Motivado por la situación socioeconómica y representativa de los cesarenses, en especial para su primer cargo administrativo, el 3 de octubre del año 2023, el periódico EL PILÓN me publicó el artículo de opinión ‘Una luciérnaga en la oscuridad del departamento del Cesar’, cuya fundamentación sigue vigente y ahora más que nunca y con un llamado social de urgencia a una reacción desde lo más profundo del ser humano, de reflexionar en lo que han sido y siguen siendo los que detentan el poder político en lo ejecutivo y legislativo: viejos y nuevos, de quienes se tenían grandes esperanzas; los cuales en vez de arrojar resplandor con su actuar, profundizan las cicatrices de la decepción, de sus efectos carcinomas en la célula primaria, tejidos conectivos y en lo sistemático de nuestra sociedad.
En dicho artículo se resaltó las virtudes y dones de Claudia Margarita Zuleta Murgas, mujer respetuosa, decente, carismática, estructurada, que constituye el estandarte de una sangre nueva, de una generación que arropa a jóvenes bachilleres, universitarios y profesionales, pero hoy en día de la Provincia de Padilla, la cuenca del río Cesar hasta San Alberto, el Magdalena, es decir, el Magdalena Grande y demás departamentos de la costa Caribe colombiana demandan de su presencia en el escenario nacional.
El crecimiento de opinión favorable es constante, su madera de estadista la están catapultando a dimensiones nunca imaginadas, el conocimiento de la economía regional minero agropecuario y salud la hacen diferente al mutismo de los congresistas que supuestamente representan los intereses de los cesarenses, guajiros y magdalenenses y se acomodan como Yoli en un juego de naipe para sacar partidas, constituyéndose en seres taimados.
La prueba de ello es la simpatía alrededor de su nombre, que de
98.250 votos que obtuvo en la jornada electoral para la Gobernación del Cesar en el año 2019, pasó a 183.583 votos en el año 2023 y cuyo nombre es aceptado hoy en día en otras latitudes. Votos de confianza a toda prueba, no espurios o mancillados por la necesidad del elector, como es la costumbre parroquial. De ahí su solvencia moral, de pararse en cualquier tribuna y exponer magistralmente la realidad y soluciones a los problemas del Departamento del Cesar, La Guajira, el Magdalena, Costa Caribe y en el resto de la Nación, inclusive.
Se observa en ella, el equilibrio de sus emociones para conjugar la explotación minera y la conservación del medio ambiente y de una justa transición a las energías renovables; pues, es obvio que no podemos renunciar a la explotación del carbón, petróleo y gas ante tantas necesidades sociales y costo de la misma transición, pues ella no se hace por arte de magia. El actuar de manera contraria es un acto de irresponsabilidad y de condena a perder la soberanía nacional energética y estar a espesas del chantaje de otras naciones y a sus caprichos de toda índole, como si esas importaciones no contaminaran el ecosistema nacional, no generarían pérdida de empleos directos e indirectos, no afectarían la economía estatal, doméstica, y alteración de la relación intrafamiliar, para no extenderme en el asunto y llenar las arcas a gobiernos extranjeros y empobreciendo a los connacionales.
Y, no es cosa de monta menor, ya que en este reglón minero los departamentos más perjudicados son La Guajira, Cesar, Boyacá, los Santanderes y, a menor escala, Antioquia y Casanare (por excelencia carboníferos). La simpatía en estos departamentos es una realidad, por lo que de ser Claudia Margarita Zuleta Murgas una voz en el Caribe, se queda corta su definición, ella es un faro nacional, lo cual es imperativo su presencia en esos departamentos y llevar su discurso, guiando a buen puerto la economía nacional minera a verbigracia.
Mujer cesarense reivindícate con Claudia Margarita. ¡Ya basta!
Por: Carlos Alberto Araméndiz Tatis.
