La Oficina de Protección al Consumidor de la Secretaría de Gobierno de Valledupar dijo no más a las máquinas tragamonedas.
La Oficina de Protección al Consumidor de la Secretaría de Gobierno de Valledupar dijo no más a las máquinas tragamonedas que sin ningún control estaban instaladas en sitios no permitidos, como tiendas, droguerías y salones de belleza, a pesar de que existe desde el año 2008 el Decreto Nacional 1905 que restringe la operación de estas máquinas en determinados sitios de las ciudades.
Un paso importante si se quiera acabar con los focos negativos de distracción de los jóvenes, que acuden a éstas por no tener más espacios de diversión.
Por eso se celebra que a Valledupar hayan traído un novedoso bus ‘Cinema Móvil Séptima Dimensión’, que recorrió varios barrios de la ciudad con el propósito de llevar una actividad diferente, como es el cine, al cual no todos tienen acceso.
Las jornadas realizadas en barrios, como la recién inaugurada urbanización ‘Nando Marín’, fue un aliciente para los niños y niñas que pudieron apreciar, acompañados de sus padres, diferentes películas. Pero este no es un cine igual a los que existen en los grandes centros comerciales.
Este es un cine, único en Latinoamérica que tiene efectos especiales, con sillas que tienen movimientos, vibración, nieve, burbujas, tormentas, entre otros efectos que transmiten a una séptima dimensión. Valledupar fue la primera de la Costa Atlántica y segundo municipio del país en recibir este Cinema 7D.
Aunque el bus Cinema Móvil no es del municipio de Valledupar, sino del Programa ‘Ciudades Prósperas’, es un punto de partida para pensar en la necesidad de adquirir uno, gestión que le corresponde a la Casa de Cultura de Valledupar, entidad que debería dedicar sus esfuerzos a grandes proyectos de impacto y no a pequeños actos culturales que son fugaces y para públicos muy específicos.
Con este bus o una estrategia similar se une a la familia y se le da la oportunidad a los niños y niñas, incluso a los jóvenes que por ser de zonas vulnerables no pueden pagar una boleta de entrada a un cine, de disfrutar del séptimo arte, especialmente con películas que ayuden a crear conciencia ambiental, ciudadana y cívica, puesto que existen múltiples producciones del séptimo arte que divierten y a su vez dejan un mensaje directo, en especial las de dibujos animados.
La Casa de Cultura de Valledupar tiene un reto. Sabemos que no es con máquinas tragamonedas que se aleja a la juventud de los malos pasos, sino con estrategias culturales, que incluyan además del cine, teatro, danzas folclóricas y otras expresiones, lo cual se puede lograr mediante alianzas con empresa privada, multinacionales y la Facultad de Arte, Folclor y Cultura de la Universidad Popular del Cesar, que ya tiene montadas obras montadas, incluso con el apoyo del Teatro Libre de Bogotá.
Seguramente así la población de los sectores menos favorecidos de la ciudad, percibirán una dinámica diferente, pues no es sólo cemento lo que quiere la comunidad.
La Oficina de Protección al Consumidor de la Secretaría de Gobierno de Valledupar dijo no más a las máquinas tragamonedas.
La Oficina de Protección al Consumidor de la Secretaría de Gobierno de Valledupar dijo no más a las máquinas tragamonedas que sin ningún control estaban instaladas en sitios no permitidos, como tiendas, droguerías y salones de belleza, a pesar de que existe desde el año 2008 el Decreto Nacional 1905 que restringe la operación de estas máquinas en determinados sitios de las ciudades.
Un paso importante si se quiera acabar con los focos negativos de distracción de los jóvenes, que acuden a éstas por no tener más espacios de diversión.
Por eso se celebra que a Valledupar hayan traído un novedoso bus ‘Cinema Móvil Séptima Dimensión’, que recorrió varios barrios de la ciudad con el propósito de llevar una actividad diferente, como es el cine, al cual no todos tienen acceso.
Las jornadas realizadas en barrios, como la recién inaugurada urbanización ‘Nando Marín’, fue un aliciente para los niños y niñas que pudieron apreciar, acompañados de sus padres, diferentes películas. Pero este no es un cine igual a los que existen en los grandes centros comerciales.
Este es un cine, único en Latinoamérica que tiene efectos especiales, con sillas que tienen movimientos, vibración, nieve, burbujas, tormentas, entre otros efectos que transmiten a una séptima dimensión. Valledupar fue la primera de la Costa Atlántica y segundo municipio del país en recibir este Cinema 7D.
Aunque el bus Cinema Móvil no es del municipio de Valledupar, sino del Programa ‘Ciudades Prósperas’, es un punto de partida para pensar en la necesidad de adquirir uno, gestión que le corresponde a la Casa de Cultura de Valledupar, entidad que debería dedicar sus esfuerzos a grandes proyectos de impacto y no a pequeños actos culturales que son fugaces y para públicos muy específicos.
Con este bus o una estrategia similar se une a la familia y se le da la oportunidad a los niños y niñas, incluso a los jóvenes que por ser de zonas vulnerables no pueden pagar una boleta de entrada a un cine, de disfrutar del séptimo arte, especialmente con películas que ayuden a crear conciencia ambiental, ciudadana y cívica, puesto que existen múltiples producciones del séptimo arte que divierten y a su vez dejan un mensaje directo, en especial las de dibujos animados.
La Casa de Cultura de Valledupar tiene un reto. Sabemos que no es con máquinas tragamonedas que se aleja a la juventud de los malos pasos, sino con estrategias culturales, que incluyan además del cine, teatro, danzas folclóricas y otras expresiones, lo cual se puede lograr mediante alianzas con empresa privada, multinacionales y la Facultad de Arte, Folclor y Cultura de la Universidad Popular del Cesar, que ya tiene montadas obras montadas, incluso con el apoyo del Teatro Libre de Bogotá.
Seguramente así la población de los sectores menos favorecidos de la ciudad, percibirán una dinámica diferente, pues no es sólo cemento lo que quiere la comunidad.