonso López varios días, liderados por José Francisco Ramírez, a quien asesinaron días después”.
¿ALCANZARÁ A CUMPLIR 100 AÑOS?
Tras cumplir 85 años, los ciudadanos guardan la ilusión de que llegue a los 100; no obstante, ambientalistas como Luis Guerra manifestaron que hay que tratar de preservarlos aunque es poco probable que complete 1 siglo debido a las afectaciones de las que ha sido víctima.
“Los primeros festivales vallenatos afectaron, indiscutiblemente, a este palo de mango porque los hombres orinaban allí y lo convirtieron en un baño público. Eso afectó el sistema radicular del árbol y a partir de allí comenzó a deteriorarse. Hay que tratar de preservarlo para ver si completa el siglo, aunque no creo que aguante, sobre todo porque está siendo afectado por ‘la pajarita’. En 20 años no habrá un solo palo de mango en Valledupar como consecuencia de ese parásito, y el comején”.
En ese mismo orden de ideas, el cofundador del Foro Ambiental del Cesar, Corpocesar, Eudis de León, señaló que este, al igual que varios árboles de la ciudad, han sufrido las consecuencias de la desidia gubernamental y del desinterés para protegerlos, “es por eso que urge que se le dé cumplimiento al Plan de Manejo del Arbolado Urbano formulado por la Alcaldía de Valledupar con el apoyo de la USAID, esto con el fin de prevenir conflictos con los árboles y su ubicación, pero además para darle la importancia que tienen estos seres vivos en la mitigación del cambio climático y el incremento de las temperaturas”.