En su primer día como presidente, Iván Duque Márquez llegó al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Sectores políticos dividen criterios luego de su posesión, especialmente por el discurso de Ernesto Macías.
El mensaje de Iván Duque, instalado como presidente de la República, no es tan escandaloso en Colombia como las palabras del representante del Centro Democrático y hoy líder del Senado, Ernesto Macías.
Duque, de 42 años de edad, se convirtió en el mandatario número 60 en la historia del país, y en la plaza Simón Bolívar recurrió a un mensaje esperanzador y amable. Sin ataques, especialmente direccionado al imaginario del público sobre su misión de poner fin a las diferencias que han polarizado a Colombia en los últimos años.
“Hoy llega a la Presidencia de Colombia una nueva generación, motivada por el servicio y no por el ejercicio vanidoso del poder, comprometida con el futuro y sin anclas y prejuicios en el pasado, inspirada en la justicia social y en la seguridad como el cimiento de nuestras libertades, y dedicada a promover el entendimiento, el trabajo en equipo y la construcción de consensos. Es una generación llamada a gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades y con el mandato de millones de compatriotas de hacer de nuestro país una tierra grande donde los símbolos de nuestro tricolor retomen su significado”, declaró Duque Márquez.
A pesar de que con sus palabras dijo que “no se trata de pensar igual, no se trata de unanimismos, no se trata de eludir las sanas discrepancias que son propias de la democracia. Se trata de ser capaces de darle vida a los consensos”, sectores como el Polo Democrático y Alianza Verde, creen que su discurso fue de posesión y no de fondo.
Antonio Sanguino Páez, senador del Partido Verde, declaró que el discurso Duque expresó un tono y una agenda distinta a la del presidente del Senado, Ernesto Macías, quien habló más en nombre del Centro Democrático que el Congreso.
“O si es un mismo libreto con dos nombres distintos. Claramente el de Macías es un discurso tendenciero y vengativo, es una cuenta de cobro al presidente Juan Manuel Santos y a todo lo que significa su herencia, en particular a nosotros preocupa mucho”, señaló.
Sanguino Páez criticó que el nuevo presidente, tanto en su discurso y en su agenda, no tocó preocupaciones de la región Caribe como por ejemplo “la grave crisis de Electricaribe que debe ser resuelta de manera definitiva, o los temas ambientales como la protección de la Sierra Nevada, la prohibición del fracking, la recuperación de la ciénaga Grande de la Magdalena y toda una vocación de la seguridad alimentaria en el campo del Caribe Colombiano”.
“Fue un discurso lleno de lugares comunes y para nosotros, los verdes, hay un asunto y es el compromiso que el presidente Duque había expresado con la Consulta Popular Anticorrupción, no dijo nada y pasó de agache”, dijo el senador.
“Los que nos hemos declarado en oposición estamos expectantes, creo que ese discurso reafirma nuestra decisión de hacer el ejercicio, sobre todo porque no sabemos con qué agenda gobernará el presidente Duque, si con la de su discurso o con la de Ernesto Macías, que habló desde el Centro Democrático”, apuntó Antonio Sanguino.
“Continuidad de las mismas políticas”
“Quiero una Colombia donde todos podamos construir la paz, donde se acaben esas divisiones falaces entre amigos y enemigos de la paz, porque todos la hemos querido y todos queremos construirla”, afirmó Iván Duque, sobre la Colombia que quiere tejer en los próximos cuatro años.
Aldemar Palmera Carrascal, miembro del Polo Democrático en el Cesar, consideró que los puntos de Duque son “la continuación de la política, tanto de Uribe como de Santos”, porque este es continuidad de “las mismas políticas neoliberales de apertura, de privatización, es decir, no cambia absolutamente nada. De pronto un estilo diferente, que no es el de Uribe ni de Santos, pero la esencia sigue la misma política”.
El presidente Duque también se refirió a declarar ante el Congreso de la República una reforma constitucional, en la que “ni el narcotráfico ni el secuestro serán reconocidos como un delito conexo con el delito político”.
