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Principal - 19 febrero, 2020

Nuestra Área Metropolitana

Escarbar entre las razones aparentes hasta encontrar la causa de los problemas sociales, económicos y ambientales es una de las funciones principales del proceso de planificación territorial.

FOTO/SERGIO MCGEREEN
FOTO/SERGIO MCGEREEN

Escarbar entre las razones aparentes hasta encontrar la causa de los problemas sociales, económicos y ambientales es una de las funciones principales del proceso de planificación territorial.

Su propósito es definir el conjunto de acciones necesarias para cumplir con objetivos, calidades, plazos y costos de manera que las instancias responsables resuelvan los asuntos que impiden el crecimiento económico y el mejoramiento de la calidad de vida.

Lee también: Área Metropolitana de Valledupar, 16 años y muy poco que mostrar

Ante ese reto, tenemos que considerar la existencia de varios niveles de intervención: la planificación nacional, la departamental, la metropolitana, la municipal y se avanza rápidamente en la Región Administrativa de Planificación de la Región Caribe, RAP, que tendrá su propia área de trabajo entre lo nacional y lo departamental.

FOTO/ SERGIO PEÑA.

En la zona norte del Cesar, se cuenta con un sistema de planificación que concibe la unidad territorial metropolitana de manera integral, donde interactúan Valledupar, Manaure, La Paz, San Diego y Agustín Codazzi.

Su alcance está definido en la Ley 1625 de 2013 e involucra el conjunto de hechos metropolitanos, detallados tanto en el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, PIDM, como en el Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial, PEMOT. Las directrices resultantes, al igual que los lineamientos y proyectos apuntan a la visión metropolitana 2032 y deben ser tenidos en cuenta como referente obligatorio en las decisiones municipales.

Es necesario anotar que el propósito del Área Metropolitana no es competir por protagonismo político ni sustituir las funciones municipales en el área de su jurisdicción; más bien debe entenderse como un sistema colaborativo donde todos ponen y todos ganan. Los alcaldes y concejos deben estar atentos a que sus decisiones favorezcan tanto a su entorno territorial como al metropolitano, lo que facilita el proceso de construcción del futuro acordado por los cinco municipios.

No dejes de leer: La ciudad deseada y soñada

El marco de acción para el cumplimiento de los objetivos metropolitanos es la Ley 1625 de 2013 que otorga funciones importantes para el desarrollo subregional, entre las cuales se destacan: coordinar el sistema nacional de vivienda de interés social; ejercer como autoridad de transporte público; coordinar la prestación de servicios públicos metropolitanos; crear y/o participar en la conformación de bancos inmobiliarios; ejecutar las obras de carácter metropolitano contenidas en el PIDM y en el PEMOT.

La Dirección del Área Metropolitana tiene el compromiso de gestionar los proyectos estratégicos y cumplir los objetivos y plazos definidos en el PEMOT y el PIDM. De no abordarse con responsabilidad estas acciones no se obtendrán los resultados supramunicipales esperados, por lo cual no tendrá sentido continuar con los aportes económicos que cada municipio hace para el sostenimiento administrativo de una entidad que no ejerce todo el abanico de atributos y de funciones otorgadas por la Ley.

Las ventajas comparativas de los municipios del Área Metropolitana

Las diferencias geográficas de los cinco municipios, cuyos alcaldes conforman la Junta Metropolitana, muestran también las potencialidades para mejorar las condiciones de vida de su población y para su equilibrada distribución en el territorio:

El alcalde de Valledupar es también alcalde metropolitano y bajo su tutela el municipio brinda servicios comerciales, institucionales, salud y educación. Tiene un papel preponderante en el desarrollo regional por ser sede del Gobierno Departamental y de oficinas de organismos descentralizados del orden nacional.

FOTO/SERGIO PEÑA.

El Aeropuerto Alfonso López, a cargo de la Aerocivil, presta servicio a un área de influencia desde el sur de La Guajira hasta Mompox en el departamento de Bolívar.