Como representante de la izquierda en esta zona del país, explicó que este punto se daría “si él (Duque) o cualquiera de los presidentes aplica la legislación y tiene un buen aparato investigativo; aquí no debe existir alegrías, ni convivencias con el delito, se deben investigar a todo el que lo cometa”.
Los consideró que el presidente está “redundando en algo que es el deber ser de cualquier Estado”, y agregó: “Los colombianos estamos de acuerdo, pero en política es clave cómo vamos a seguir implementando los tratados de libre comercio; permitiendo que las EPS se sigan derrochando el dinero de la salud y los usuarios no tengan una debida atención; si vamos a seguir privatizando la educación pública a través de la concesión de los colegios a privados. Esa política sigue aquí, no importa quien sea”.
Sobre las promesas de Duque, el exaspirante a la Asamblea del Cesar, dijo: “Es improbable que se cumplan porque no podemos pensar que aumentará la capacidad de compra a los trabajadores, cuando al gran capital y a las empresas les disminuye los impuestos por pagar, pero se los aumenta al pueblo en general con el aumento del IVA, que son cosas contradictorias, propias de un discurso de posesión. Hay que esperar cómo se materializa porque cómo será la reforma tributaria; a su estilo, al de Uribe o Santos, y yo no creo que este Gobierno se desprenda de la política implementada desde el primer mandato de Álvaro Uribe Vélez”.
Mensaje al reconcilio
Claramente la polémica al acto de posesión de Iván Duque la puso el presidente del Congreso, Ernesto Macías, quien pronunció un discurso fuerte en contra de Juan Manuel Santos, con un balance negativo.
“Recibe usted un país atemorizado porque regresaron los crímenes a uniformados de la Fuerza Pública, reaparecieron los secuestros y creció la extorsión (…) recibe usted un país donde el hurto a personas aumentó el 186 por ciento y los delitos sexuales se incrementaron en un 319 % (…) recibe usted un país con un crecimiento exponencial de organizaciones criminales como el Eln, el Epl, las disfrazadas disidencias de las Farc y las ‘bacrim’. Grupos terroristas que se financian con el narcotráfico y la minería criminal”, declaró Macías.
El discurso fue tan salido de contexto que el senador por el partido Cambio Radical, Didier Lobo Chinchilla, aseveró que contrario a Macías, Iván Duque abrió sus palabras a la amistad y tocando temas sobre la manera “de aumentar cuatro puntos en el PIB, que será un reto grande, entendiendo todo el tema fiscal del país. El agro, la seguridad, entre otros, por eso pienso se puede materializar todo ese querer que se tiene para el país. Fue un discurso abierto, amigable, caso contrario al enviado por el presidente del Senado”.
Coincidió con la mayoría de analistas, al decir que el de Duque “fue un discurso conciliador, un discurso que llama a todos los sectores a unirnos frente a un mismo propósito”, y ahí basará su tarea como congresista.
El exdiputado del Cesar, Carlos Daniel Rocha, quien hizo presencia en la posesión de Iván Duque, ratificó lo dicho por Didier Lobo, aclarando que el presidente “ha ratificado a los colombianos que es un gobierno de reconciliación, justicia y equidad, en donde los ciudadanos tendrán protagonismo fundamental”.
“Claramente se expresó un análisis sustancial de que recibe este Gobierno. Es un reto y una tarea que asume, debido a la situación financiera, política, social, que tiene el país”, dijo.
En cuanto al departamento del Cesar explicó que es clara la simpatía del nuevo presidente, teniendo en cuenta que ha involucrado varios actores en el alto Gobierno como es el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón; y los viceministros del Interior, Juan Manuel Daza; y de Hacienda, Luis Alberto Rodríguez.
Primer día como presidente
El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, fue el primer destino de Iván Duque Márquez como presidente de los colombianos.
“Yo dije después de la consulta del 11 de marzo que la primera visita que haría como jefe de Estado sería venir al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y hoy estamos cumpliendo esa promesa”, declaró a su arribo al aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla.