Te puede interesar: Pueblo Bello y La Guajira sur, entre los planes del Área Metropolitana de Valledupar

El clima templado y las condiciones de reserva forestal en las que se ubica Manaure, proporciona ventajas para la recreación y el turismo de naturaleza, sector que aún está en etapa de consolidación.

Por su parte, San Diego tiene a su cargo la vivienda metropolitana y el desarrollo rural asociado con su largo límite con el río Cesar. De acuerdo con las expectativas de desarrollo económico, se requiere preparación urbana y rural para enfrentar la minería de cobre que ocurriría en menos de diez años, en zonas no muy alejadas de la cabecera municipal.

La Paz, llamada a participar en la educación superior y el desarrollo agropecuario, tiene la ventaja de ser cruce de vías nacionales y paso obligado en la conexión hacia Valledupar. Cuenta con oportunidades para aprovechar la serranía de Perijá y el Parque Metropolitano del valle del río Cesar con acciones de bajo impacto ambiental.

Uno de los más importantes de este conjunto es el municipio de Agustín Codazzi, que ejerce funciones urbanas para el desarrollo rural, especialmente en agroindustria, comercio y proyectos consolidados de tipo agrícola y pecuario. Su participación en el desarrollo de la economía campesina de la serranía de Perijá tiene un amplio potencial que aún no se ha explotado.

Lee también: ¿Cómo avanza el área metropolitana de Valledupar?

Ya que los cinco municipios forman parte de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, sierra Nevada y Perijá, y de las ZOMAC (exceptuando a Valledupar), es recomendable que estos instrumentos sean insumos necesarios en los planes de desarrollo 2020 – 2023, los cuales, también deben ser concordantes con el Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial, PEMOT, y con en el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, PIDM.

FOTO/SERGIO PEÑA.

Con esta estrategia se podría lograr la articulación de programas y proyectos bajo dos premisas básicas: solucionar problemas locales y contribuir al entorno metropolitano donde, según el DANE, ya habitan 658.540 personas.

Grupo de Desarrollo Urbano/ EL PILÓN

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19 febrero, 2020

Nuestra Área Metropolitana

Escarbar entre las razones aparentes hasta encontrar la causa de los problemas sociales, económicos y ambientales es una de las funciones principales del proceso de planificación territorial.


FOTO/SERGIO MCGEREEN
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Escarbar entre las razones aparentes hasta encontrar la causa de los problemas sociales, económicos y ambientales es una de las funciones principales del proceso de planificación territorial.

Su propósito es definir el conjunto de acciones necesarias para cumplir con objetivos, calidades, plazos y costos de manera que las instancias responsables resuelvan los asuntos que impiden el crecimiento económico y el mejoramiento de la calidad de vida.

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Ante ese reto, tenemos que considerar la existencia de varios niveles de intervención: la planificación nacional, la departamental, la metropolitana, la municipal y se avanza rápidamente en la Región Administrativa de Planificación de la Región Caribe, RAP, que tendrá su propia área de trabajo entre lo nacional y lo departamental.

FOTO/ SERGIO PEÑA.

En la zona norte del Cesar, se cuenta con un sistema de planificación que concibe la unidad territorial metropolitana de manera integral, donde interactúan Valledupar, Manaure, La Paz, San Diego y Agustín Codazzi.

Su alcance está definido en la Ley 1625 de 2013 e involucra el conjunto de hechos metropolitanos, detallados tanto en el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, PIDM, como en el Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial, PEMOT. Las directrices resultantes, al igual que los lineamientos y proyectos apuntan a la visión metropolitana 2032 y deben ser tenidos en cuenta como referente obligatorio en las decisiones municipales.

Es necesario anotar que el propósito del Área Metropolitana no es competir por protagonismo político ni sustituir las funciones municipales en el área de su jurisdicción; más bien debe entenderse como un sistema colaborativo donde todos ponen y todos ganan. Los alcaldes y concejos deben estar atentos a que sus decisiones favorezcan tanto a su entorno territorial como al metropolitano, lo que facilita el proceso de construcción del futuro acordado por los cinco municipios.

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El marco de acción para el cumplimiento de los objetivos metropolitanos es la Ley 1625 de 2013 que otorga funciones importantes para el desarrollo subregional, entre las cuales se destacan: coordinar el sistema nacional de vivienda de interés social; ejercer como autoridad de transporte público; coordinar la prestación de servicios públicos metropolitanos; crear y/o participar en la conformación de bancos inmobiliarios; ejecutar las obras de carácter metropolitano contenidas en el PIDM y en el PEMOT.

La Dirección del Área Metropolitana tiene el compromiso de gestionar los proyectos estratégicos y cumplir los objetivos y plazos definidos en el PEMOT y el PIDM. De no abordarse con responsabilidad estas acciones no se obtendrán los resultados supramunicipales esperados, por lo cual no tendrá sentido continuar con los aportes económicos que cada municipio hace para el sostenimiento administrativo de una entidad que no ejerce todo el abanico de atributos y de funciones otorgadas por la Ley.

Las ventajas comparativas de los municipios del Área Metropolitana

Las diferencias geográficas de los cinco municipios, cuyos alcaldes conforman la Junta Metropolitana, muestran también las potencialidades para mejorar las condiciones de vida de su población y para su equilibrada distribución en el territorio:

El alcalde de Valledupar es también alcalde metropolitano y bajo su tutela el municipio brinda servicios comerciales, institucionales, salud y educación. Tiene un papel preponderante en el desarrollo regional por ser sede del Gobierno Departamental y de oficinas de organismos descentralizados del orden nacional.

FOTO/SERGIO PEÑA.

El Aeropuerto Alfonso López, a cargo de la Aerocivil, presta servicio a un área de influencia desde el sur de La Guajira hasta Mompox en el departamento de Bolívar.

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El clima templado y las condiciones de reserva forestal en las que se ubica Manaure, proporciona ventajas para la recreación y el turismo de naturaleza, sector que aún está en etapa de consolidación.

Por su parte, San Diego tiene a su cargo la vivienda metropolitana y el desarrollo rural asociado con su largo límite con el río Cesar. De acuerdo con las expectativas de desarrollo económico, se requiere preparación urbana y rural para enfrentar la minería de cobre que ocurriría en menos de diez años, en zonas no muy alejadas de la cabecera municipal.

La Paz, llamada a participar en la educación superior y el desarrollo agropecuario, tiene la ventaja de ser cruce de vías nacionales y paso obligado en la conexión hacia Valledupar. Cuenta con oportunidades para aprovechar la serranía de Perijá y el Parque Metropolitano del valle del río Cesar con acciones de bajo impacto ambiental.

Uno de los más importantes de este conjunto es el municipio de Agustín Codazzi, que ejerce funciones urbanas para el desarrollo rural, especialmente en agroindustria, comercio y proyectos consolidados de tipo agrícola y pecuario. Su participación en el desarrollo de la economía campesina de la serranía de Perijá tiene un amplio potencial que aún no se ha explotado.

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Ya que los cinco municipios forman parte de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET, sierra Nevada y Perijá, y de las ZOMAC (exceptuando a Valledupar), es recomendable que estos instrumentos sean insumos necesarios en los planes de desarrollo 2020 – 2023, los cuales, también deben ser concordantes con el Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial, PEMOT, y con en el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, PIDM.

FOTO/SERGIO PEÑA.

Con esta estrategia se podría lograr la articulación de programas y proyectos bajo dos premisas básicas: solucionar problemas locales y contribuir al entorno metropolitano donde, según el DANE, ya habitan 658.540 personas.

Grupo de Desarrollo Urbano/ EL PILÓN