En su primer día como presidente, Iván Duque Márquez llegó al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Sectores políticos dividen criterios luego de su posesión, especialmente por el discurso de Ernesto Macías.
El mensaje de Iván Duque, instalado como presidente de la República, no es tan escandaloso en Colombia como las palabras del representante del Centro Democrático y hoy líder del Senado, Ernesto Macías.
Duque, de 42 años de edad, se convirtió en el mandatario número 60 en la historia del país, y en la plaza Simón Bolívar recurrió a un mensaje esperanzador y amable. Sin ataques, especialmente direccionado al imaginario del público sobre su misión de poner fin a las diferencias que han polarizado a Colombia en los últimos años.
“Hoy llega a la Presidencia de Colombia una nueva generación, motivada por el servicio y no por el ejercicio vanidoso del poder, comprometida con el futuro y sin anclas y prejuicios en el pasado, inspirada en la justicia social y en la seguridad como el cimiento de nuestras libertades, y dedicada a promover el entendimiento, el trabajo en equipo y la construcción de consensos. Es una generación llamada a gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades y con el mandato de millones de compatriotas de hacer de nuestro país una tierra grande donde los símbolos de nuestro tricolor retomen su significado”, declaró Duque Márquez.
A pesar de que con sus palabras dijo que “no se trata de pensar igual, no se trata de unanimismos, no se trata de eludir las sanas discrepancias que son propias de la democracia. Se trata de ser capaces de darle vida a los consensos”, sectores como el Polo Democrático y Alianza Verde, creen que su discurso fue de posesión y no de fondo.
Antonio Sanguino Páez, senador del Partido Verde, declaró que el discurso Duque expresó un tono y una agenda distinta a la del presidente del Senado, Ernesto Macías, quien habló más en nombre del Centro Democrático que el Congreso.
“O si es un mismo libreto con dos nombres distintos. Claramente el de Macías es un discurso tendenciero y vengativo, es una cuenta de cobro al presidente Juan Manuel Santos y a todo lo que significa su herencia, en particular a nosotros preocupa mucho”, señaló.
Sanguino Páez criticó que el nuevo presidente, tanto en su discurso y en su agenda, no tocó preocupaciones de la región Caribe como por ejemplo “la grave crisis de Electricaribe que debe ser resuelta de manera definitiva, o los temas ambientales como la protección de la Sierra Nevada, la prohibición del fracking, la recuperación de la ciénaga Grande de la Magdalena y toda una vocación de la seguridad alimentaria en el campo del Caribe Colombiano”.
“Fue un discurso lleno de lugares comunes y para nosotros, los verdes, hay un asunto y es el compromiso que el presidente Duque había expresado con la Consulta Popular Anticorrupción, no dijo nada y pasó de agache”, dijo el senador.
“Los que nos hemos declarado en oposición estamos expectantes, creo que ese discurso reafirma nuestra decisión de hacer el ejercicio, sobre todo porque no sabemos con qué agenda gobernará el presidente Duque, si con la de su discurso o con la de Ernesto Macías, que habló desde el Centro Democrático”, apuntó Antonio Sanguino.
“Continuidad de las mismas políticas”
“Quiero una Colombia donde todos podamos construir la paz, donde se acaben esas divisiones falaces entre amigos y enemigos de la paz, porque todos la hemos querido y todos queremos construirla”, afirmó Iván Duque, sobre la Colombia que quiere tejer en los próximos cuatro años.
Aldemar Palmera Carrascal, miembro del Polo Democrático en el Cesar, consideró que los puntos de Duque son “la continuación de la política, tanto de Uribe como de Santos”, porque este es continuidad de “las mismas políticas neoliberales de apertura, de privatización, es decir, no cambia absolutamente nada. De pronto un estilo diferente, que no es el de Uribe ni de Santos, pero la esencia sigue la misma política”.
El presidente Duque también se refirió a declarar ante el Congreso de la República una reforma constitucional, en la que “ni el narcotráfico ni el secuestro serán reconocidos como un delito conexo con el delito político”.
Como representante de la izquierda en esta zona del país, explicó que este punto se daría “si él (Duque) o cualquiera de los presidentes aplica la legislación y tiene un buen aparato investigativo; aquí no debe existir alegrías, ni convivencias con el delito, se deben investigar a todo el que lo cometa”.
Los consideró que el presidente está “redundando en algo que es el deber ser de cualquier Estado”, y agregó: “Los colombianos estamos de acuerdo, pero en política es clave cómo vamos a seguir implementando los tratados de libre comercio; permitiendo que las EPS se sigan derrochando el dinero de la salud y los usuarios no tengan una debida atención; si vamos a seguir privatizando la educación pública a través de la concesión de los colegios a privados. Esa política sigue aquí, no importa quien sea”.
Sobre las promesas de Duque, el exaspirante a la Asamblea del Cesar, dijo: “Es improbable que se cumplan porque no podemos pensar que aumentará la capacidad de compra a los trabajadores, cuando al gran capital y a las empresas les disminuye los impuestos por pagar, pero se los aumenta al pueblo en general con el aumento del IVA, que son cosas contradictorias, propias de un discurso de posesión. Hay que esperar cómo se materializa porque cómo será la reforma tributaria; a su estilo, al de Uribe o Santos, y yo no creo que este Gobierno se desprenda de la política implementada desde el primer mandato de Álvaro Uribe Vélez”.
Mensaje al reconcilio
Claramente la polémica al acto de posesión de Iván Duque la puso el presidente del Congreso, Ernesto Macías, quien pronunció un discurso fuerte en contra de Juan Manuel Santos, con un balance negativo.
“Recibe usted un país atemorizado porque regresaron los crímenes a uniformados de la Fuerza Pública, reaparecieron los secuestros y creció la extorsión (…) recibe usted un país donde el hurto a personas aumentó el 186 por ciento y los delitos sexuales se incrementaron en un 319 % (…) recibe usted un país con un crecimiento exponencial de organizaciones criminales como el Eln, el Epl, las disfrazadas disidencias de las Farc y las ‘bacrim’. Grupos terroristas que se financian con el narcotráfico y la minería criminal”, declaró Macías.
El discurso fue tan salido de contexto que el senador por el partido Cambio Radical, Didier Lobo Chinchilla, aseveró que contrario a Macías, Iván Duque abrió sus palabras a la amistad y tocando temas sobre la manera “de aumentar cuatro puntos en el PIB, que será un reto grande, entendiendo todo el tema fiscal del país. El agro, la seguridad, entre otros, por eso pienso se puede materializar todo ese querer que se tiene para el país. Fue un discurso abierto, amigable, caso contrario al enviado por el presidente del Senado”.
Coincidió con la mayoría de analistas, al decir que el de Duque “fue un discurso conciliador, un discurso que llama a todos los sectores a unirnos frente a un mismo propósito”, y ahí basará su tarea como congresista.
El exdiputado del Cesar, Carlos Daniel Rocha, quien hizo presencia en la posesión de Iván Duque, ratificó lo dicho por Didier Lobo, aclarando que el presidente “ha ratificado a los colombianos que es un gobierno de reconciliación, justicia y equidad, en donde los ciudadanos tendrán protagonismo fundamental”.
“Claramente se expresó un análisis sustancial de que recibe este Gobierno. Es un reto y una tarea que asume, debido a la situación financiera, política, social, que tiene el país”, dijo.
En cuanto al departamento del Cesar explicó que es clara la simpatía del nuevo presidente, teniendo en cuenta que ha involucrado varios actores en el alto Gobierno como es el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón; y los viceministros del Interior, Juan Manuel Daza; y de Hacienda, Luis Alberto Rodríguez.
Primer día como presidente
El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, fue el primer destino de Iván Duque Márquez como presidente de los colombianos.
“Yo dije después de la consulta del 11 de marzo que la primera visita que haría como jefe de Estado sería venir al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, y hoy estamos cumpliendo esa promesa”, declaró a su arribo al aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla.